Otro 'ochomil'

Me despert¨¦ sobrevolando un campo de f¨²tbol en el que destacaba un gran arco blanco: San Mam¨¦s fue mi primera respuesta, mi primera idea, mi instinto futbol¨ªstico. Las instrucciones de la azafata record¨¢ndonos que aterriz¨¢bamos en Heathrow me permitieron reconocer ese futurista estadio que se alza sobre las ruinas de aqu¨¦l en el que hace ya 17 a?os conquist¨¢bamos la Copa de Europa con el Bar?a, el nuevo Wembley, un nuevo mito. Llegar a Londres es para m¨ª respirar f¨²tbol, llegar a Londres para seguir al Bar?a en su reto de alcanzar la final de la Champions es para m¨ª motivo de ilusi¨®n y de alegr¨ªa.

Desde que me he incorporado a la expedici¨®n de medios de comunicaci¨®n que acompa?an al Bar?a en estos partidos, la pregunta es si el maravilloso resultado del s¨¢bado va a influir en este reto, pregunta que nos devuelve al concepto de si los logros son activadores de la motivaci¨®n o si, por el contrario, colman la ambici¨®n de los colectivos provocando que la concentraci¨®n baje y las ganas de vencer se reduzcan. Si atendemos al previo, Guardiola ha recurrido a las ideas cl¨¢sicas, recordando que todav¨ªa no se ha logrado nada y que lo que queda de la temporada es lo m¨¢s sabroso, lo que de verdad deja huella indeleble en la historia. Y parece que sus jugadores le han seguido la idea para lanzarla al p¨²blico desde esa tribuna para or¨¢culos que es la sala de prensa del club.

Los blaugrana ya nos han deleitado con escaladas t¨¦cnicas, est¨¦ticas y emocionantes

Si quieren mi opini¨®n, creo que este equipo nos ha ido demostrando a lo largo del a?o que se maneja de forma excelente en medio de la presi¨®n y, adem¨¢s, que tiene gusto por las citas hist¨®ricas. Es verdad que esto no le garantiza una plaza en la final, ya que en la otra mitad del campo tendr¨¢ a un rival aguerrido, con recursos individuales y colectivos, empujado por una grada que quiere volver a una final para cerrar la herida que el poste de estadio Luzniki dej¨® abierta en la tanda de penaltis de la pasada. Nada, en el fondo, garantiza nada cuando hay 90 minutos por medio y un partido por jugar. Aunque me gustar¨ªa pensar que el resultado del s¨¢bado tuviera en el equipo cul¨¦ el mismo efecto que tuvo la consecuci¨®n de la Champions en mi Bar?a. Salimos de aquella final con la convicci¨®n plena de que ¨¦ramos capaces de cualquier cosa, de ganar a cualquiera en cualquier campo.

De todas formas, a destacar la capacidad de los futbolistas para ir adaptando su mente a cada nuevo reto, sabiendo que, si bien el f¨²tbol es universal, cada competici¨®n tiene sus claves, que hay que ir descubriendo seg¨²n se avanza en las eliminatorias europeas, en las jornadas de Liga, en los enfrentamientos coperos. Todo igual y todo diferente. Y hay que ir cambiando el chip para pasar del f¨²tbol del Madrid a los recursos de un Chelsea que juega diferente, a ritmo diferente, con otros pulsos, con otros ritmos, para pasar de las amplias dimensiones del Bernab¨¦u a las m¨¢s reducidas de Stamford Bridge, para entender que los ¨¢rbitros miden y pitan de una forma en la competici¨®n casera y de otra sutilmente diferente en cuanto escuchan el himno de la Champions.

?se es el nuevo reto que exigir¨¢ lo mejor de los barcelonistas, lo mejor de sus cuerpos y de sus mentes. Otro ochomil en el camino, de ¨¦sos en los que los blaugranas nos han deleitado con escaladas limpias, t¨¦cnicas, est¨¦ticas y emocionantes. S¨®lo queda desearles que el viento les acompa?e.