No hay salas para tanto cine (espa?ol)
El sector rod¨® 173 filmes en 2008 gracias a las ayudas oficiales, m¨¢s que EE UU o Francia por habitante - Muchas ni se estrenan
?Recuerda Cinmart? S¨ª, hombre, esa pel¨ªcula espa?ola a la que acudieron 19 personas. ?Fue tal vez una de las 17 que vio Estrella P? Premio para la pel¨ªcula, porque al Feliz monicaco no fue nadie. ?stas son algunas de las 100 pel¨ªculas espa?olas que no se han estrenado o que cosecharon menos de 100 espectadores en los ¨²ltimos a?os.
Nueva entrega de Spain is different: cada a?o va menos gente al cine, pero se ruedan m¨¢s t¨ªtulos. La producci¨®n espa?ola no decae ni en tiempos de crisis, ajena al mercado y, sobre todo, a los gustos del p¨²blico.
"S¨ª, rotundamente s¨ª. Se han hecho demasiadas pel¨ªculas el pasado a?o y el anterior y se contin¨²an haciendo en ¨¦ste", reconoce Pedro P¨¦rez, presidente de la Federaci¨®n de Asociaci¨®n de Productores Audiovisuales de Espa?a (FAPAE). "No caben 173 pel¨ªculas espa?olas en las salas".
Pedro P¨¦rez: "El trabajo que hacemos no conecta con la gente"
Albert Serra: "El espectador no me importa. No mover¨¦ mi criterio art¨ªstico"
Parte del fracaso se achaca a la prepotencia de las 'majors' de EE UU
Se propone que los recursos se den en funci¨®n de la audiencia televisiva
Coincide con ¨¦l Carles Josep Solsona. "Tanta pel¨ªcula no tiene salida". Solsona es director general de la Asociaci¨®n de Productores Independientes de Catalu?a (APIC). "Y si tienen salida es en condiciones muy dif¨ªciles. Se estrena fatal, en malas fechas y pocas salas".
Quiz¨¢ para explicar el fen¨®meno de tanta pel¨ªcula espa?ola que no se proyecta o que atrae a menos de 100 personas hay que recordar el sistema de ayudas oficiales a la industria del cine. Ayuda del Gobierno central, ayuda de los Gobiernos aut¨®nomos, ayuda, por obligaci¨®n legal, de la televisi¨®n p¨²blica estatal, de las auton¨®micas y de las privadas... As¨ª hasta tener la sensaci¨®n de que igual se hace cine como se cultivaba el lino, para recaudar subvenciones, aunque luego ni se recoja el lino ni se proyecten los filmes.
"Se hacen demasiadas pel¨ªculas, pero de ah¨ª a que alguien plantee una pel¨ªcula para recoger subvenciones...", dice Solsona. "Es un sector de artistas y cada cual quiere hacer su pel¨ªcula. Es un sector minifundista, como en otros pa¨ªses, porque el artista se hace productor para sacar adelante su pel¨ªcula, en la que conf¨ªa ciegamente".
Lo ratifica Pedro P¨¦rez: "No me he encontrado ni un solo director, ni un solo productor que piense que la suya no va a tener ¨¦xito. En una pel¨ªcula trabaja mucha gente, pero no es una obra colectiva. Es una obra del director y como la pifie no hay quien levante el largometraje por muy buen gui¨®n que haya".
Cualquier rodaje en Espa?a, al margen de su calidad, tiene derecho a que la Administraci¨®n central le d¨¦ (previa justificaci¨®n) el 15% de la taquilla (con l¨ªmite de un mill¨®n de euros) y el 33% de la inversi¨®n del productor, aparte ayudas auton¨®micas y de televisiones (203 millones en 2008). En total, el dinero oficial no puede sobrepasar el 50% del presupuesto de una pel¨ªcula. El pasado a?o, el coste medio fue de 2,7 millones de euros y la subvenci¨®n media de 780.000 (28,8%), seg¨²n datos del Ministerio de Cultura.
Siempre ha habido ayudas al cine, pero las de las televisiones no se implantaron por ley hasta 1999. Pronto se vieron los frutos: de producir 65 t¨ªtulos en 1998 a 106 en 2001. Pero el incremento de t¨ªtulos no repercuti¨® en el taquillaje. Hoy, pese al aumento de la poblaci¨®n en cinco millones, hay cuatro millones menos de espectadores y 108 pel¨ªculas m¨¢s, una sinraz¨®n. Otra, Catalu?a produjo el a?o pasado m¨¢s filmes que el Reino Unido (77 contra 66), al margen de coproducciones.
