El lucro del dolor lumbar
Muchos problemas de espalda se tratan con t¨¦cnicas ineficaces
Hay m¨¢s de 200 tipos de medicamentos, inyecciones, t¨¦cnicas quir¨²rgicas, implantes y otros productos sanitarios para tratar el dolor de espalda. Sin embargo, como denuncia un art¨ªculo publicado en la revista Spine, la mayor¨ªa no han demostrado cient¨ªficamente su seguridad y utilidad, mientras que se infrautilizan otros eficaces. Esta situaci¨®n, apuntan dos de sus autores, Francisco Kovacs y Gerard Urrutia, conlleva consecuencias inaceptables para los pacientes, "que son expuestos a riesgos innecesarios", y para los sistemas de salud, "que son sometidos a un coste superfluo".
Cerca del 98% de las t¨¦cnicas no farmacol¨®gicas que se emplean en el dolor lumbar no est¨¢n contrastadas, sostiene Kovacs, director de la Red Espa?ola de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE). Y subraya que, en este "mercado salvaje", sumamente atractivo, los "mecanismos de vigilancia son quim¨¦ricos".
De las terapias no farmacol¨®gicas, un 98% carece de respaldo cient¨ªfico
Cada a?o salen 'remedios' m¨¢s costosos que no aportan nada
El proceso para la aprobaci¨®n de estas t¨¦cnicas en EE UU es menos riguroso que el que se exige a los medicamentos. Ello permite, asegura el art¨ªculo, que cada a?o se comercialicen nuevas t¨¦cnicas, m¨¢s caras, pero que no han demostrado ser mejores que las que ya exist¨ªan. Y, como corrobora Kovacs, en Europa y Espa?a la situaci¨®n es similar. Las tecnolog¨ªas sanitarias "se aplican y punto". Se asume que son mejores, pero "?qui¨¦n eval¨²a las tecnolog¨ªas?".
En Espa?a, la Agencia de Tecnolog¨ªas Sanitarias es la encargada de hacerlo. Pero, seg¨²n Kovacs, en la mayor¨ªa de los casos esta evaluaci¨®n se basa en estudios que "de alguna manera, est¨¢n auspiciados por la propia industria". Y, adem¨¢s, una vez aprobados, "no existen mecanismos de vigilancia ni de control".
Y debido a este entusiasmo tecnol¨®gico para tratar el dolor de espalda, muchas investigaciones persiguen demostrar la eficacia de t¨¦cnicas ideadas para problemas para los que ya existen soluciones, apunta Gerard Urrutia, del Centro Cochrane Iberoamericano y del hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, lo que crea una "percepci¨®n de sobretratamiento". Urrutia se?ala que los objetivos de la industria son "leg¨ªtimos", pero que obedecen a "criterios comerciales".
En Espa?a, desafortunadamente, se realiza muy poca investigaci¨®n independiente, sostiene Urrutia. Ello hace, como se subraya en Spine, que se hayan comercializado muchas tecnolog¨ªas para el tratamiento del dolor lumbar que no han demostrado ser m¨¢s eficaces que las ya existentes. Por ejemplo, un estudio que analizaba una nueva t¨¦cnica de implantes de discos artificiales lumbares se llev¨® a cabo en mujeres mayores de 50 a?os, con posibilidad de sufrir osteoporosis, enfermedad para la que esta t¨¦cnica est¨¢ contraindicada.
La creciente proliferaci¨®n de tecnolog¨ªas para tratar el dolor lumbar, m¨¢s de 200, va desde las m¨¢s sencillas hasta las m¨¢s complejas. Esto no quiere decir, seg¨²n Urrutia, que no sean eficaces, sino que lo son para determinados casos. Lo que ocurre es que estas indicaciones se han generalizado y nos encontramos ante un sobretratamiento con tecnolog¨ªas caras. Y todo ello basado en un "entusiasmo tecnol¨®gico pero con un escaso esp¨ªritu cr¨ªtico".
Como soluci¨®n, Kovacs considera ineludible mejorar los sistemas de implantaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas para el dolor lumbar. "Tienen que demostrar que son mejores y m¨¢s seguras que las que ya existen en el mercado y que haya unas condiciones de aplicaci¨®n rigurosas; es decir, con pacientes seleccionados escrupulosamente y m¨¦dicos entrenados. Y, una vez que se aprueban, que existan mecanismos de vigilancia que garanticen la seguridad del paciente".
Los objetivos de la industria son distintos de los de los investigadores cl¨ªnicos o acad¨¦micos. Sin embargo, los investigadores y la industria est¨¢n condenados a entenderse. As¨ª lo cree Gerard Urrutia, quien piensa que no se debe "demonizar a la industria". "La cooperaci¨®n es necesaria, pero siempre que se garantice la transparencia en la investigaci¨®n, exista la declaraci¨®n de conflictos de inter¨¦s y el compromiso de la publicaci¨®n de los resultados, independientemente de si son o no positivos [los estudios financiados por la industria suelen presentar resultados m¨¢s positivos]", a?ade. De esta manera, asegura Urrutia, la relaci¨®n ser¨¢ mucho m¨¢s fruct¨ªfera.
Francisco Kovacs, por su parte, cree que es necesario hacer una investigaci¨®n independiente. La alternativa, dice, es exponer a nuestros pacientes a "riesgos innecesarios".
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