F¨¢bula de la resistencia
Despu¨¦s de que la narrativa tradicional china alcanzase su m¨¢ximo grado de esplendor con El sue?o del pabell¨®n rojo se produjo, ya en el siglo XIX, un inter¨¦s por la narrativa occidental, al que contribuyeron decisivamente dos traductores: Yen Fu y Lin Shu, cuya influencia se dej¨® sentir en los nuevos narradores. A principios del siglo XX, el lenguaje cl¨¢sico dej¨® lugar a un lenguaje m¨¢s vivo y adecuado a los nuevos tiempos. Producto de esta nueva actitud es la obra de Lu Sin (Grito de llamada, Alfaguara, 1978). Tras largos siglos de feudalismo, China se encontraba en una situaci¨®n semicolonial y Lu Sin representa la modernidad y, tambi¨¦n, el primer atisbo de "literatura comprometida". De entonces ac¨¢ varios narradores modificaron el curso de la narrativa china, antes de que se produjera la llamada de Mao Zedong a la creaci¨®n de una literatura proletaria. Quiz¨¢ el m¨¢s importante de los nuevos narradores de la primera mitad del siglo sea Qian Zhongshu, autor de una novela excepcional (La fortaleza asediada, Anagrama, 1992), que dej¨® de escribir y se dedic¨® a la cr¨ªtica literaria y la ense?anza por problemas de censura.
La vida y la muerte me est¨¢n desgastando
Mo Yan
Traducci¨®n de Carlos Oss¨¦s
Kailas. Madrid, 2009
764 p¨¢ginas. 22,90 euros
Mo Yan es el seud¨®nimo de Guang Ye (Gaomi, Shandong, 1955) y significa "no hables" en chino. Su novela Sorgo Rojo (El Aleph, 2002) fue llevada al cine por el gran director Zhang Yimou. Tambi¨¦n ¨¦l ha tenido serios problemas de censura. Hoy es el escritor chino m¨¢s conocido en Occidente, junto con Gao Xingjian (premio Nobel en el a?o 2000), nacionalizado franc¨¦s este ¨²ltimo y nacido en 1940. De Mo Yan se han publicado en Espa?a Sorgo rojo (El Aleph), Grandes pechos, amplias caderas (Kailas) y Las baladas del ajo (Kailas).
La vida y la muerte me est¨¢n desgastando es una novela-r¨ªo en la que se cuenta la historia de Ximen Nao, un terrateniente que es ejecutado por el r¨¦gimen comunista y se pasa dos a?os en el infierno antes de ser devuelto a la Tierra por el se?or del inframundo, Yama. Regresa a su aldea reencarnado en un burro. A partir de aqu¨ª (estamos en 1950) asistir¨¢ al triunfo del comunismo en China, a la Revoluci¨®n Cultural, a la muerte de Mao y, finalmente, tras reencarnarse sucesivamente durante todo ese tiempo en cerdo, buey, perro y mono, recuperar¨¢ al fin su forma humana como el ni?o de cabeza grande Lan Qiansui. Al principio, un sirviente de Yama le ofrece morir si no quiere enfrentarse a su destino, pero ¨¦l lo rechaza: "Quiero conservar mi sufrimiento, mis preocupaciones y mi hostilidad. De lo contrario, no tendr¨ªa sentido regresar a mi mundo". Su actitud es la de un resistente que en su condici¨®n animal asiste al desarrollo de la vida en la peque?a aldea remota sacudida por las convulsiones y transformaciones de un mao¨ªsmo interpretado por unos r¨²sticos; el periplo de Ximen reencarnado se convierte en un microcosmos de la vida china en la segunda mitad del siglo adem¨¢s de una f¨¢bula de la resistencia ante el igualitarismo autoritario.
El relato contiene los ingredientes de la tradici¨®n narrativa china admirablemente mezclada con la tradici¨®n occidental. Es un mundo fant¨¢stico el que se despliega ante los ojos del lector, pero un mundo fant¨¢stico en el cual la fantas¨ªa transcurre por los caminos de la narraci¨®n realista, lo que origina un contraste singular y fascinante. El imaginario chino est¨¢ lleno de im¨¢genes prodigiosas que, como en el mundo de la mitolog¨ªa, enhebra hechos portentosos con actitudes cotidianas y Mo Yan ha aprovechado esta caracter¨ªstica para elaborar una ficci¨®n de una flexibilidad y delicadeza extraordinarias. No es un ejemplo de lo que Carpentier llam¨® "lo real maravilloso" -aunque el autor reconoce su inter¨¦s por autores como Garc¨ªa M¨¢rquez- sino un relato que parte de una espiritualidad oriental para adentrarse en la realidad a trav¨¦s de lo simb¨®lico. A ello hay que a?adir un refinado sentido del humor que desemboca en s¨¢tira con frecuencia y que, incluso en sus momentos m¨¢s crudos, no se deja llevar por el facilismo ni por el trazo grueso. Un ejemplo del modo de hacer es el de la escena en la que el secretario del Partido prende al terrateniente Ximen. ?ste reconoce que, tal como est¨¢n las cosas, si no fuera el secretario y su hueste ser¨ªan otros los que vendr¨ªan a ejecutarlo "porque todas las personas ricas est¨¢n condenadas a correr la misma suerte" y el secretario, al que Ximen ha podido matar en defensa propia un momento antes, le contesta: "Eres un hombre con una perspectiva amplia y, como hombre, te respeto. M¨¢s que eso, eres un hombre con el que estar¨ªa encantado de compartir una botella. Incluso con el que har¨ªa un juramento de hermandad. Pero hablando como miembro de las masas revolucionarias, t¨² y yo somos enemigos irreconciliables y estoy obligado a acabar contigo. No es una cuesti¨®n personal, sino de odio entre clases". Con estos, modo y tono -que no est¨¢n lejos del humor negro espa?ol bajo el franquismo-, consigue Mo Yan establecer una distancia admirable para contar la historia reciente de su pa¨ªs.
La novela la dirigen dos narradores; uno es el propio Ximen Nao desde cada una de sus reencarnaciones; es decir: act¨²a como un verdadero burro, cerdo, buey, perro o mono, pero su mente es la de un humano. El otro es Lan Jiefang, hijo del campesino Lan Lian, un ni?o recogido por Ximen que se convierte en el ¨²nico campesino independiente que se resiste a la colectivizaci¨®n y a integrarse en la Comuna, lo que da lugar a un contraste con el resto de los numerosos personajes lleno de iron¨ªa que marca la columna vertebral del relato. A quien el narrador Lin Jiefang est¨¢ contando la historia es al propio Cabeza Grande Lan Qinsuai, esto es, a la ¨²ltima reencarnaci¨®n, al fin humana, del propio Ximen. La circularidad del relato es un prodigio de humor, s¨¢tira y bonhom¨ªa narrativa. Como es costumbre en la tradici¨®n china, el relato est¨¢ plagado de an¨¦cdotas que continuamente se desv¨ªan del caudal central para regresar a ¨¦l como afluentes cargados de agua nueva y las m¨¢s de setecientas p¨¢ginas fluyen llenas de inteligencia. Gran escritura que nos abre un mundo a la vez tan lejos y tan cerca de nuestro mundo occidental, un libro para pensar, disfrutar y descubrir la mirada de una cultura distinta y fascinante. -
Se acaba de reeditar Sorgo rojo, de Mo Yan. Traducci¨®n de Ana Poljak. El Aleph. 515 p¨¢ginas. 19,95 euros.
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