Obama se r¨ªe de Obama
El presidente de EE UU comparte con periodistas en la Casa Blanca chistes sobre ¨¦l mismo, Clinton y Bush
Nadie escribir¨¢ sobre el men¨² de la cena. Si acaso para decir que no hubo postre, ya que al suprimirlo de la carta aumentaban las ganancias generadas con la gala y engordaba la donaci¨®n destinada a una organizaci¨®n de caridad que da de comer al hambriento y a becas para estudiantes de periodismo. ?A qui¨¦n le importa lo que se cen¨® cuando no hay l¨ªneas suficientes para relatar chascarrillos y bromas, muchas de ellas a costa de la ¨¦lite pol¨ªtica y period¨ªstica de Estados Unidos?
La pasada noche del s¨¢bado fue el estreno del presidente Barack Obama en la cena anual de la Asociaci¨®n de Corresponsales de la Casa Blanca, acto que ning¨²n presidente se ha perdido desde su inauguraci¨®n en 1920. No hab¨ªa cita m¨¢s fina y elegante en toda la ciudad. Obligado esmoquin para los caballeros. Traje de noche, para las se?oras.
"Mis pr¨®ximos 100 d¨ªas ser¨¢n tan exitosos que podr¨¦ completarlos en 72"
"En realidad no quer¨ªa venir, ¨¦ste es otro problema de los que hered¨¦ de Bush"
No hubo que esperarle mucho. All¨ª estaba ¨¦l. El primer presidente negro. El hombre que durante su campa?a conquist¨® a la prensa -y lo sabe-. "Muchos de vosotros hab¨¦is cubierto mi campa?a", dijo Obama a los periodistas. "Y todos hab¨¦is votado por m¨ª", prosigui¨® divertido para cerrar serio con un rotundo: "Mis disculpas a la mesa de la Fox". La carcajada estuvo garantizada.
No fue la ¨²nica. Entregado estaba el respetable y entregado estaba el presidente. Nadie estuvo a salvo. Desde el ex presidente George W. Bush hasta la mujer del actual inquilino de la Casa Blanca. Vestida en rosa fucsia sin mangas y rode¨¢ndole el cuello una historiada gargantilla, Michelle Obama estaba ayudando, en opini¨®n de su marido, a tender puentes entre las dos Am¨¦ricas al fomentar el derecho recogido en la Constituci¨®n a "llevar arms" (brazos y armas en ingl¨¦s), haciendo un juego de palabras entre las armas por los que abogan unos y los pol¨¦micos brazos al descubierto que la primera dama insiste en lucir y que tanto critican y molestan a otros.
"Aqu¨ª me tienen", dijo Obama, "debo confesar que en realidad no quer¨ªa venir, pero ¨¦ste es otro problema m¨¢s de los que hered¨¦ de George W. Bush". Aplausos y m¨¢s aplausos. Risas y m¨¢s risas. All¨ª estaban todas las estrellas de la galaxia Hollywood. Desde Robert de Niro hasta Steven Spielberg pasando por la mujer desesperada Eva Longoria. No faltaron Tom Cruise y su mujer, la tambi¨¦n actriz Katie Holmes, Stevie Wonder o Sting. Entre el firmamento americano, el cocinero espa?ol Jos¨¦ Andr¨¦s, quien junto a su mujer Tichi, felicit¨® a Michelle Obama por su inter¨¦s en la salud a trav¨¦s de la gastronom¨ªa.
Falt¨® el ex vicepresidente Dick Cheney, quien no pudo llegar a tiempo. "Est¨¢ ocupado escribiendo sus memorias, tituladas C¨®mo disparar a los amigos e interrogar a gente", brome¨® Obama en referencia al tiro accidental que propin¨® el vice con m¨¢s poder de la historia de EE UU hace unos a?os a un colega en una cacer¨ªa y las t¨¦cnicas consideradas torturas empleadas contra los sospechosos de terrorismo.
Obama reiter¨® su promesa de hablar con sus enemigos, mientras en una pantalla se le ve¨ªa en el Despacho Oval reunido con un pirata de parche en el ojo.
Mucho se brome¨® sobre el Partido Republicano. Pero m¨¢s sobre los propios dem¨®cratas en el poder. Dijo Obama que pese a haber sido rivales durante las elecciones primarias, la relaci¨®n entre la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y ¨¦l no pod¨ªa ser "m¨¢s estrecha". "Con decirles que nada m¨¢s llegar de M¨¦xico me dio un abrazo y un gran beso, y me recomend¨® que yo mismo fuera all¨ª de visita"... Grandes y sonoras carcajadas.
Sin duda alguna, el mejor momento de la noche fue cuando el propio presidente se ri¨® de s¨ª mismo. Obama ya ha superado la barrera psicol¨®gica de los famosos 100 d¨ªas en el poder. "Creo que mis pr¨®ximos 100 ser¨¢n tan exitosos que podr¨¦ completarlos en 72. Y en el d¨ªa 73, descansar¨¦". A estas alturas, no hab¨ªa una sola cara seria en el sal¨®n del Washington Hilton, que congregaba a m¨¢s de 2.700 personas.
Ejerciendo de maestra de ceremonias estaba la ¨¢cida comediante negra Wanda Sykes, que brome¨® sobre el hecho de que Obama regal¨® en su d¨ªa un iPhone a la reina de Inglaterra. "?Qu¨¦ le va a regalar al Papa, un Bluetooth?". Dijo Sykes sentirse muy orgullosa de que sea Obama el primer presidente negro de la historia del pa¨ªs. "Claro, eso es as¨ª siempre y cuando no metas la pata", declar¨® Sykes. "En cualquier caso", prosigui¨® la humorista, "cuando empieces a cometer errores me agarrar¨¦ a tu origen blanco -la madre de Obama era una 'blanca como la leche de Kansas'- y dir¨¦: '?Qui¨¦n es este tipo medio blanco? ?Qui¨¦n fue el que vot¨® por el mulato?".
Como ven, ni palabra del men¨².
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