Carnaval de Sodoma, Ara?ando las puertas de la noche, Desnudos, desnudos, Los guerreros del Apocalipsis... ni por el t¨ªtulo cuelan. Ninguna de ellas, seg¨²n datos oficiales, lleg¨® a estrenarse. Tampoco Manolete, rodada en 2006 con Adrien Brody, Pen¨¦lope Cruz, Santiago Segura, Juan Echanove, con problemas entre los t¨¦cnicos y el productor. A?o tras a?o, alrededor del 20% de la producci¨®n nacional no llega al cine o re¨²ne a menos de 100 espectadores.
Tanto P¨¦rez como Solsona creen que en otros pa¨ªses ocurre lo mismo respecto al rechazo del p¨²blico. "La cr¨ªtica cinematogr¨¢fica m¨¢s escueta que jam¨¢s he le¨ªdo la public¨® un peri¨®dico ingl¨¦s", recuerda Solsona. "Dec¨ªa simplemente: 'Hoy se estrena en Londres esta pel¨ªcula. ?Por qu¨¦?".
Pero un largometraje no es el lienzo de un pintor, cuesta muchos miles de euros. ?Qu¨¦ pasa con el fracaso econ¨®mico? En teor¨ªa m¨¢s de una productora deber¨ªa quebrar cada a?o, pero no. "Tienen m¨¢s de un producto y cubren gastos unos con otros", aclara el misterio el presidente de todos los productores. Pablo Llorca lo pone todo de su bolsillo, "con mi otro trabajo". Es director y productor de Uno de los dos no puede estar equivocado (273 espectadores). "Soy productor para dar cobertura legal a mis pel¨ªculas". Lleva seis y nunca ha solicitado una ayuda. "De cada t¨ªtulo hago cinco copias, una de ellas para cineclubes; y voy bastante por festivales". Precisamente su debut, Jardines colgantes (1993), fue destacada por The New York Times.
El pasado a?o, seg¨²n Cultura, se rodaron 173 largometrajes. De todos ellos, 24 tuvieron menos de 100 espectadores; otras 46 a¨²n no se han estrenado, lo que, a mes de mayo, no presagia nada bueno. De las pel¨ªculas rodadas en 2007, 20 contin¨²an sin estrenarse.
"A m¨ª me importan los espectadores bien poco", dice Albert Serra, director de Honor de cavalleria y El cant dels ocells. "A m¨ª me interesa la posteridad; que hoy vaya m¨¢s o menos p¨²blico al cine, o que haya crisis, como director me da igual. No voy a mover ni un ¨¢pice de mi criterio art¨ªstico en funci¨®n del gusto del espectador".
Se rueda demasiado, seg¨²n los productores; pero ¨¦se es s¨®lo el segundo problema, el primero es que los espa?oles no van a ver pel¨ªculas espa?olas. La cuota de cine aut¨®ctono no encuentra parang¨®n en el mundo.
Estados Unidos, la llamada meca del cine, con siete veces m¨¢s de poblaci¨®n que Espa?a produce, sin embargo, s¨®lo el triple de pel¨ªculas (520 contra 173) pese a que tendr¨ªa much¨ªsimos m¨¢s argumentos para aumentar la producci¨®n. Mientras en Espa?a el cine aut¨®ctono tiene un 13,3% de cuota de mercado, en Estados Unidos las locales se llevan el 91,5%. Y el norteamericano va al cine 10 veces m¨¢s que el espa?ol.
Pero no nos vayamos tan lejos, ni al extremo, basta con mirar alrededor. En la Uni¨®n Europea de los 27 pa¨ªses se rodaron el pasado a?o 878 pel¨ªculas, el 14% espa?olas (no cuentan coproducciones), seg¨²n el Observatorio Europeo Audiovisual.
S¨®lo Francia (145) e Italia (128) fabrican m¨¢s. El peso de producci¨®n no se corresponde en nada con el peso del espectador. As¨ª, en Francia, que rod¨® 21 filmes nacionales m¨¢s que Espa?a (al margen de que tenga 18 millones de habitantes m¨¢s), el cine nacional recoge el 45,4% de la taquilla. En Espa?a, esa cuota nacional, pese a la excepcional producci¨®n de pel¨ªculas, s¨®lo es del 13,3%. No hay pa¨ªs con tan poco aprecio a su propio cine (ver cuadro adjunto).
