Su desgravaci¨®n es para el promotor
El fin de las deducciones fiscales por la vivienda es impopular, pero necesario para cambiar el modelo basado en el ladrillo - Espa?a es el pa¨ªs europeo m¨¢s generoso con la propiedad
?Un alivio para las familias o una forma de engrosar los precios de los pisos? El debate para eliminar las deducciones fiscales por la compra de vivienda lleva tiempo sobre la mesa, pero su impopularidad ha frenado siempre su aplicaci¨®n. La ¨²ltima vez, en 2005, cuando el Gobierno preparaba su reforma fiscal. La recesi¨®n y la voluntad de cambiar el modelo productivo espa?ol han llevado hoy a poner fin a una medida que, pese a las apariencias, beneficia sobre todo al promotor.
El presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero anunci¨® en el debate sobre el Estado de la naci¨®n que suprimir¨¢ la desgravaci¨®n para las rentas que est¨¦n por encima de los 24.000 euros a partir de 2011, aunque luego elimin¨® de la resoluci¨®n este l¨ªmite, que se deber¨¢ fijar con la modificaci¨®n de la ley del IRPF. La idea inicial era mantener la deducci¨®n tal y como est¨¢ ahora para las rentas de hasta 17.000 euros; rebajarla progresivamente hasta los 24.000, y a partir de ah¨ª, suprimirla. Dejar¨ªan de tener derecho a este beneficio el 36,8% de los declarantes.
Las bonificaciones costar¨¢n al Estado 4.268 millones de euros este a?o
Casi el 37% de los que ahora reducen sus impuestos dejar¨¢n de hacerlo
En general, cada contribuyente puede restar de su declaraci¨®n de la renta el 15% de lo que paga cada a?o en concepto de intereses y amortizaci¨®n de capital de su hipoteca. Con un tope: s¨®lo sobre los primeros 9.015 euros, es decir, un m¨¢ximo 1.350. Hay quien lo ve como un alivio para el bolsillo del comprador, pero a la vez es un elevado coste para el Estado. El proyecto de presupuestos de este a?o consigna 4.268 millones como beneficios fiscales por deducci¨®n de vivienda habitual en el IRPF. Una partida que s¨®lo superan las reducciones y deducciones por rendimientos del trabajo.
En 2007, el ¨²ltimo ejercicio fiscal disponible, las deducciones por compra o rehabilitaci¨®n de vivienda habitual ascendieron a 5.520 millones de euros. El 15% de la deducci¨®n se divide en dos tramos: el estatal (10,05%) y el auton¨®mico (4,95%). De los 5.520 millones, 3.699 correspond¨ªan al tramo estatal y 1.821 millones al de las comunidades. La deducci¨®n media fue de 904 euros por contribuyente, lo que supone un ahorro de 75 euros mensuales por persona. Con diferencias, porque las rentas de entre 1.500 y 6.000 euros gozaron de un alivio de 730 euros anuales, mientras que las de m¨¢s de 601.000 euros se dedujeron 1.488.
Las arcas del Estado respirar¨¢n, pero no de golpe. El ahorro ser¨¢ gradual, puesto que quienes compren hasta 2011 podr¨¢n beneficiarse de las deducciones mientras dure el pago del pr¨¦stamo, que tiene una vida media de entre 20 y 22 a?os, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Ahora bien, ?la medida favorece cambio de modelo productivo? "El Gobierno no puede cambiarlo tan f¨¢cilmente, pero s¨ª eliminar barreras que suponen una distorsi¨®n para la econom¨ªa", asegura el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra, Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo. El modelo tambi¨¦n depende de d¨®nde se destinan los recursos. Y en Espa?a, seg¨²n Garc¨ªa-Montalvo, se est¨¢ apoyando la compra de la vivienda con una cantidad que ha llegado a rozar el 2% del PIB y que podr¨ªa destinarse a educaci¨®n o investigaci¨®n y desarrollo.
Los detractores de las deducciones fiscales llevan tiempo alertando que las deducciones son ineficaces y pr¨¢cticamente una ayuda que va directamente al promotor o al propietario del piso. "La medida va en la buena direcci¨®n, porque s¨®lo sirve casi para mantener los precios altos. Ahora bien, quiz¨¢ el momento de aplicarla deber¨ªa haber sido en ¨¦poca de bonanza, cuando el valor de la vivienda sub¨ªa, y no ahora, cuando el mercado est¨¢ cayendo", dice Julio Rodr¨ªguez, ex presidente de Banco Hipotecario Espa?ol y Caja Granada.
