Tarde
No se quieren; es l¨®gico: se oponen. Rajoy dijo algo que no esperaba de un hombre de su temple: acus¨® a los diputados (contrarios) de no saber leer. Muy fuerte. Es un insulto de alto valor entre hombres cultos: decir que el otro no sabe leer es desposeerlo de la capacidad de comprender.
Zapatero le acus¨® a su oponente de no escuchar. Y ¨¦sta es una acusaci¨®n tambi¨¦n subida de tono en el Parlamento. Pero Rajoy fue un escal¨®n m¨¢s alto: le llam¨® mentiroso. Por esa resbaladiza palabra (mentiroso) entran la palabra traici¨®n, e incluso la expresi¨®n traici¨®n a la Patria.
De todo eso hubo en un palmo de terreno. Bailaron un tango de resquemor insuperable; a Rajoy le pareci¨® que pod¨ªa molestar a su oponente llam¨¢ndole optimista. Y a?adi¨® el adjetivo habitual: "Optimista antropol¨®gico". ?Qu¨¦ querr¨¢n decir cuando dicen "optimista antropol¨®gico"? ?Antropol¨®gico es malo?
Van all¨ª a no quererse, y a no quererse escuchar. Lo tienen previsto: llevan escritas las r¨¦plicas, saben antes de tiempo que no se van a querer, y en ese toma y daca se van creciendo, hasta que el grader¨ªo los saca a hombros. Ni una rendija por la que entre la melancol¨ªa de la duda: el otro es peor, la nostra es m¨¦s maca, como dice el viejo chiste catal¨¢n; usted no sirve, v¨¢yase. Usted es un falt¨®n.
Vi el debate con cierta melancol¨ªa; los datos de ayer dec¨ªan que las cosas van (algo) mejor, pero se sabe que los datos malos son m¨¢s cre¨ªbles que los datos buenos. Y a mediod¨ªa repic¨® la urgencia de una mala noticia, ¨¦sta s¨ª densa y definitiva: una muerte, la de Antonio Vega. La vida es m¨²sica, si queremos escuchar. Los tiempos de Nacha Pop suenan ahora como el nudo de una cultura, aquella ¨¦poca en que parec¨ªa que la noche y el d¨ªa se confund¨ªan con el ruido de las palomas de los versos de Rafael Alberti. ?poca rara y feliz porque coincidi¨® con la juventud de las ilusiones de un pa¨ªs que ahora se asombra de las sombras.
Las sombras est¨¢n aqu¨ª; en el Parlamento se hicieron eco como si se suspendiera la m¨²sica.
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