"No es de recibo", acepta P¨¦rez. "Tenemos que hacer autocr¨ªtica. El cine que producimos no conecta con el que quiere la gente. Eso es incuestionable; pero hay una segunda raz¨®n para ese desapego. Durante a?os ha habido una campa?a de un grupo de comunicaci¨®n para denigrar el cine espa?ol como forma de criticar a alguno de sus protagonistas porque sus opiniones -como ciudadanos, no como cineastas- no le gustaban. Y esa campa?a ha calado. Dicho esto, creo que el cine espa?ol debe conseguir una cuota de pantalla del 25%. M¨ªnimo".
El sector espa?ol achaca parte del fracaso a la prepotencia de las majors estadounidenses para estrenar en las mejores fechas y en las mejores salas; pero similar presi¨®n ejercen en Francia, Italia, Alemania o Rusia, pa¨ªses todos ellos con una mayor fidelidad a las pel¨ªculas del pa¨ªs. Esta falta de sinton¨ªa con su propio p¨²blico tampoco mejora con las exportaciones. A excepci¨®n de la coproducci¨®n Vicky Cristina Barcelona (18? en Francia), ninguna pel¨ªcula espa?ola aparece entre las m¨¢s taquilleras de otro pa¨ªs. No aparecen ni en Espa?a, con la excepci¨®n de la coproducci¨®n Los cr¨ªmenes de Oxford, de ?lex de la Iglesia (15?), y Mortadelo y Filem¨®n, de Miguel Bardem (16?).
De las 173 pel¨ªculas del pasado a?o, s¨®lo 49 ten¨ªan un presupuesto superior a los 900.000 euros, seg¨²n P¨¦rez. "Los recursos son limitados y si hay que competir con lo que llega de fuera, que es lo mejor de cada pa¨ªs, pues resulta imposible", concluye P¨¦rez.
Serra produjo Honor de cavalleria con 400.000 euros y perdi¨® dinero, "y eso que no cobr¨® nadie". Se proyect¨® en Cannes y pasaron por taquilla 22.000 personas. Con su segunda pel¨ªcula, El cant dels ocells, de 800.000 euros de presupuesto, espera salir adelante. En su faceta de productor, Serra aclara cu¨¢l es su objetivo primordial: "Producir t¨ªtulos que sean inmortales. Antes ve¨ªa esa pasi¨®n en otros productores, pero ahora s¨®lo saben hablar de dinero, quiz¨¢s por eso tanto nuevo realizador produce su propia pel¨ªcula".
Ni la emisi¨®n en televisi¨®n (que busca t¨ªtulos que le den audiencia) ni el DVD pueden tapar todos los agujeros que dej¨® la taquilla de la sala de cine.
La soluci¨®n, seg¨²n los productores, pasa por una orden ministerial que complete la nueva ley del cine. "Hay que redistribuir mejor esos recursos p¨²blicos, canalizar una parte del dinero para las telemovies (no confundir con teleseries), pel¨ªculas pensadas para la televisi¨®n. En Francia est¨¢ funcionando".
Solsona a?ade: "Tambi¨¦n se deber¨ªa ayudar seg¨²n la audiencia en la tele de pago o las ventas en DVD, porque la exhibici¨®n en la sala de cine va a seguir perdiendo mercado".
"El dinero p¨²blico que se destina al cine", contin¨²a Solsona, "debe tener alg¨²n retorno al ciudadano, bien a trav¨¦s del ¨¦xito popular de la proyecci¨®n, bien a trav¨¦s del prestigio que esa pel¨ªcula pueda dar al pa¨ªs. Si una pel¨ªcula no cumple ninguno de los dos requisitos...".
A Solsona le gusta, personalmente, el concepto de subvenci¨®n-semilla, "dinero que sirve para crecer y hacer posible la siguiente pel¨ªcula hasta que, al final, no se tenga que pedir ayudas".
"Tenemos fama de pedig¨¹e?os, pero no lo somos", se adelanta Pedro P¨¦rez. "El dinero p¨²blico del cine representa el 16% de la producci¨®n, una caspa comparada con el que, por ejemplo, el Gobierno destina a la energ¨ªa e¨®lica, y no he o¨ªdo una sola voz contra estas ayudas".
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