Responsabilidad global

Si en el discurso pol¨ªtico y social se acepta que el mundo es una aldea global y que todo cuanto en ella ocurre nos termina afectando, ?por qu¨¦ no actuamos en consecuencia?

Ya no podemos seguir ignorando cuanto acontece en el mundo. Es tiempo de considerar como nuestros los problemas que afectan al resto de sociedades y naciones; sobre todo, los de aquellas que est¨¢n en desventaja respecto a las m¨¢s ricas y desarrolladas. Es hora de sentar en una misma mesa a pa¨ªses ricos y pobres para buscar soluciones y compartir lo bueno y lo malo que nos sucede.

Debemos entender de una vez por todas que ayudar a los pa¨ªses m¨¢s pobres a conseguir un desarrollo sostenible, a buscar la paz, a prevenir las enfermedades, a controlar la natalidad de forma responsable, a combatir el terrorismo, a suprimir las dictaduras y a cuidar el medio ambiente, adem¨¢s de ser una responsabilidad moral y ¨¦tica, es una necesidad para la seguridad, la paz y equilibrio del mundo.

Ya no valen excusas. Una parte del mundo no puede prosperar al margen y, a veces, a costa de la otra. Necesitamos compartir derechos, recursos, desarrollo y conocimiento y, por supuesto, responsabilidades.

?stos deber¨ªan ser los ingredientes para la consecuci¨®n de un mundo m¨¢s armonioso, justo y solidario.