"Me interesa el terror como desintegraci¨®n de la personalidad"
Se enamor¨® de una pintora h¨²ngara en Amsterdam y decidi¨® seguirla a Nueva York. Corr¨ªan los a?os ochenta. El romance termin¨®, pero Patrick McGrath (Londres, 1950) decidi¨® quedarse. Lo cuenta divertido en una fiesta del Paris Review of Books donde saluda calurosamente a amigos y conocidos, como Gay Talese o Edmund White. El brit¨¢nico de exquisito acento pertenece a una distinguida tribu de escritores neoyorquinos.
Un par de a?os antes de aterrizar en Manhattan, en junio de 1979, hab¨ªa decidido hacerse escritor. Hizo las maletas y se plant¨® en M¨¦xico dos meses para concentrarse a fondo en su reci¨¦n descubierta vocaci¨®n. Pero fue en Nueva York donde su trabajo como escritor cobrar¨ªa forma y peso. "Es una ciudad muy potente y muy competitiva. No puedes ser perezoso. Recib¨ª influencias de otros campos culturales", explica. Cuando lleg¨®, el esp¨ªritu gamberro de la f¨¢brica de Warhol marcaba el credo art¨ªstico. El joven ingl¨¦s encontr¨® tras las latas de sopa, el pastiche, la caricatura y la copia una nueva libertad, que escapaba del asfixiante realismo. ?l orient¨® su prosa depurada hacia el g¨¦nero de terror. Public¨® sus primeros cuentos y se adentr¨® en el mundo de la demencia en novelas como Locura y Spider, dos de sus obras m¨¢s celebradas. Al fin y al cabo, McGrath pas¨® su id¨ªlica infancia en un hospital psiqui¨¢trico de alta seguridad donde los pacientes cumpl¨ªan condena. Su padre era el psiquiatra jefe.
"La literatura permite imaginar. En ella hay algo muy fino, muy delgado que es la experiencia humana"
Alto, corpulento y risue?o, McGrath habla unos d¨ªas despu¨¦s acerca de su nueva novela, Trauma (Mondadori), en el sal¨®n de su bello y amplio apartamento situado en los aleda?os del puente de Brooklyn, el lado m¨¢s chic y bohemio de Tribecca. Cuenta que el verano lo pasa en Ibiza, en la finca de la familia de su esposa la actriz Maria Aitken. Este nuevo libro ha tra¨ªdo la imaginaci¨®n de McGrath al fin a Manhattan. Es la primera obra que sit¨²a totalmente en Nueva York con un casting totalmente norteamericano. Charlie, un t¨ªmido y retra¨ªdo psiquiatra neoyorquino especializado en tratar traumas, lucha contra la depresi¨®n y ahuyenta los fantasmas de su reci¨¦n fallecida madre y de su cu?ado veterano de Vietnam. Por el camino recorta distancias con su ex mujer, se enamora e intenta sobreponerse a la hostilidad que siente hacia su hermano, un exitoso y extrovertido pintor.
PREGUNTA. ?Lleg¨® la hora de escribir sobre Nueva York?
RESPUESTA. Bueno, despu¨¦s de tantos a?os aqu¨ª me he ido desplazando paulatinamente hacia la reflexi¨®n sobre la ciudad que conozco y quiero. Quer¨ªa escribir una historia de Nueva York.
P. ?Qu¨¦ caracteriza esas historias?
R. En ellas est¨¢n el look del lugar, las complicadas relaciones humanas que se establecen, el car¨¢cter de la arquitectura, la sofisticaci¨®n de los neoyorquinos y la mezcla.
P. La d¨¦cada de los setenta es una especie de mito colectivo en esta ciudad. Sin embargo, Trauma
est¨¢ exenta de la nostalgia del Nueva York salvaje.
R. En aquellos a?os las calles eran peligrosas, hab¨ªa crack y luego lleg¨® la epidemia del sida. Quer¨ªa evitar caer en ese romanticismo, en la idea de que eso era cool. Cuando el personaje est¨¢ en la calle s¨ª se nota que es un lugar ruidoso y peligroso; hay una vulnerabilidad que atemoriza, y ¨¦ste a menudo era realmente el caso. Hab¨ªa m¨¢s peligro y sent¨ªas que eras una presa f¨¢cil para los hombres violentos.
P. ?Un psiquiatra como el protagonista de su novela es parte de la f¨®rmula netamente neoyorquina?
R. Es un personaje t¨ªpico de esta ciudad, pero yo no quer¨ªa sonar como Woody Allen. No quer¨ªa que Charlie fuese gracioso, quer¨ªa que sus problemas fueran serios. Si te preocupas en exceso y no tomas una decisi¨®n la depresi¨®n y la desesperaci¨®n se vuelven algo c¨®mico. Yo quer¨ªa dejar claro que lo que le pasa a Charlie es importante, no es una broma.
P. Soldados veteranos, una mujer objeto de abusos y un homicida involuntario son algunos de los pacientes traumados que Charlie trata. ?Es la violencia la ¨²nica ra¨ªz del trauma?