El sector no ve mal eliminar la deducci¨®n, pero con muchos matices. El presidente de la patronal APCE, Jos¨¦ Manuel Galindo, admite que el incentivo est¨¢ muy incorporado en el precio, pero opina que no es el momento de quitarlo. "Hubiera sido mejor hacerlo cuando los precios sub¨ªan, porque se habr¨ªa absorbido bien. En 2011 va a provocar una subida del precio", asegura. En cambio, el G-14, el lobby que re¨²ne a las grandes inmobiliarias, acepta el punto y final para un sistema universal de deducciones. "No es lo que hemos pedido para incentivar la demanda de vivienda, pero hay que reconocer que puede tener un efecto llamada de aqu¨ª a 2011", asegura el presidente del G-14, Pedro P¨¦rez.
En lo que est¨¢n de acuerdo las patronales es en que la medida no incide, ni debe hacerlo, en el modelo productivo espa?ol. El sector de la promoci¨®n inmobiliaria supone el 12% del PIB espa?ol, frente al 6,7% de la Uni¨®n Europea. Galindo sostiene que, tras salir de la crisis, el ladrillo no debe estar tan "sobredimensionado", pero s¨ª ser un puntal de la econom¨ªa espa?ola. Eso s¨ª, con empresas m¨¢s diversificadas, industriales y avanzadas.
La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico y el Fondo Monetario Internacional (FMI) llevan tiempo insistiendo en las distorsiones que provocan los incentivos fiscales para la compra de vivienda, en especial porque prima la propiedad frente al alquiler, lo cual impone barreras a la movilidad geogr¨¢fica de trabajadores. La OCDE es clara: "Las deducciones deben ser retiradas progresivamente".
El FMI va m¨¢s all¨¢, y recuerda que este beneficio fiscal "ampl¨ªa los aumentos del precio de la vivienda", puesto que el vendedor fija los precios en funci¨®n de la capacidad financiera del comprador para adquirir el piso. Y ah¨ª tienen en cuenta tambi¨¦n la deducci¨®n fiscal. El anterior relator especial de Vivienda de la ONU, Miloon Kothari, en su primera visita a Espa?a tambi¨¦n carg¨® contra los incentivos fiscales a la compra porque consider¨® que acababan subiendo el precio de los pisos en vez de facilitar el esfuerzo financiero de las familias. "Son una subvenci¨®n para los promotores", dijo.
Espa?a no es el ¨²nico pa¨ªs de la Uni¨®n Europea con desgravaciones fiscales para la compra de vivienda, pero s¨ª es el que m¨¢s alas le da a esta ayuda. Seg¨²n un informe del Banco Central Europeo, en la mayor¨ªa de Estados los contribuyentes s¨®lo pueden desgravarse un porcentaje de los intereses de la hipoteca, y no del principal. En Holanda, Finlandia o Italia, por ejemplo, el Estado s¨®lo subvenciona los intereses del cr¨¦dito, es decir, el esfuerzo financiero que hace la familia para adquirir la casa. En Alemania, el propietario s¨®lo puede deducirse de su vivienda si el piso es para destinarlo al mercado de alquiler, y Austria lo limita a la rehabilitaci¨®n de casas. "Los pa¨ªses con incentivos tratan de subsidiar el tipo de inter¨¦s, lo que pagas de m¨¢s al pedir financiaci¨®n", explica Garc¨ªa-Montalvo.
Pero en Espa?a la deducci¨®n est¨¢ muy arraigada. Y eso implica que retirarla sea todav¨ªa m¨¢s impopular. "Espa?a es un pa¨ªs de propietarios. Y eso se tradujo al principio en un sistema regresivo, en el que pod¨ªa deducir m¨¢s quien m¨¢s ganaba. Desde 1985, cuando acumul¨¢bamos unos a?os de crecimiento muy mediocre, hasta la d¨¦cada de 1990 desgravaba incluso la segunda residencia", explica Julio Rodr¨ªguez.
En efecto, el comprador de una vivienda nueva -ya fuera primera, segunda o tercera- pudo deducirse entre 1985 y 1988 el 17% de lo aportado. La medida luego se acot¨® a segundas residencias y m¨¢s tarde desapareci¨®. Hoy s¨®lo una comunidad mantiene los incentivos fiscales para la casa de disfrute. En La Rioja, los compradores de una segunda residencia en zonas rurales pueden deducir el 7% de las cantidades invertidas.
