El Supremo y la 'operaci¨®n biquini'
Parece que la operaci¨®n biquini, esa p¨¦rdida de peso que por estas fechas realiza un buen porcentaje de la poblaci¨®n para que les entre el ba?ador del a?o pasado, ha llegado al Supremo. Da la impresi¨®n de que el alto tribunal va soltando lastre y esta misma semana ha absuelto por aplicaci¨®n de la prescripci¨®n al ex banquero y ex financiero Javier de la Rosa de su participaci¨®n en el caso Croesus, por el que la Audiencia Nacional le hab¨ªa condenado a cuatro a?os y ocho meses. Tambi¨¦n ha absuelto al abuelo que viol¨® a su nieta de ocho a?os con un pene de madera y abus¨® sexualmente de ella durante m¨¢s de 15 a?os.
La socorrida prescripci¨®n, querido lector, es una figura legal por la que se extingue la responsabilidad criminal debido al transcurso del tiempo. El fundamento es que la condena no se aleje mucho en el tiempo del momento en que se cometi¨® el delito, porque el derecho del Estado a perseguir al culpable no debe ser eterno.
De la Rosa y un abuelo abusador, absueltos por prescripci¨®n
Seguramente, el conocer la ajustada interpretaci¨®n legal de la prescripci¨®n que ha realizado el Supremo no consolar¨¢ a la nieta, que ha visto c¨®mo su abuelo queda libre como el viento -en la Audiencia hab¨ªa sido condenado a 8 a?os y 6 meses por abusos sexuales- despu¨¦s de tres lustros de pertinaz persecuci¨®n y que ella no denunci¨® porque pens¨® que nadie la iba a creer. Lo hizo ¨²nicamente cuando, a los 22 a?os y padeciendo estr¨¦s postraum¨¢tico, ansiedad y depresi¨®n, pudo grabar con su tel¨¦fono m¨®vil a su abuelo que hasta en cinco ocasiones le ofrec¨ªa 20 euros por darle un beso "en el chocho". Es decir, que la persecuci¨®n del culpable no puede ser infinita, pero la frustraci¨®n de las v¨ªctimas, s¨ª.
Diferente es la situaci¨®n de De la Rosa, absuelto ahora tras una peripecia jur¨ªdica. El caso Croesus se refiere a una desviaci¨®n de fondos de 27,4 millones de d¨®lares, ordenada por Javier de la Rosa, desde el Grupo Torras a Croesus Ltd, una sociedad ficticia, para ocultar que el dinero era desviado en favor del propio De la Rosa o de terceros. La Audiencia declar¨® prescrito el caso en 2003, pero el Supremo estim¨® que la prescripci¨®n no era aplicable y orden¨® que se volviera a juzgar la operaci¨®n con un tribunal diferente. La Audiencia conden¨® entonces al financiero a cuatro a?os y ocho meses por apropiaci¨®n indebida y falsedad. Pero De la Rosa recurri¨® al Supremo, que, ahora s¨ª, ha estimado que los hechos han prescrito.
De la Rosa, que lleva entrando y saliendo de la c¨¢rcel desde 1994, est¨¢ condenado por otros procesos a 16 a?os de prisi¨®n, aunque en la actualidad se encuentra en tercer grado, es decir, que s¨®lo va a prisi¨®n a dormir.
No obstante, parece que los banqueros y grandes empresarios gozan de un suplemento extra de inocencia, pues resultan absueltos con notable frecuencia. De la Rosa lo ha sido en no pocas ocasiones y tambi¨¦n Alberto Cortina y Alberto Alcocer, Los Albertos -condenados inicialmente a tres a?os y cuatro meses por estafa y falsedad a ra¨ªz del caso Urbanor-, lo fueron por aplicaci¨®n de una nueva doctrina del Constitucional sobre la prescripci¨®n. Ese plus de inocencia de los banqueros parece m¨¢s que una leyenda urbana, puesto que en el Tribunal Supremo el ex presidente del BBVA Emilio Ybarra fue exculpado del delito de apropiaci¨®n indebida por el que hab¨ªa sido condenado en la Audiencia Nacional y el presidente del Banco Santander, Emilio Bot¨ªn, lo fue tambi¨¦n en dos ocasiones. En el caso de las jubilaciones millonarias de los directivos Jos¨¦ Mar¨ªa Amus¨¢tegui y ?ngel Corc¨®stegui -43,7 y 108 millones de euros, respectivamente-, el Supremo precis¨® que transgred¨ªan ostensiblemente los topes m¨¢ximos que rige la ¨¦tica y pod¨ªan "repugnar socialmente", pero absolvi¨® a Bot¨ªn porque, aunque no fuera moral, los pagos a los ejecutivos no constitu¨ªan delito alguno. Y en el caso de las cesiones de cr¨¦dito, por presuntos delitos fiscales y falsedad, que sesteaba por la Audiencia desde 15 a?os antes, el alto tribunal utiliz¨® para absolver a Bot¨ªn el mismo resquicio legal que un par de meses antes hab¨ªa servido para condenar al presidente del Parlamento vasco Juan Mar¨ªa Atutxa.
Estoy convencido, querido lector, de que su indulgencia le permitir¨¢ disculpar la aplicaci¨®n de la prescripci¨®n a los banqueros por pecadillos con los que se han hecho m¨¢s ricos. Pero, ?no le parece que tambi¨¦n los ciudadanos deber¨ªamos beneficiarnos de la prescripci¨®n de los cr¨¦ditos no pagados y de las deudas contra¨ªdas con los bancos? ?A que s¨ª?
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