Usar los contenedores

Pronto cumplir¨¦ 75 a?os y me encuentro bastante bien de salud. Esto lo debo en parte a que soy senderista, caminante o andar¨ªn, como ustedes quieran. Esta afici¨®n, solo o en equipo, me ha llevado a completar mi conocimiento de la geograf¨ªa peninsular, am¨¦n de nuestros dos archipi¨¦lagos.

El Camino de Santiago, el GR-99 o sendero del Ebro, varias v¨ªas verdes procedentes de ferrocarriles desmantelados han sido y son, entre otros, lugares preferentes de nuestras inquietudes f¨ªsicas y culturales. Con esas caminatas, adem¨¢s de mantener un aceptable estado f¨ªsico hemos podido conocer pueblos, iglesias, lugares notables, as¨ª como ampliar el conocimiento de nuestras diversidades regionales gracias al contacto directo con los lugare?os.

Preferentemente, andamos por caminos, sendas o veredas y, excepcionalmente, por carreteras. Y aqu¨ª quer¨ªa llegar, pues es bien triste comprobar la cantidad de latas, botellas, pl¨¢sticos, trapos y desperdicios en general que ensucian las cunetas, da?an el campo y muestran una mala imagen del personal. ?Ser¨¢ mucho pedir que tanto en turismos como en camiones o tractores esos objetos inservibles se recojan en bolsas para, al llegar a destino, depositarlos en sus respectivos contenedores? Pues de eso se trata.