La terapia militante
Castilla del Pino fue uno de los pocos eslabones entre la psiquiatr¨ªa de la Rep¨²blica con la actual cuando, en su periodo de formaci¨®n, trabaj¨® con los restos de la escuela de Cajal. Desde esa perspectiva neuropsiqui¨¢trica inicial cuestion¨® el concepto de enfermedad mental como algo ajeno al entorno social e impuls¨® la aplicaci¨®n del psicoan¨¢lisis, de la sociolog¨ªa, de la teor¨ªa de la comunicaci¨®n y de la ling¨¹¨ªstica para analizar la conducta con objetividad, relacion¨¢ndola con el que la lleva a cabo y con su entorno social.
Un estudio sobre la depresi¨®n, publicado a finales de los sesenta, supuso una ruptura con la psiquiatr¨ªa que hab¨ªa impuesto la dictadura y uno de los inicios de los cambios que acabaron con la transformaci¨®n de la asistencia psiqui¨¢trica llevada a cabo en los ¨²ltimos 30 a?os. Sus an¨¢lisis de la alienaci¨®n de la mujer, de la conducta sexual, de la comunicaci¨®n interpersonal, etc... lo convirtieron en uno de los intelectuales m¨¢s influyentes en la universidad de los a?os setenta y ochenta, pese a haber sido marginado de ella por los psiquiatras del r¨¦gimen.
Durante la democracia pudo ejercer la docencia sin tantas limitaciones y formar a m¨¢s de 200 profesionales en una visi¨®n de la psiquiatr¨ªa que un¨ªa la din¨¢mica del mundo interno de la persona con los avances en el conocimiento del cerebro y con el an¨¢lisis sociol¨®gico que tanto le interes¨®. Con su muerte perdemos a un intelectual honesto, l¨²cido e irremplazable.
Jos¨¦ M? Valls Blanco es psiquiatra y secretario de la Fundaci¨®n Castilla del Pino.
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