"Ni Marruecos ni Espa?a avisaron de la muerte de mi madre"
Las familias de las porteadoras de Ceuta, desesperadas por su lenta repatriaci¨®n
En el barrio de La Condesa, un arrabal de Castillejos, la localidad marroqu¨ª fronteriza con Ceuta, reina el luto. Mohamed Aouzlat, de 27 a?os y vestido con una chilaba blanca, color musulm¨¢n del duelo, sirve t¨¦ a decenas de vecinos, familiares y amigos que han acudido a su casa a darle el p¨¦same. Su madre Zohra Boudaghya, de 53 a?os, falleci¨® el lunes por la ma?ana aplastada junto a su compa?era Bossra El Meriouti, de 33, en la avalancha del pol¨ªgono comercial del Tarajal, macrocentro de aprovisionamiento para el contrabando de mercanc¨ªas entre Espa?a y Marruecos.
Mohamed mantiene cierta lucidez a pesar de que no ha dormido ni una hora desde que supo por compa?eras de trabajo de su madre que ¨¦sta hab¨ªa muerto bajo una pila de 60 personas, casi todas mujeres, con sus respectivos fardos. Zohra bajaba una escalera de apenas dos metros de ancho y veinte escalones entre dos naves industriales cuando se desat¨® la avalancha, en la que se registraron 24 heridos. "S¨®lo queremos que nos la traigan para poder enterrarla", afirma en voz baja y mediante la traducci¨®n de Rachida, otra portadora amiga de la familia. Los Aouzlat no sab¨ªan ayer cu¨¢ndo les entregar¨ªan el cad¨¢ver. "Ni las autoridades de Marruecos ni las de Espa?a se han puesto en contacto con nosotros en ning¨²n momento estos d¨ªas", se queja Mohamed. "De hecho, a nosotros nadie nos ha comunicado oficialmente la muerte de mi madre", a?ade. Oficial o no, la muerte de la madre es desgraciadamente real.
Una de las mujeres fue aplastada por 60 personas en una estrecha escalera
La repatriaci¨®n de los cuerpos de Zohra y Bossra ser¨¢ sufragada por la asociaci¨®n de comerciantes del pol¨ªgono, ya que los parientes no tienen recursos, de apenas 10 kil¨®metros hasta Castillejo, o de unos 60 hasta Tetu¨¢n, de donde era natural Bossra. Cuando se le pregunta a Mohamed, tambi¨¦n porteador, en qu¨¦ situaci¨®n econ¨®mica queda la familia tras la muerte de su madre, que se incorpor¨® al contrabando transfronterizo hace 23 a?os, al fallecer su marido, la respuesta es lac¨®nica: "Ahora no pienso en el dinero, s¨®lo quiero que traigan a mi madre". La misma respuesta, aunque m¨¢s nerviosa, da F¨¢tima, la hija mayor de la fallecida, de 33 a?os y madre de los cuatro nietos de Zohra. En La Condesa, donde los bloques de pisos se intercalan con solares llenos de escombros y basuras, los vecinos recuerdan a Zohra como una persona a la que le encantaba cuidar a los ni?os y echar una mano en la cocina en las bodas del barrio.
Mientras tanto, el pol¨ªgono del Tarajal de Ceuta viv¨ªa una jornada inusualmente tranquila. Tras el cierre de las naves del pasado martes, ayer apenas un millar de portadoras -habitualmente trabajan entre 10.000 y 15.000- se arrastraban encorvadas bajo bultos de hasta 50 kilos por el puente de Biutz, un paso fronterizo donde la muerte tambi¨¦n viaja de contrabando.
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