Deseducar
La futura ley de educaci¨®n de Catalu?a ha provocado una airada reacci¨®n del Partido Popular, plasmada en un anuncio aparecido hace poco en la prensa. En ¨¦l, acompa?ando al eslogan Suspenso en calidad. Suspenso en libertad, aparecen un ni?o y una chica esposados. Provoca estupefacci¨®n que, para manifestar desacuerdo con la ley educativa, los populares usen una imagen tan poco pedag¨®gica, tan poco ¨¦tica y tan poco est¨¦tica.
Probablemente esa imagen es una m¨¢s en la carrera -por ahora sin l¨ªmite- a que se han lanzado las gentes responsables del marketing para conseguir poner de relieve su "producto". Y es que no debe de ser f¨¢cil alcanzar aunque sean cinco minutos de gloria en ese mercado saturado de marcas, logos y esl¨®ganes. De modo que se utiliza lo que sea con tal de impactar a la ciudadan¨ªa y conseguir su atenci¨®n unos instantes.
Si a chicos y chicas les embutimos semejantes ideas en el cerebro, no es de extra?ar que act¨²en en consecuencia
?sa debi¨® tambi¨¦n de ser la intenci¨®n de un local de copas de Almer¨ªa que empapel¨® la ciudad con un cartel en el que publicitaba sus calimochos. La promoci¨®n se ilustra con la foto de un ni?o y una ni?a con el torso al aire. Pese a que la imagen est¨¢ cortada por la cintura, el gesto de la ni?a, que con sus manos tira del el¨¢stico de sus braguitas, y el del ni?o, asom¨¢ndose a su interior, permiten hacerse una idea de la fotograf¨ªa completa. Por si fuera poco, se acompa?a con esta frase de la ni?a: "Mira, con esto es con lo que voy a controlar tu vida".
El mismo d¨ªa en que al pub de Almer¨ªa se le ocurri¨® esa genial idea, una discoteca de Granada publicitaba su local con esta brillant¨ªsima acci¨®n promocional: "Si est¨¢s soltera, sub¨¢state. Si est¨¢s soltero, puja". Una fiesta tem¨¢tica, se justifican los organizadores, en la que chicas y chicos eran menores de edad y, por consiguiente, solteros. Ellas ten¨ªan que desfilar por una pasarela al ritmo que marcaba la m¨²sica y luciendo sus encantos mientras ellos pujaban con dinero de mentirijillas -?menos mal!- por su elegida. El chico que hab¨ªa ofrecido la suma m¨¢s alta se llevaba el premio: un refresco en una mesa especial, acompa?ado de la chica reci¨¦n comprada.
Dejando a un lado esa carrera loca por ver qui¨¦n acierta con la ocurrencia m¨¢s peregrina, me pregunto si no hay nadie en los departamentos de marketing que tenga una hija y que, por ella, sea capaz de frenar esos mensajes publicitarios que parecen decir: "Chica, carecer¨¢s de recursos econ¨®micos, pero dispondr¨¢s de tu sexo para obtener los que el var¨®n acumula; as¨ª que ya sabes, t¨² cuerpo es lo primordial".
Por otro lado y aunque todo parece indicar que hay una dominaci¨®n, a trav¨¦s del sexo, de la mujer sobre el hombre, en realidad, la situaci¨®n es exactamente la contraria. Para empezar, alguien impone su voluntad e inculca aspiraciones y motivaciones en un sujeto paciente: las ni?as. Luego, ese sujeto paciente transformado en mujer act¨²a como le han ense?ado y es acusada de dominadora por quien, de verdad, detenta el poder. Esa relaci¨®n fue muy exactamente descrita por Jean Jacques Rousseau en el XVIII: "La mujer depende de nuestros sentimientos, del precio que pongamos a su m¨¦rito, de la opini¨®n que nos merezcan sus encantos y su virtud".
Y en el XXI, seguimos igual porque, si a chicos y chicas les embutimos semejantes ideas en el cerebro, no es de extra?ar que luego act¨²en en consecuencia. Traducido en palabras de la escritora Eva Figes: "La mayor¨ªa de gente aspira s¨®lo a lo que le han ense?ado a pensar que le corresponde".
No sorprende, pues, que en un informe sobre violencia de g¨¦nero elaborado en 2005 por la comisi¨®n para la investigaci¨®n de malos tratos se halle el siguiente resumen de lo que, para los adolescentes, es la chica ideal: "Alta, delgada, guapa, de ojos azules o verdes, limpia, ninf¨®mana, simp¨¢tica, que sepa el Kamasutra de memoria, que utilice ropa interior transparente y tanga todos los d¨ªas, y que no me ponga los cuernos".
Y es que los anuncios pueden ser una forma m¨¢s de educar o, como en el caso de los que exponen a chiquillos esposados o a ni?as como reclamo sexual, de deseducar.
Gemma Lienas es escritora
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