Madrid, el territorio de los sue?os
Cuando yo empezaba a corretear por Madrid, lo suyo, lo que de verdad se llevaba, era despreciar las medallas. Quedaba muy bien, pero era mentira. En realidad, eran las medallas las que nos despreciaban a nosotros.
Por una medalla de Madrid uno hasta madruga. Por darse un paseo por este Madrid isidril, tan primaveral, y tan hermoso, y tan faldicorto, al que le llam¨® Gald¨®s una vez poblach¨®n manchego. Pero tambi¨¦n Gald¨®s dijo -y yo lo dije un d¨ªa en la plaza de toros de Las Ventas, no toreando, sino cantando-: "Yo nac¨ª en Madrid a los 30 a?os". Luego, el Nobel Cela dijo que Madrid estaba entre Navalcarnero y Kansas City. Para el ni?o de provincias que yo fui, Madrid era el sitio donde iban todos los trenes, y sobre todo era el mapa del deseo, el territorio de los sue?os, estaba entre Babilonia y el para¨ªso terrenal. Lo malo de los sue?os es que algunas veces acaban cumpli¨¦ndose.
Yo siempre digo que los que hab¨¦is nacido en Madrid, como mis dos hijas, guap¨ªsimas, que son madrile?as, gatas de pro, se han perdido el modo de paladearla de alguien que viene de fuera y se baja en la estaci¨®n de Atocha con su maleta de cart¨®n y con su boina en el alma. Como era el ni?o de provincias que yo fui, que so?aba con conquistar una ciudad que es tan f¨¢cil de conquistar porque te deja empezar a ser madrile?o en el mismo segundo en que te bajas en Atocha y te quedas en Madrid. Quiero darle las gracias a Pancho y Antonio, mis m¨²sicos maravillosos, mis hermanos maravillosos que tienen tres cuartas partes de esa medalla.
Decirle a Joan Manuel Serrat, que ¨¦l tiene la de Barcelona, que es la ¨²nica que ten¨ªa que no ten¨ªa yo, y ahora tengo la de Madrid y que no se la cambio. Con todos mis respetos a Barcelona.
Madrid es la ciudad m¨¢s hospitalaria, m¨¢s callejera, m¨¢s amable y m¨¢s abierta del mundo, una ciudad donde es inconcebible imaginar a los madrile?os desfilando detr¨¢s de un himno o con una bandera de Madrid. Y eso es estupendo. Una ciudad que adem¨¢s de ser Villa y Corte, ahora es una ciudad modern¨ªsima y maravillosa. Este patio parece que lo estrenamos hoy y, aunque a m¨ª me gustaba m¨¢s la plaza de la Villa, me parece una delicia de lugar para acoger a toda la gente que admiro y a toda la gente que quiero.
Quiero mandarle un beso a la madre de mis hijas y a mi novia Jimena, que es peruana. Es decir, madrile?a, porque vive en la calle de Relatores. Es muy emocionante. Estoy muy agradecido y abrumado. Y con alzh¨¦imer. Muchas gracias.
Texto ¨ªntegro del discurso pronunciado por Joaqu¨ªn Sabina tras recibir la Medalla de Madrid.
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