Plaza de Antonio Vega
Es bastante ins¨®lito que todos los grupos pol¨ªticos del Ayuntamiento de Madrid propongan algo por unanimidad. En esta ocasi¨®n ha sido as¨ª. Han decidido llamar plaza de Antonio Vega a un rinc¨®n de Malasa?a que hasta ahora, por extra?o que parezca, carec¨ªa de nombre. Antonio y La chica de ayer pasan a engrosar el elenco callejero de un barrio cuajado de Maravillas, santos y h¨¦roes, desde el Divino Pastor hasta Manolita Malasa?a, pasando por el Esp¨ªritu Santo, San Vicente Ferrer, San Ildefonso, San Andr¨¦s, Daoiz y Velarde, entre otros. Posiblemente Antonio Vega no fue un h¨¦roe, pero alguna gente de su generaci¨®n ya lo ha elevado a los altares.
Lo mismo sucede con otros m¨²sicos madrile?os que se nos fueron prematuramente -aunque l¨®gicamente- en estos ¨²ltimos a?os y que siguen siendo h¨¦roes del pop nacional: Antonio Flores, Enrique Urquijo, Guillermo Mart¨ªn... Flores tambi¨¦n muri¨® en mayo (el s¨¢bado har¨¢ 14 a?os), justo 15 d¨ªas despu¨¦s de que desapareciera su madre, Lola Flores. Enrique Urquijo dijo adi¨®s en 1999; Guillermo Mart¨ªn, en 2006. Todos eran asiduos de Malasa?a a finales de los setenta, ochenta y noventa. All¨ª, en locales inolvidables, se forj¨® algo con matices de revoluci¨®n cultural: Pentagrama, El¨ªgeme, Caf¨¦ del Foro, Caf¨¦ de Maravillas, V¨ªa L¨¢ctea, Caf¨¦ Manuela, Vaiv¨¦n, Isadora, Parnasillo...
La peque?a calle de San Lorenzo era muy visitada por Enrique Urquijo, que se cobijaba en el m¨ªtico Lady Pepa. A San Lorenzo (que ya tiene bastante con El Escorial) no le importar¨ªa cambiar su nombre por el del cantante de Los Secretos. Justo al lado, la traves¨ªa de San Mateo no tendr¨ªa inconveniente en llamarse de Antonio Flores. Ellos se lo merecen. Y el barrio tambi¨¦n.
La muerte es una bagatela. Lo importante no son los a?os que vives, sino c¨®mo los vives. La plaza de Antonio Vega, el sitio de mi recreo, est¨¢ en la confluencia entre Fuencarral y la Corredera Alta de San Pablo.
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