"Seat debe salvarse por s¨ª misma"
El presidente del consejo de Seat, Francisco Javier Garc¨ªa Sanz (Madrid, 1957), madridista hasta la m¨¦dula, se perdi¨® el descalabro de su equipo frente al Bar?a porque ten¨ªa otras obligaciones en el cuartel general de Volkswagen (VW), donde ocupa una de las vicepresidencias. No eran de trabajo: la paradoja es que jugaba su otro equipo, el Wolfsburgo (propiedad de VW), que preside, y que por primera vez en su historia podr¨ªa proclamarse campe¨®n de la Bundesliga. Una cosa va por la otra.
Pregunta. ?Cu¨¢les han sido las claves para la adjudicaci¨®n del Audi Q3 a Seat?
Respuesta. Se trata de una planta competitiva. Tomando en cuenta todas las circunstancias, es la mejor opci¨®n para el grupo. Ha sido una decisi¨®n dif¨ªcil, pero despu¨¦s de ver todas las variables sali¨® ganadora Martorell. Es una gran ayuda para Seat.
"El problema de Espa?a es que el mercado de coches ha ca¨ªdo a la mitad"
"Debemos pensar c¨®mo beneficiamos a los trabajadores sin subir los costes"
"Ahora el trabajo es de la direcci¨®n, no podemos defraudar a los empleados"
"El a?o que viene, Seat anunciar¨¢ nuevos modelos, una sorpresa"
P. ?Y en esas variables ha pesado m¨¢s la congelaci¨®n salarial o las ayudas p¨²blicas?
R. Maticemos: a nosotros nadie nos regala dinero, las ayudas forman parte del Plan de Competitividad del Gobierno, al que agradecemos mucho el esfuerzo que ha hecho, igual que a la Generalitat. No s¨¦ si clave, pero el esfuerzo de los trabajadores ha sido una se?al positiva porque indica que los empleados est¨¢n comprometidos con la marca, que son conscientes de la crisis econ¨®mica y que se sacrifican. Se trata de una se?al de compromiso enorme. Ahora el trabajo es nuestro, de la direcci¨®n, para no defraudarles.
P. ?Van ser necesarios nuevos sacrificios tal como apunta el presidente de Seat, Erich Schmitt?
R. En nuestro sector siempre hay que estar buscando mejoras. Schmitt quer¨ªa alertar de que ganar el Q3 no significa que nos podamos ir a la playa, de fiesta. No. Hemos alcanzado una meta, nos hemos clasificado para la Champions. Ahora hay que seguir trabajando para ganarla.
P. ?El Q3 ha salvado a Seat?
R. No lo creo. El Q3 es una pieza m¨¢s en el puzzle del nuevo posicionamiento de la marca. Es una ayuda tremenda porque nos da volumen de una marca ajena a Seat y de una marca de prestigio como es Audi. Eso nos ayuda, pero no nos salva. Seat debe salvarse con su propio esfuerzo, con sus propios modelos.
P. ?Cu¨¢l es la posici¨®n de Seat dentro del consorcio VW?
R. La adjudicaci¨®n del Q3 es una se?al de que existe un compromiso firme del presidente del grupo y de todo el consejo de que Seat forma parte de la familia. Seat est¨¢ ahora un poco resfriada. Pasa como en todas las familias: cuando se tienen muchos hijos siempre hay alguno que est¨¢ resfriado.
P. Pero en esta familia siempre es el mismo.
R. No tanto. Seat ha pasado una ¨¦poca muy buena. Schmitt dise?¨® una estrategia muy clara hasta 2018. El problema no es de producto, sino de mercado. Esta crisis nos ha pillado en un momento poco id¨®neo y los mercados donde Seat es m¨¢s fuerte son los que m¨¢s est¨¢n cayendo. Insisto, no es un problema de Seat, sino de mercado. No vamos a cambiar la estrategia, tenemos que seguir trabajando. Tenemos el Ibiza, el Exeo y seguiremos produciendo nuevos modelos.
