Desgravar se va a acabar
El anuncio de la eliminaci¨®n de la desgravaci¨®n a la vivienda, aunque sea parcial y con efectos retardados, es un paso en la direcci¨®n correcta. No hay duda de que la intensidad de los tradicionales incentivos fiscales a la compra de vivienda en Espa?a ha colaborado decisivamente a la creaci¨®n de la mal llamada "cultura de la propiedad", distorsionando la decisi¨®n entre compra y alquiler. La anunciada equiparaci¨®n entre las dos formas de tenencia puede contribuir a vencer la negativa percepci¨®n social del alquiler. Adem¨¢s, el necesario adelgazamiento del sector de la construcci¨®n liberar¨¢ recursos para otros sectores m¨¢s productivos, y el fomento del alquiler permitir¨¢ mejorar la movilidad de los trabajadores y reducir distorsiones que dificultan el ajuste en el mercado laboral. En todo caso, si el objetivo es realmente favorecer el alquiler, el presidente del Gobierno deber¨ªa haber anunciado a rengl¨®n seguido que todas las viviendas de protecci¨®n oficial que se construyan en el futuro ser¨¢n de alquiler (dado que sigue insistiendo en construir VPO pese al enorme inventario de viviendas sin vender). Con el peso que en los pr¨®ximos a?os tendr¨¢ la VPO, este mecanismo ser¨ªa un procedimiento muy directo de fomentar el alquiler.
Nada impide al Gobierno extender la desgravaci¨®n cuando estemos en 2010
Si el objetivo es favorecer el alquiler habr¨ªa que destinar toda la VPO a ese fin
El objetivo evidente de retrasar el fin de la desgravaci¨®n hasta 2011 es intentar animar la demanda de vivienda hasta entonces para reducir el enorme inventario acumulado. El truco no es original. Con el mismo objetivo, la Administraci¨®n de Obama ha incluido una desgravaci¨®n fiscal del 10%, hasta un m¨¢ximo de 8.000 d¨®lares, para compradores de primera vivienda en este a?o. No es la primera vez que el Gobierno espa?ol mira al otro lado del Atl¨¢ntico para sus actuaciones econ¨®micas. La deducci¨®n de los famosos 400 euros fue aprobada despu¨¦s de que la Administraci¨®n de Bush mandara cheques de 600 d¨®lares a las familias. Por desgracia, no se esper¨® a ver la nula efectividad de esta medida.
?Ser¨¢ efectivo ese aplazamiento para aumentar la demanda de vivienda? Pues depender¨¢ de la din¨¢mica de los precios en este periodo. El comprador cuya renta supere el umbral de la desgravaci¨®n deber¨¢ comparar la posible bajada de los precios m¨¢s all¨¢ de 2010, con el ahorro que obtendr¨ªa al poder beneficiarse de la desgravaci¨®n. Si los precios bajan al ritmo que dice el Ministerio de la Vivienda, a¨²n queda mucho recorrido (y tiempo de ajuste) y quiz¨¢ ser¨¢ m¨¢s conveniente esperar aunque pierdan la desgravaci¨®n en el futuro. En un escenario de bajadas de precios lentas pero sostenidas, al estilo japon¨¦s, el incentivo de la desgravaci¨®n "ahora o nunca" ser¨ªa m¨ªnimo. Aunque la competencia entre inmobiliarias y bancos por colocar el stock de viviendas que acumulan podr¨ªa acelerar la ca¨ªda de los precios.
A su vez, la din¨¢mica de los precios se ver¨¢ afectada por la efectividad de la medida pues un impacto colateral que podr¨ªa tener posponer la eliminaci¨®n de la desgravaci¨®n, si fuera m¨ªnimamente efectiva, ser¨ªa mantener un ritmo de ca¨ªda de los precios de la vivienda menor del que se observar¨ªa si se eliminara de forma inmediata (dado que los precios descontar¨¢n la desgravaci¨®n hasta 2010 sin l¨ªmites de renta).
Otros motivos que cuestionan la efectividad de ese retraso son las dificultades de financiaci¨®n y los problemas de inconsistencia temporal. Aunque los tipos est¨¢n cayendo r¨¢pidamente para pr¨¦stamos hipotecarios en vigor, para nuevos pr¨¦stamos no se observa este efecto. La disminuci¨®n de la cuota mensual neta de la desgravaci¨®n no puede compensar la vuelta a los est¨¢ndares tradicionales para la concesi¨®n de cr¨¦ditos. Tambi¨¦n existe un problema de credibilidad. Nada impide que llegados a finales de 2010 el Gobierno decida extender la desgravaci¨®n otros dos a?os o incluso indefinidamente. Por ¨²ltimo, puede existir un efecto psicol¨®gico que incite a la compra ("que me quedo sin desgravaci¨®n") aunque, racionalmente, no fuera lo m¨¢s conveniente. La incertidumbre sobre las ventajas de esperar a que los precios bajen m¨¢s en el futuro puede jugar tambi¨¦n a favor de una compra impulsiva.
En resumen, el sector de la vivienda presenta claras anomal¨ªas, como una ¨ªnfima proporci¨®n de alquiler, un gran n¨²mero de viviendas desocupadas o una excesiva producci¨®n. Si finalmente se elimina la desgravaci¨®n a la compra de vivienda se habr¨¢ dado un paso importante en su normalizaci¨®n.
Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra.
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