Ocho siglos por las calles de Madrid
Los gigantes y cabezudos abren esta tarde las celebraciones de San Isidro
Se dejan ver de fiesta en fiesta y, aunque no pasan inadvertidos para los viandantes y animan al p¨²blico con sus bailes mastod¨®nticos, los gigantes y los cabezudos han tenido mala vida: fueron quemados en las iglesias, dejados a su suerte en hangares con humedades y ratas, y carcomidos por el abandono.
La tradici¨®n de bailar estos personajes en las fiestas populares de Madrid est¨¢ documentada desde, al menos, el siglo XIV. De hecho, las figuras madrile?as fueron tomadas como referencia en otras regiones. Durante siglos, las mascaradas y pasacalles contaron con desfiles de gigantes y cabezudos. Hasta que cayeron en el olvido...
En los ¨²ltimos tiempos, la primera vez que se pasearon fue en el preg¨®n de San Isidro de 1967. Siendo Arias Navarro alcalde, el Ayuntamiento decidi¨® recuperar la tradici¨®n, durante a?os perdida, y construy¨® las figuras que hoy conocemos, modeladas por el maestro fallero Regino Mas y vestidas por el dise?ador Manuel Comba, a las que Tom¨¢s Borr¨¢s les dio nombre y apellido.
Los personajes que forman la comparsa son parte de la historia de la ciudad
Esa tradici¨®n tiene or¨ªgenes celtas: "Se habla de ofrendas a los dioses cuando eran de mimbre, y se les met¨ªan animales dentro (y hasta personas) y se les prend¨ªa fuego; tambi¨¦n de una manera de ahuyentar al mal; de festividades m¨¢s profanas...", explica Ana Cecilia Tejada, de 38 a?os, que lleva cerca de 10 a?os cuidando y restaurando estas enormes figuras de hasta 80 kilos de peso.
Todos los personajes que integran la comparsa forman parte de la historia de Madrid, tanto de la ilustre y enciclop¨¦dica como del anecdotario popular. Con sus trajes y estilos, adem¨¢s de con la m¨²sica que les acompa?a, ofrecen un completo recorrido por la historia de la capital, desde el a?o 855 hasta 1928.
Los gigantes y cabezudos participaban en las fiestas, con mayor o menor regularidad, hasta el a?o 2003, en el que ya no pudieron salir por el estado de deterioro en el que se encontraban. Algunos incluso hab¨ªan desaparecido misteriosamente sin que se haya vuelto a saber nada de su paradero, como Arganzuela -hu¨¦rfana, de profesi¨®n aguadora, que se gan¨® los favores de la reina en forma de las tierras que ahora llevan su nombre por calmar la sed real; representa la alegr¨ªa y el frescor de las aguas de Madrid-; Muhammad I -el estratega que se apoder¨® de una peque?a villa llamada Mayrit-; la Calderona -la actriz que se camel¨® a don Felipe- o Luis Candelas -un donju¨¢n con dos caras: la del caballero y la del bandolero urbano-.
En 2005, el Ayuntamiento quiso recuperar todas las figuras (11 parejas y unos 6.000 euros por personaje) con la ayuda de Ana Cecilia, que ya hab¨ªa reclamado al Consistorio su recuperaci¨®n. Y, desde entonces hasta hoy, cuando algunos de ellos volver¨¢n a recorrer las calles de Madrid por unas horas, aunque despu¨¦s vuelvan otra vez al hangar.
Pasacalles con gigantes y cabezudos. Desde la plaza de Oriente hasta la plaza de la Villa. Hoy, a las 19.00.
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