Gafas oscuras, tabaco y l¨¢grimas

Por momentos parec¨ªa otra vez el Madrid de los ochenta. Ambite, antiguo componente de Los Pistones, fumaba en una esquina; El Reverendo daba cuenta de una ca?a en un bar y el dibujante Ceesepe saludaba a Teresa, la primera mujer de Antonio Vega. Llegaba de Vizcaya para dar el ¨²ltimo adi¨®s al m¨²sico con el que comparti¨® sus a?os de Nacha Pop. Las im¨¢genes se suced¨ªan ayer por la ma?ana, a unos metros de la cola que rodeaba el edificio de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), donde se instal¨® durante todo el d¨ªa la capilla ardiente del creador de La chica de ayer.

Abundaban las gafas oscuras que escond¨ªan las l¨¢grimas. Las camisetas lanzaban esl¨®ganes: "Aprovecha las confusiones que se producen en la noche". Era la de una joven que estaba desde las 9.00 en la cola para despedir a su m¨²sico favorito. "Le voy a echar mucho de menos", dijo, y se puso a tararear Se dejaba llevar por ti. Tambi¨¦n aguardaba una mujer madura con el pelo recogido, que asegur¨® conocer muy bien a Antonio Vega: "Le he tenido muchas veces viviendo en mi casa. Era amigo de mi hijo, que muri¨® antes que ¨¦l".

Los restos del m¨²sico ser¨¢n incinerados hoy en el cementerio de la Almudena

Las coronas de flores de Andr¨¦s Calamaro y Joaqu¨ªn Sabina llegaron de las primeras. El coche f¨²nebre, cerca de las 13.00, fue recibido en el palacete de Longoria, impresionante edificio modernista, con un largo aplauso. En la sala Manuel de Falla estaban los padres y los tres hermanos del m¨²sico. Tres guitarras y un piano, alquilados por la SGAE, esperaban, bajo un retrato de Antonio Vega, que alg¨²n amigo del compositor de Lucha de gigantes se animara a cantarle algo. En la sala, en medio del fuerte aroma que desprend¨ªan las coronas, qued¨® instalado el f¨¦retro.

Alba Flores, hija de Antonio Flores, inaugur¨® el desfile de famosos. Luego llegaron, en medio de una nube de fot¨®grafos, Lolita, Nacho G. Vega, Miguel R¨ªos y ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, ministra de Cultura y rendida admiradora del m¨²sico. Ellos ten¨ªan acceso directo a la sala donde estaba instalada la capilla ardiente, mientras el p¨²blico segu¨ªa en la cola las apremiantes instrucciones -"?Rapidito!"- de los vigilantes de seguridad. Y entre el barullo, Eduardo Bautista, presidente de la SGAE y productor del primer disco de Nacha Pop, recordaba el valor de un artista que nos "ha dejado la banda sonora de una d¨¦cada".

Sus restos ser¨¢n incinerados hoy en el cementerio de La Almudena.

V¨ªdeo del reencuentro de Antonio Vega y Nacho Garc¨ªa Vega en 2006