"Perd¨ª seis a?os de mi vida aqu¨ª"

Sentada en un banco de la plaza de El ?lamo, Alba observa las fotograf¨ªas de sus cinco hijas. Las mira, les habla. Les pide perd¨®n por los a?os de ausencia. Se lamenta porque quiz¨¢ si hubiera estado con ellas su hija menor no habr¨ªa quedado embarazada a los 16 a?os. "Dentro de poquito las voy a tener a mi lado", cuenta.

Cinco minutos antes hab¨ªa recibido una llamada en la que le avisaban de que la Secretar¨ªa Nacional del Migrante del Gobierno de Ecuador (Senami) ten¨ªa listo el pasaje para que regresara a su tierra. Ella es una de las inmigrantes que ha decidido retornar a su pa¨ªs por la dif¨ªcil situaci¨®n que est¨¢ pasando en Espa?a. En la comunidad de Madrid, 87.348 extranjeros est¨¢n en paro.

La mujer trabaj¨® en un restaurante 18 horas al d¨ªa por un sueldo de 500 euros

Alba, de 58 a?os, no aparece en estas cifras porque nunca cotiz¨® para recibir el seguro de desempleo. Por esa raz¨®n no se pudo beneficiar del Plan Retorno del Ministerio de Trabajo e Inmigraci¨®n, al que se han acogido entre noviembre y marzo pasados 838 inmigrantes en la Comunidad.

Y es que en estos momentos de crisis, el ministerio, la Comunidad de Madrid y diferentes organizaciones, como la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM), ponen en marcha proyectos para facilitar el retorno de los inmigrantes que no tienen trabajo. Entre el a?o pasado y lo que va de ¨¦ste, la OIM ha entregado 829 billetes de avi¨®n en Madrid. El 49% de los que los recibieron se volvieron a Bolivia y Brasil. La mayor¨ªa eran inmigrantes sin papeles.

Cuando Alba lleg¨®, tampoco los ten¨ªa. Mientras cuenta su historia se?ala un restaurante donde consigui¨® su primer trabajo como cocinera. Los due?os hab¨ªan contratado a una espa?ola por 900 euros al mes. Pero cambiaron de opini¨®n cuando a ella le ofrecieron 500 euros y acept¨®. Durante siete meses trabaj¨® como cocinera de siete de la ma?ana a dos de la madrugada.

Despu¨¦s, una familia en Madrid la emple¨® como dom¨¦stica, pero el trabajo no le dur¨® porque no le hicieron contrato. M¨¢s tarde, un agricultor de El ?lamo la legaliz¨® para que trabajara con ¨¦l limpiando lechugas. Con la crisis su jefe despidi¨® a casi todos sus empleados. Para sobrevivir, Alba limpi¨® casas. Pero el dinero no le alcanzaba para vivir, y mucho menos para mandarle a sus hijas. Por eso acudi¨® a la Senami en busca del pasaje de vuelta.

"Me voy con los sue?os rotos. Perd¨ª seis a?os de mi vida aqu¨ª", fueron sus ¨²ltimas palabras antes de subirse al avi¨®n en Barajas.