El presidente mira a la izquierda y a los sindicatos

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero pretende que el debate sobre el estado de la naci¨®n le sirva para tomar la iniciativa y romper la imagen de final de ciclo que est¨¢ acu?ando el PP, con la recesi¨®n como bandera pol¨ªtica, y la complicidad de un PNV que, despechado tras perder la lehendakaritza, profundiza en la desestabilizaci¨®n del Gobierno.

Con iniciativas sociales de impacto y un discurso socialdem¨®crata, que contrapondr¨¢ al "neoliberal fracasado" que identificar¨¢ con el PP, tratar¨¢ de romper el aislamiento por la izquierda, el de ERC, ICV-IU e IU.

El compromiso logrado esta semana entre el ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, y el presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, sobre el traspaso a Catalu?a de sus trenes de cercan¨ªas, marcha en la misma direcci¨®n de recuperar el apoyo de la izquierda catalana, que Zapatero trata de coronar con un pacto de financiaci¨®n este mes.

M¨¢s complicado tiene lograr la complicidad de CiU. A este partido no le bastan las propuestas sociales y de inversi¨®n p¨²blica de Zapatero, quien vender¨¢ que, de abril a oto?o, se detendr¨¢ el crecimiento desbocado del paro gracias a su pol¨ªtica de inversi¨®n p¨²blica. En la posici¨®n de CiU cuenta, adem¨¢s de su distanciamiento con Zapatero por Catalu?a, la actitud cr¨ªtica de la patronal CEOE y otras instancias econ¨®micas con el Gobierno, disgustadas porque el presidente hace caso omiso a sus propuestas de reforma del mercado laboral. La apuesta de Zapatero por los sindicatos para evitar la conflictividad social encona sus relaciones con la CEOE, de modo que en medios sindicales se baraja que la patronal ha unido sus esfuerzos con el PP para terminar cuanto antes con Zapatero.

El presidente, pese a todas sus dificultades derivadas de una recesi¨®n a la que no se ve salida, cuenta con algunas bazas pol¨ªticas que utilizar¨¢ en su batalla frontal contra el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy. Una es el caso G¨¹rtel, los esc¨¢ndalos que de forma alarmante atenazan al n¨²cleo duro de su poder en G¨¦nova, la Comunidad de Madrid y la Valenciana. La otra es el aprovechamiento parlamentario de Rajoy del deseo de venganza del PNV contra Zapatero que puede volv¨¦rsele en contra. El PNV es hoy un partido antip¨¢tico para muchos espa?oles por su reacci¨®n sectaria en el cambio de Gobierno en Euskadi. Y los sondeos que, pese a la gravedad de la crisis, apuntan que Rajoy no despega.