T¨¤pies, m¨¢s all¨¢ de la pintura

En el mundo del arte hay viajes dif¨ªciles. El catal¨¢n Antoni T¨¤pies, de 85 a?os, comenz¨® el suyo en la d¨¦cada de los cuarenta y aunque ha entrado en el siglo XXI con la firmeza y solidez de quien ha sabido construirse un camino inmensamente reconocido en su propio pa¨ªs, su consolidaci¨®n definitiva en la historia necesitaba un peque?o empuj¨®n.

Para paliar ese extra?o impasse en el que parece flotar el artista vivo espa?ol m¨¢s importante de la segunda mitad del siglo XX, la Fundaci¨®n Dia Art Beacon (Nueva York) -inaugu-rando un camino de colaboraciones con el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid- le dedica hasta el pr¨®ximo 19 de octubre una peque?a pero certera muestra. Antoni T¨¤pies, los recursos de la ret¨®rica abri¨® sus puertas el s¨¢bado en ese museo secreto para las masas, pero esencial para los amantes del arte contempor¨¢neo de las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas.

El artista tuvo gran proyecci¨®n en EE UU durante los a?os sesenta

"Est¨¢ en el mercado. Lo que necesita es volver a la historia", dice Borja-Villel

Situado en un id¨ªlico paisaje frente al r¨ªo Hudson, a una hora de viaje desde Manhattan, en este m¨ªtico centro neoyorquino no se ven rothkos ni polloks sino todo lo que lleg¨® tras la vanguardia pict¨®rica, del minimalismo al arte conceptual: Sol Lewitt, Chamberlain, Donald Judd, Joseph Beuys... "Ellos son el contexto art¨ªstico al que realmente pertenece T¨¤pies, y por eso esta exposici¨®n en este museo tiene un peso especial", explicaba durante la inauguraci¨®n Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, experto en T¨¤pies -fue director de su fundaci¨®n barcelonesa- y comisario de la muestra. "A T¨¤pies siempre se le ha visto vinculado al informalismo pict¨®rico y en continuidad con Picasso y Mir¨®, pero lo cierto es que su trabajo tiene otra dimensi¨®n. ?l no cree en el modernismo pict¨®rico, muchos elementos de su obra, como la materialidad, el uso de la escritura, la teatralidad y la carga narrativa le acercan por actitud y edad a la generaci¨®n de artistas en la que se centra este museo", asegura Borja-Villel, quien a?adi¨® que T¨¤pies, que no viaj¨® a Estados Unidos debido a su edad est¨¢ "muy conmovido" con la exposici¨®n.

En un momento en el que museos y galer¨ªas pecan de entregarse a exposiciones para masas, la muestra, con apenas 16 obras, produce el extra?o efecto de las cosas hechas con ambiciones puramente cualitativas, una perspectiva ajena al mundo del arte actual. La exposici¨®n hace hincapi¨¦ en la producci¨®n mat¨¦rica de un artista que tuvo gran proyecci¨®n en Estados Unidos en los a?os sesenta y despu¨¦s cay¨® en el olvido de la cr¨ªtica estadounidense. En palabras de Borja-Villel, "T¨¤pies est¨¢ en los mercados. Lo que necesita es volver a la historia. No es una invenci¨®n espa?ola si no un artista fundamental para entender el arte de la segunda mitad del siglo XX".