La 5? Avenida de Antigua
Mochileros y granjeros se codean en los 'chicken buses'. Un zumo con vistas al volc¨¢n de Agua en la terraza del caf¨¦ Sky y tamales en La Fonda de la Calle Real. Un d¨ªa colorido en la ciudad guatemalteca
No es ciudad de Erasmus, aunque lo parezca. En sus callejuelas empedradas se codean turistas de un d¨ªa con estudiantes extranjeros que eligieron el enclave colonial para estudiar espa?ol y aprender a bailar salsa. La ciudad es peque?a y se conquista a pie. Y orientarse es tan f¨¢cil como en Manhattan: las calles se ordenan por n¨²meros y puntos cardinales.
08.00 La cuadr¨ªcula y el volc¨¢n
Antes de perdernos por su cogollo hist¨®rico, nada mejor que espiar la ciudad desde lo alto del Cerro de la Cruz (1) (al norte de Antigua), al que se sube en apenas 15 minutos a pie o en coche. Desde arriba parece una peque?a maqueta de casas de colores dispuestas en forma de cuadr¨ªcula. Debido a los numerosos se¨ªsmos que la han asolado, est¨¢ prohibido construir a m¨¢s de dos alturas. Si el d¨ªa no est¨¢ nublado, al fondo se divisa el volc¨¢n de Agua.
09.00 Placeres matutinos
Guatemala posee un excelente caf¨¦, as¨ª que el desayuno pasa por este negro placer. Ojo: el caf¨¦ solo aqu¨ª es como el americano espa?ol. Si se desea cargado, mejor pedir un expreso. En los soportales de la plaza Central (2) hay varias opciones. En El Portal (5? Avenida) ofrecen gran variedad de caf¨¦s y hasta un granizado de chocolate. A pocos metros, y sin cruzar de acera, caf¨¦ Condesa (4? Calle Oriente, 51 A) es un caf¨¦ al que se entra a trav¨¦s de una interesante librer¨ªa con abundante material sobre Guatemala. Al fondo, y tras pasar un peque?o patio interior, por fin, un acogedor sal¨®n para tomar algo. No es raro que, entre sorbo y sorbo, acabemos charlando con dos estudiantes de Ohio. En Rainbow Caf¨¦ (7? Avenida Sur, 8) se sirven desayunos todo el d¨ªa, desde ensalada de frutas hasta el pantagru¨¦lico y delicioso desayuno guatemalteco, con huevos divorciados (uno, con salsa de tomate, y otro, con chile verde, sobre tortillas de ma¨ªz y separados por una loncha de jam¨®n) y frijoles. M¨¢s que un desayuno, un brunch para aguantar hasta la cena.
10.00 'Wi-fi' en la plaza colonial
Empezamos el paseo en la plaza Central, punto de encuentro de oriundos y turistas, despistados, limpiabotas y enamorados. Es una plaza con jard¨ªn, tirando a peque?a, aunque, incre¨ªblemente, con wi-fi. No tiene p¨¦rdida: est¨¢ al final de la calle del Arco, la m¨¢s famosa de Antigua, llamada as¨ª por el arco - (3) que la cruza. Lo mandaron edificar las religiosas del antiguo monasterio de Santa Catalina para poder pasar hasta el colegio frente al convento. A partir de aqu¨ª, ning¨²n lugar dista m¨¢s de un cuarto de hora a pie. Del legado espa?ol qued¨® poco tras el terremoto de 1773, aunque las reconstrucciones le han valido ser declarada patrimonio mundial por la Unesco. A dos pasos de la calle del Arco encontramos la iglesia y convento de Nuestra Se?ora de la Merced (4) (entre la 6? y la 5? Avenida). Su llamativa fachada barroca, con remates en estuco pintada en blanco y amarillo, ha sido reconstruida tantas veces como los terremotos la han echado abajo. Pese a su espectacularidad, no hay que despreciar el encanto de las casas aleda?as, pintadas en vivos colores, con ventanas enrejadas y elaborados picaportes. Tras unos minutos callejeando llegamos al convento de Santo Domingo(5) (3? Calle Oriente, 9), reconvertido en un lujoso hotel. La entrada a las zonas comunes es libre y uno puede admirar los jardines tropicales con p¨¢jaros ex¨®ticos y restos arqueol¨®gicos. Ya puestos a colarnos en hoteles con historia, no hay que perderse el palacio de Do?a Leonor (6) (4? Calle Oriente, 8), casona de la hija del conquistador Pedro de Alvarado convertida en alojamiento con encanto. Su due?a asegura que hay fen¨®menos poltergeist. De hecho, asegura que los del m¨¢s all¨¢ dieron a cada habitaci¨®n un nombre de los hijos de do?a Leonor. Al salir, si se nos ha quedado el susto en el cuerpo, lo mejor es cruzar la calle y entrar en la Dulcer¨ªa de Do?a Mar¨ªa Gordillo (4? Calle Oriente, 11), toda una instituci¨®n en la artesan¨ªa del dulce, que elabora camotes, ca?itas de leche y cocadas reales.