Ese arraigo hace que la medida sea arriesgada. El l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, la calific¨® de ladrillazo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha avisado de que subir¨¢ en un punto el tramo auton¨®mico de la deducci¨®n, hasta el 6%. Tampoco la organizaci¨®n de consumidores Facua est¨¢ de acuerdo que el list¨®n sean s¨®lo 24.000 euros. "No es una segunda residencia, y no vemos mal poder deducirse hasta 9.015 euros", asegura el portavoz de Facua, Rub¨¦n S¨¢nchez. En cambio, la Uni¨®n de Consumidores de Espa?a considera que la medida es "necesaria", puesto que "los incentivos fiscales han sido utilizados para aumentar el precio de la vivienda".
Hay quien ve en la medida una oportunidad para el alquiler, a¨²n muy exiguo. Jaime Sabal, profesor de Finanzas de Esade, opina que las deducciones "no deber¨ªan existir" y recuerda que la discriminaci¨®n entre compra y alquiler carece de sentido. "No soy partidario de ayudar a ning¨²n sector antes que a otro, pero en este caso encima no beneficias al m¨¢s pobre", explica.
El Ejecutivo quiere aprovechar la reforma para equiparar el alquiler a la compra. Hasta ahora, los inquilinos pueden deducirse el 10,05% de los pagos hasta 9.015 euros si su renta es inferior a 12.000 euros. El Gobierno elevar¨¢ el list¨®n hasta los 17.000 euros, y luego la base ir¨¢ descendiendo hasta los 24.000. Es decir, tendr¨¢ las mismas condiciones que la compra, a expensas de c¨®mo queden fijados estos topes en la reforma del IRPF.
La desgravaci¨®n en Espa?a por alquiler se introdujo en 2008. Hasta entonces, las ¨²nicas deducciones correspond¨ªan al tramo auton¨®mico del IRPF, y estaban muy orientadas a colectivos espec¨ªficos. Ah¨ª lo que fija cada comunidad es muy dispar. Catalu?a, Extremadura y Galicia permiten deducir el 10% de las cantidades hasta un tope de 300 euros, mientras que Madrid permite un 20% hasta un m¨¢ximo de 840. Eso s¨ª, en casi toda la deducci¨®n est¨¢ sujeta a ser joven, estar parado o tener hijos.
Al director del Registro de Economistas Fiscales, Luis del Amo, la medida no le parece mala para "dar salida al sector de la vivienda". Pero recuerda que hay muchas preguntas en el aire: ?cu¨¢nta gente goza de estabilidad laboral y de los ingresos para comprarse un piso? ?Y c¨®mo estar¨¢ el mercado de la vivienda en 2011?
Y es que la demanda de vivienda depende de muchos factores, y no s¨®lo de la desgravaci¨®n: la formaci¨®n de hogares, que viene muy determinada por las expectativas sobre el mercado laboral; del dinero, barato pero escaso, y el esfuerzo para acceder a una vivienda, que pese a la deducci¨®n es todav¨ªa alto.
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El precio sube
El precio que una familia est¨¢ dispuesta a pagar por una vivienda viene determinado por el m¨¢ximo nivel de endeudamiento al que puede hacer frente con sus ingresos y el tipo de inter¨¦s vigente. Lo subraya el catedr¨¢tico Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo y lo recoge tambi¨¦n el Fondo Monetario Internacional. Y eso, asegura el profesor, supone una transferencia de dinero directa del comprador al propietario.
Garc¨ªa-Montalvo pone un ejemplo. El se?or Mart¨ªn decide comprar un piso. Gana un salario de 1.523 euros al mes. Aporta el 20% de la entrada y el resto lo paga con un pr¨¦stamo a 25 a?os con un tipo de inter¨¦s del 4%. Algo apurado, decide dedicar el 50% de su renta a la compra de la vivienda, lo que significa que podr¨ªa hacerse con una de 180.000 euros.
El se?or Mart¨ªn vive en Espa?a, por lo que tiene derecho a una deducci¨®n del 15% sobre un m¨¢ximo de 9.015,18 euros. As¨ª que calcula que este dinero lo puede utilizar para comprar una vivienda mejor, manteniendo, eso s¨ª, su intenci¨®n de destinar el 50% de sus ingresos. Eso significa que ahora puede acceder a un piso de 195.000 euros. Es decir, que la desgravaci¨®n en este caso supone que puede comprar un piso un 8,3% m¨¢s caro. Y eso el promotor lo sabe, por lo que la deducci¨®n es inflacionista.
Aun as¨ª, los promotores dicen que la medida est¨¢ muy asimilada en los precios, y advierten de que ¨¦stos subir¨¢n cuando se elimine la desgravaci¨®n. Algo que niegan la mayor¨ªa de los expertos. Dicen que las deducciones han sido perjudiciales porque han ido a subir los precios.
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