Una lengua global, pero no de la globalizaci¨®n
Juan Luis Cebri¨¢n traza un mapa del espa?ol en el mundo
Una lengua impulsada por los hispanos de Estados Unidos y "amenazada" por los internautas chinos. As¨ª ser¨¢, a grandes rasgos, el espa?ol del inmediato futuro seg¨²n el periodista y acad¨¦mico Juan Luis Cebri¨¢n, que ayer dict¨® la conferencia Lengua y globalizaci¨®n en la sede madrile?a del Instituto Cervantes. El consejero delegado y presidente de la Comisi¨®n Ejecutiva del Grupo PRISA (editor de EL PA?S) traz¨® un panorama del espa?ol como lengua global, que no "de la globalizaci¨®n", t¨ªtulo reservado al ingl¨¦s.
Partiendo de la maldici¨®n bab¨¦lica de la confusi¨®n ling¨¹¨ªstica, Cebri¨¢n deshizo el t¨®pico de que, durante la conquista espa?ola de Am¨¦rica, la lengua fue "la compa?era del imperio". Bien al contrario, los colonos espa?oles aprendieron las lenguas ind¨ªgenas, ya fuera para propagar la fe siguiendo el mandato de Pentecost¨¦s, ya fuera para evitar la ascensi¨®n de los indios a los cargos de poder. "Fue la independencia de las rep¨²blicas americanas en el siglo XIX la que impuls¨® el espa?ol como lengua de identidad nacional", record¨®. Desde entonces, "el espa?ol ya no es s¨®lo cosa de Espa?a". Y ahora menos que nunca. La fuerza de su expansi¨®n est¨¢ menos en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica que en Am¨¦rica Latina y menos all¨ª que en EE UU, donde se calcula que en 2012 habr¨¢ 52 millones de hispanohablantes. "?Qu¨¦ har¨ªan los franceses con ese potencial?", se pregunt¨® Cebri¨¢n al pedir pol¨ªticas cabales de impulso de un idioma que sustenta el quinto mercado editorial en el mundo y que es el segundo m¨¢s usado en el buscador Google en todo el planeta.
Pero si globalizaci¨®n es sin¨®nimo de Internet, o viceversa, el periodista y escritor record¨® que ya hay en China 400 millones de computadoras y 180 millones de internautas. Y de nuevo, se pregunt¨®: "?Qu¨¦ pasar¨¢ si, como dicen algunas previsiones, la china se convierte en 2024 en la primera econom¨ªa mundial?". Su lengua es dif¨ªcil que supere al ingl¨¦s en la Red; al espa?ol, m¨¢s que probable.
Con todo, Cebri¨¢n se mostr¨® poco apocal¨ªptico al desgranar los peligros que podr¨ªan acechar a la lengua de Cervantes. ?Los mensajes de m¨®vil? "He propuesto a la RAE que prepare un diccionario de SMS. No hay que despreciarlos porque se hayan creado en los bares y no en las universidades". Cuando alguien le record¨® que el Diccionario panhisp¨¢nico de dudas propone el uso de cartel en lugar de p¨®ster, apunt¨® que prefiere que la RAE sea m¨¢s notario que polic¨ªa. ?Y el spanglish? "Estoy por la contaminaci¨®n. Habr¨¢ que adaptar y adoptar muchas de sus formas". Nada para rasgarse las vestiduras si pensamos que, como record¨® ¨¦l mismo, la primera gram¨¢tica acad¨¦mica defini¨® el espa?ol como un potaje de, entre otros, t¨¦rminos latinos, fenicios, ¨¢rabes y griegos."Habr¨¢ que adaptar formas del 'spanglish'. Estoy por la contaminaci¨®n"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.