Fe, esperanza y antimateria
No esperen aqu¨ª ninguna diatriba contra Dan Brown, autor de limitados recursos pero capaz de formular un neopulp de aeropuerto, astutamente dise?ado para proporcionar generosas dosis de placer epid¨¦rmico y culpable. ?ngeles y demonios, escrita tres a?os antes que el fen¨®meno de El c¨®digo Da Vinci, presentaba en sociedad a Robert Langdon, atildado lector de s¨ªmbolos lanzado a una improbable aventura donde la acci¨®n f¨ªsica y el descifrado de claves ocultas se combinaban sobre el tel¨®n de fondo de una amenaza de autom¨¢tico (y turbio) atractivo: la destrucci¨®n del Vaticano y, por extensi¨®n, la derrota de la Iglesia cat¨®lica frente al poder de un pensamiento racional aliado a las fuerzas oscuras de los Illuminati. El Dan Brown de ?ngeles y demonios era m¨¢s tosco y directo que el que poco despu¨¦s escribir¨ªa El c¨®digo Da Vinci, estaba menos empe?ado en darle a su aparatosa novela barata (en esp¨ªritu, que no en precio) un cierto barniz de refinamiento y, quiz¨¢s por eso, se atrev¨ªa a m¨¢s cosas: por ejemplo, a culminar el relato con un torrente de revelaciones folletinescas de irresistible toque psicotr¨®nico.
?NGELES Y DEMONIOS
Direcci¨®n: Ron Howard.
Int¨¦rpretes: Tom Hanks, Ewan McGregor, Ayelet Zurer, Stellan Skarsg?rd, Armin Mueller-Stahl.
G¨¦nero: thriller. UU, 2009.
Duraci¨®n: 138 minutos.
El cine ha convertido esa primera aventura de Langdon en la secuela de la versi¨®n cinematogr¨¢fica de El c¨®digo Da Vinci (2006). No s¨®lo se invierte el orden de los factores: Ron Howard tambi¨¦n ha considerado conveniente matizar algunos de los excesos del original -por ejemplo, el personaje de Vittoria Vetra no se planta en el Vaticano en mini-shorts y los elementos de follet¨ªn tronados son omitidos en nombre de la prudencia narrativa-. El resultado es, pues, la adaptaci¨®n made in Hollywood que uno podr¨ªa esperar de Howard -que, tras El desaf¨ªo: Frost contra Nixon, vuelve a la escritura visual de brocha gorda-: razonablemente m¨¢s entretenida que El c¨®digo Da Vinci, pero sin la insensata locura que propulsaba el libro original.
Babelia
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