R. A los traumatizados podr¨ªamos clasificarlos en tres tipos. Por un lado est¨¢n los soldados que han sido expuestos a una violencia muy expl¨ªcita. Luego est¨¢n las mujeres que han sufrido palizas o han sido violadas y, por ¨²ltimo, est¨¢n los ni?os que han sido objetos de abusos.
P. ?Por qu¨¦ se fij¨® en este tema?
R. Me interes¨® a ra¨ªz del 11-S. Hubo gente que sufri¨® un trauma al ver las im¨¢genes en televisi¨®n y otros que lo vivieron en directo y no lo padecieron. Pero Nueva York se convirti¨® en una ciudad traumatizada. En un principio, con esta novela quer¨ªa hablar de esa experiencia del horror profundo.
P. ?C¨®mo dio con Charlie?
R. Pens¨¦ en escribir sobre una mujer que despu¨¦s del atentado siente que necesita salir de Nueva York y se marcha al Caribe. All¨ª se da cuenta de que el trauma la persigue y llama a su psiquiatra, un especialista en este tema, para que vaya a verla. Entonces pens¨¦ en ese personaje y en lo que ¨¦l deber¨ªa saber. Empec¨¦ a leer libros de psiquiatr¨ªa hasta que di con el texto de referencia Trauma y recuperaci¨®n, de Judith Hermann. Descubr¨ª que una memoria traum¨¢tica fuerte puede ser una pantalla, un reflejo de un trauma anterior.
P. Los problemas psiqui¨¢tricos son una constante en su ficci¨®n.
R. S¨ª, mi imaginaci¨®n siempre ha girado en torno a estos temas. He tratado la locura, la esquizofrenia y las obsesiones. Siempre me gust¨® el g¨¦nero de terror: Dr¨¢cula, Frankenstein y las novelas g¨®ticas. Cuando crec¨ª y me hice escritor me interes¨® menos el terror en s¨ª y m¨¢s los personajes, su experiencia de pesadilla, el horror mental de la gente trastornada. El terror como resultado de la desintegraci¨®n de la personalidad.
P. ?Su querencia por estos temas guarda alguna relaci¨®n con su padre psiquiatra?
R. Mi padre sirvi¨® como m¨¦dico en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando acababa de graduarse. En Burma y China se dio de bruces con un gran descubrimiento al darse cuenta de que los soldados sobrevivientes estaban m¨¢s da?ados psicol¨®gica que f¨ªsicamente. Los efectos mentales del combate eran devastadores. El trauma fue lo que inspir¨® su carrera como psiquiatra.
P. Su novela habla del s¨ªndrome de estr¨¦s postraum¨¢tico que sufren los veteranos de Vietnam, un asunto que mantiene plena vigencia. El Ej¨¦rcito estadounidense ha negado la cruz morada -y los beneficios m¨¦dicos que conlleva- a los soldados que lo sufren a su vuelta de Irak y Afganist¨¢n.
R. Las cifras actuales de soldados que lo padecen son espeluznantes. He le¨ªdo bastante sobre este tema. Desde la Primera Guerra Mundial se empez¨® a identificar esta dolencia y se le ha llamado de varias maneras. Pat Baker habla de esto en su trilog¨ªa sobre aquella contienda. Jonathan Shay en Aquiles en Vietnam analiza la Il¨ªada y demuestra que el guerrero griego presenta los mismos s¨ªntomas que un soldado de Vietnam traumatizado. La ambivalencia que genera la guerra produce un da?o profundo, graves heridas psicol¨®gicas. La "enfermedad del soldado" es la barbarie de la guerra, un aspecto que la humanidad a¨²n no ha resuelto.
P. ?El trauma se hereda?
R. Bueno, en los estudios sobre el abuso a menores que manejan los profesionales se habla de algo que llaman "el fen¨®meno del vampiro". En algunos casos el abusado se convierte en abusador, y el trauma pasa de una generaci¨®n a la siguiente como un virus.
P. Charlie habla de la falsificaci¨®n de la memoria de los "ajustes, abreviaciones, invenciones, incluso la omisi¨®n de la experiencia", como de la sustancia misma de la psique. ?Es ¨¦sta tambi¨¦n la clave de la literatura?
R. La literatura permite imaginar. En ella hay algo muy fino, muy delgado que es la experiencia humana, como en el caso de Tolst¨®i. Est¨¢ hecha de mentiras verdaderas. El artista selecciona cuidadosamente ese material y emplea la imaginaci¨®n. Esta selecci¨®n meticulosa nos ayuda a explicarnos ante los dem¨¢s.
P. ?Hay un poso de realidad?
R. Bueno, los escritores disfrazamos a los personajes. Pero mi mujer siempre sabe de qui¨¦n estoy hablando. -
Trauma. Patrick McGrath. Traducci¨®n de Javier Calvo Perales. Mondadori. Barcelona, 2009. 224 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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