Memoria de Tiananmen
Hace 20 a?os, la represi¨®n de la protesta estudiantil china en la plaza de Tiananmen, el ¨¢gora de Pek¨ªn, garantiz¨® que las reformas econ¨®micas de mercado no dar¨ªan paso a un cambio democr¨¢tico. Fue el ¨²ltimo servicio desde la sombra del peque?o y astuto Deng Xiao Ping ya entonces retirado con 84 a?os, pr¨¢cticamente sordo, pero que aun mov¨ªa los hilos del poder. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, el equipo dirigente chino, heredero de los golpistas de Tiananmen, ligado por los mismos intereses y un clientelismo que los ha hecho ricos, tecn¨®cratas, casi todos ingenieros, sin ideolog¨ªa, contin¨²a al frente del pa¨ªs asegurando "el socialismo con caracter¨ªsticas chinas", que les fue legado por Deng. China es en 2009 la superpotencia emergente, ya se habla del G2 en el que se tutear¨ªan Washington y Pek¨ªn; ha conseguido sacar a centenares de millones de chinos de la miseria propiciando una clase media que nunca tuvo; ejerce un papel de primer rango en la pol¨ªtica internacional como un poder pragm¨¢tico, con el crecimiento econ¨®mico como objetivo por encima de todo, y atesora billones de deuda en d¨®lares del Tesoro de EE UU. Pero la pregunta, ahogada en sangre en 1989, es la misma: ?El Partido Comunista Chino podr¨¢ sobrevivir otros 20 a?os dirigiendo con mano dura un ben¨¦fico capitalismo de Estado?, o, puesta al d¨ªa, ?el tsunami de la crisis econ¨®mica amenaza el monopolio del partido ¨²nico?
?Podr¨¢ el PC chino sobrevivir otros 20 a?os dirigiendo con mano dura el capitalismo de Estado?
Las fascinantes memorias del l¨ªder comunista chino Zhao Ziyang, que se opuso al uso de la fuerza para acabar con la protesta de 1989, publicadas esta semana en ingl¨¦s en EE UU y, en chino, en Hong Kong, ni qu¨¦ decir tiene que no ver¨¢n la luz en Pek¨ªn, reabren el debate sobre la correlaci¨®n -no demostrada- entre libertad econ¨®mica, democracia pol¨ªtica y libertades ciudadanas. Prisoner of the state (Simon & Schuster) es el primer libro en el que un dirigente del PCCH revela las interioridades del poder chino, adjudicando responsabilidades en el golpe interno que acab¨® con un primer intento de que el partido ¨²nico se pusiera al frente de una protesta democr¨¢tica para encauzarla. Zhao Ziyang, a quien a comienzos de los a?os ochenta Deng hab¨ªa se?alado el camino de la liberalizaci¨®n econ¨®mica, intent¨® negociar con los estudiantes acampados en Tiananmen. Zhao les dijo a sus colegas de la c¨²pula comunista que los estudiantes s¨®lo ped¨ªan reformas, que no iban contra el partido. El 1 de mayo se atrevi¨® a decir ante el bur¨® pol¨ªtico que "la democracia es una tendencia mundial, y si el partido comunista no enarbola esa bandera cualquier otro lo har¨¢ y nosotros seremos los perdedores".
El entonces secretario general del PCCH solicit¨® audiencia a Deng. Zhao fue convocado en su casa en la tarde del 17 de mayo de 1989. Lo que cre¨ªa que iba a ser una conversaci¨®n privada para ofrecerle una salida dialogada a la crisis de los estudiantes se convirti¨® en un juicio a Ziyang protagonizado por varios miembros del Politbur¨®. Los asistentes hab¨ªan conspirado anteriormente para que Deng retirara su apoyo al l¨ªder del PCCH. "Pase lo que pase, yo no ser¨¦ el secretario general que movilice a los militares para aplastar a los estudiantes", confi¨® esa misma noche Zhao a un alto miembro del partido.
Zhao, en un gesto ins¨®lito, acude a Tiananmen y provisto de un meg¨¢fono dialoga con los estudiantes y les pide que depongan su actitud. En una foto hist¨®rica que cobra hoy todo su sentido se ve, tras Zhao, rodeado por tres estudiantes disidentes, a un joven cuadro del partido con traje Mao y rostro grave que refleja la tensi¨®n del momento. Es Wen Jiabao, el actual primer ministro de China y entonces colaborador de Zhao. Pero el l¨ªder del PCCH ya ha perdido la partida. En una reuni¨®n, a la que no se le convoca y que ten¨ªa que haber presidido como secretario general, se declara la ley marcial. El 19 de mayo, Zhao es depuesto, acusado de escindir el partido, y arrestado en su domicilio, donde muri¨® en 2005. Deng ordena al Ej¨¦rcito limpiar la plaza de Tiananmen. En la madrugada del 4 de junio, las tropas abren fuego y matan a centenares de estudiantes.
Perry Linnk, profesor de estudios chinos en la Universidad de Princeton, que viv¨ªa en Pek¨ªn hace 20 a?os, responde en el Washington Post a la pregunta inicial. "Pase lo que pase, un elemento seguir¨¢ constante en China. Este mismo grupo de hombres, unidos por intereses comunes y acostumbrados a sobrevivir a desastres y a giros pol¨ªticos de 180 grados, permanecer¨¢ en el poder. Como una foca sobre una pelota, son buenos para permanecer arriba. Pero para mantener el equilibrio, el grupo a veces necesita sacrificar a un miembro d¨ªscolo". En 1989, la v¨ªctima fue Zhao Ziyang.
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