P. ?Cu¨¢les?
R. No puedo avanzar nada. Habr¨¢ derivados y modelos nuevos en segmentos en los que Seat no est¨¢ hoy presente. Daremos una sorpresa el a?o que viene.
P. Pero Seat sigue en p¨¦rdidas. En 2007 VW le dio tres a?os para liderar las matriculaciones en Espa?a y volver a los n¨²meros negros. Las ventas mejoran, pero no hay beneficios. ?La paciencia de VW es infinita?
R. No hay ultim¨¢tum, sino metas claras. Nada m¨¢s. Entonces habl¨¢bamos de un mercado mundial de unos 67 millones de coches, que con la crisis se ha reducido a unos 43 millones. El mercado cae dram¨¢ticamente y mantener esas metas es dif¨ªcil con un mercado espa?ol que cae a la mitad de lo que era. Sin la crisis, este a?o, con el Ibiza y el Exeo, Seat hubiera tenido n¨²meros negros.
P. ?Cree que la crisis del sector ha tocado fondo?
R. Es dif¨ªcil saberlo. Las previsiones se hacen siempre mirando el retrovisor, pero esta crisis es totalmente nueva. En pa¨ªses que han tomado las medidas adecuadas de demanda, las matriculaciones no han ca¨ªdo tanto como en Espa?a. Nadie serio puede contestar si ya hemos tocado fondo; estamos en una situaci¨®n loca. Lo primero que hace falta es que el mercado financiero se estabilice y ah¨ª yo tengo mis dudas de que no aparezcan nuevas sorpresas. Parece que se est¨¢ estabilizando y que la liquidez empieza a llegar a los consumidores y a la industria, pero eso lleva su tiempo. Si alguien confirma que en el mercado financiero la crisis ha llegado al final, entonces dir¨ªa que hemos tocado fondo.
P. La mejora opci¨®n para salir de la crisis parece concentrar el sector.
R. Lo primero que ocurre en una crisis es que en todos los mercados se da una fase de concentraci¨®n. Como grupo, VW ha hecho sus deberes, pero claro que hay segmentos y marcas que atraviesan una situaci¨®n un poco dif¨ªcil. En el grupo no estamos en p¨¢nico ni en crisis.
P. Pero participan del proceso con Porsche, que se va a integrar bajo el paraguas de VW.
R.
Eso es lo que dice la prensa (r¨ªe).
P. Ya. ?Qu¨¦ le parece el inter¨¦s de Fiat por Opel?
R. Atrevido, muy atrevido. Es dif¨ªcil comentarlo porque todav¨ªa no se conoce la estrategia del se?or [Sergio] Marchionne [consejero delegado de Fiat]. ?l ahora mismo est¨¢ tratando de formar un grupo gigantesco y por lo que dice, en el futuro, con las grandes inversiones que requiere la industria del autom¨®vil, hace falta un cierto nivel de escala. Y Fiat en s¨ª no es de los mayores grupos del mundo.
P. ?C¨®mo est¨¢ posicionada Espa?a para el futuro?
R. Primero, el problema es que ten¨ªa un mercado con una demanda de 1,5 millones de autom¨®viles que est¨¢ cediendo: este a?o podr¨ªa cerrarse incluso por debajo de las 800.000 unidades. Segundo, cuando se implantaron las f¨¢bricas aqu¨ª, ten¨ªamos una ventaja: la peseta y la mano de obra. Seguimos teniendo una mano de obra muy cualificada, pero Espa?a est¨¢ perdiendo competitividad porque no somos capaces -junto con los sindicatos, el Gobierno y las comunidades aut¨®-nomas- de buscar f¨®rmulas creativas que beneficien al trabajador sin aumentar los costes. Aumentar los sueldos el IPC m¨¢s un porcentaje, como ocurre en Espa?a, ya no sirve porque se deja de lado la productividad, la rentabilidad de la factor¨ªa y no se mira al exterior. En Alemania, los trabajadores participan en los resultados: si hay beneficios, hay dinero; en caso contrario, no. En Espa?a deber¨ªamos dialogar abiertamente, sin presi¨®n, para ver qu¨¦ se nos ocurre.
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