12.00 Cinco mangos por menos de un euro
El pa¨ªs de la eterna primavera cuenta con una huerta envidiable. Como muestra, su populoso mercado (7) (entre calzada de Santa Luc¨ªa y avenida Recolecci¨®n). Un espect¨¢culo colorista donde se venden carnes, ultramarinos, frutas, verduras y flores. Tambi¨¦n hay puestos con un tel¨¦fono fijo que se alquila por minutos. En alg¨²n momento puede resultar asfixiante y, todo hay que decirlo, a los vendedores no les entusiasmamos los guiris c¨¢mara en ristre y con cero ganas de gastar. As¨ª que convirt¨¢monos en compradores: por poco menos de un euro podemos hacernos con cinco mangos de esos que saben de verdad. A pocos metros: el Mercado de Artesan¨ªa (8). Miramos tranquilamente las r¨¦plicas de las camionetas, manteles, camisolas y lo m¨¢s demandado: bolsos realizados con sacos de caf¨¦ reciclados. Siempre hay que regatear. Pared con pared, la Estaci¨®n Central de Autobuses, donde se agolpan lugare?os y mochileros para montar en las t¨ªpicas camionetas de colores o chicken buses, antiguos autobuses escolares de EE UU reconvertidos en autocares de l¨ªnea. Lo de chicken tiene su explicaci¨®n, ya que muchos campesinos montan en ellos con sus verduras y pollos vivos para ir al mercado.
16.00 Donde durmi¨® Bill Clinton
En Antigua proliferan las galer¨ªas de arte, como La Antigua (9) (4? Calle Oriente, 15), situada en una antigua casona se?orial, o la galer¨ªa Panza Verde (10) (5? Avenida Sur, 19), donde, adem¨¢s, podemos tomar algo en el bar o en su restaurante, considerado el mejor de la ciudad en 2008. Por cierto, lo de la panza verde alude al mote con que se conoc¨ªa a los habitantes de Antigua en tiempos duros, en los que lo ¨²nico que pod¨ªan llevarse a la boca eran aguacates. A una manzana, en el hotel La Posada del ?ngel (11) (4? Avenida Sur, 24) no hay arte m¨¢s all¨¢ del edificio colonial del siglo XVI, pero nos recuerdan orgullosos que aqu¨ª durmi¨® Bill Clinton siendo presidente de EE UU.
19.00 Chiles ricos y traicioneros
Recuperamos el aliento con una puesta de sol con vista a los volcanes de Agua, de Fuego y Acatenango saboreando un zumo de frutas en la terraza del caf¨¦ Sky (12) (1? Avenida Sur, esquina 6? Calle). El est¨®mago da se?ales de vac¨ªo y hay que elegir d¨®nde cenar. Si buscamos buena cocina tradicional chapina, lo mejor es probar con el joc¨®n de pollo en salsa verde o el pepi¨¢n (asado de carne en salsa de caf¨¦ y chiles) en la Posada de Don Rodrigo (13) (calle del Arco, 17). Y, pase lo que pase, no debe irse de la ciudad sin probar la horchata de arroz que prepara Mercedes en La Fonda de la Calle Real (14) (5? Avenida Norte, 5), uno de los restaurantes t¨ªpicos mejor valorados por los locales, donde, adem¨¢s, tienen unos tamales y unos chiles rellenos tan deliciosos como traicioneros.
22.00 Hasta el cierre... y m¨¢s all¨¢
Despu¨¦s de cenar llega la fiesta con may¨²sculas. Para bailar salsa, La Sin Ventura (15) (5? Avenida Sur, 8), y para beats electr¨®nicos, La Casbah (16) (5? Avenida Norte, 30), donde los jueves son famosas sus noches gay. Las leyes locales obligan al cierre a la 01.00, pero a la salida siempre habr¨¢ alguien que reparta flyers o sugiera d¨®nde sigue la fiesta.
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