El terror de los bares de Tres Cantos

Cuando se le permite una vez la entrada, El Nines interpreta que es para siempre. Da igual que luego le digan que no puede volver porque roba y pega a los clientes. Antonio Javier Rodr¨ªguez Villar, alias El Nines, insiste un d¨ªa tras otro en tomarse una ca?a en el bar en cuesti¨®n. Y si la insistencia no funciona, entonces toma medidas m¨¢s dr¨¢sticas, como quemarle el garaje al due?o del garito. Eso le pas¨® al propietario del D'Nikko, Oniel Puello, de 43 a?os, el jueves de la semana pasada. Los bomberos tuvieron que desalojar a 50 vecinos de los inmuebles cercanos. Y mientras, El Nines se tomaba su codiciada ca?a, aprovechando que Oniel no le ve¨ªa porque estaba tratando de sofocar el incendio.

"Si un d¨ªa aparezco muerto quiero que sepan que ha sido ¨¦l", dice, serio, Oniel. Su bar est¨¢ en la calle de Comercio, n¨²mero 7, de Tres Cantos (40.606 habitantes). El Nines le ha robado muchas veces, cuenta. Aprovechaba los momentos en los que Oniel bajaba a la cocina a preparar unas tapas para meterle mano a la caja. Y luego encima pagaba su bebida con ese dinero. Tambi¨¦n ha robado a los clientes, como a A. L., que no quiere decir su nombre por miedo: "Se llev¨® los 200 euros que llevaba en la cartera". Y ha llegado a las manos con otros. Incluso prendi¨® un edred¨®n y lo ech¨® ardiendo en la casa de Oniel, pegada al bar. Su historial delictivo es largo, seg¨²n la Guardia Civil. En lo que va de a?o ha sido detenido cuatro veces.

El jueves se super¨® a s¨ª mismo. Sobre la una de la ma?ana acudi¨® de nuevo al D'Nikko. Oniel, como siempre, le neg¨® la entrada. Aparentemente, el joven obedeci¨®. Pero en lugar de irse, camin¨® hasta la parte trasera del bar. All¨ª, con una palanca, revent¨® la puerta del garaje que sirve de almac¨¦n y le peg¨® fuego. Luego se fue de nuevo al bar y le pidi¨® una ca?a al camarero, que era nuevo. Y se la tom¨®. Mientras, Oniel, que hab¨ªa sido avisado del fuego, intentaba apagarlo. Al Nines le perdi¨® volver a la escena del crimen. Un vecino le identific¨® como el autor del incendio mientras miraba trabajar a los bomberos. La Guardia Civil le detuvo. Y tambi¨¦n se llevaron lo suyo. Uno de los agentes present¨® un parte de lesiones por ara?azos.

"Estamos atemorizados", se queja Oniel. Y Alfonso Esbrit, de 38 a?os, le da la raz¨®n. "A m¨ª tambi¨¦n me ha amenazado con quemarme el bar", cuenta. Su problema es exactamente el mismo. Le niega la entrada y El Nines se emperra en seguir yendo. Otro bar de la misma calle, Casa Quillo, asegura que tambi¨¦n ha tenido problemas con el hombre. A pesar de todo, El Nines est¨¢ de nuevo en la calle. "Le hemos visto cerca de aqu¨ª", se lamenta Oniel, preocupado.