La crisis que a¨²n no lleg¨®
La crisis econ¨®mica ha tenido consecuencias r¨¢pidas y muy negativas sobre el empleo, el paro, los beneficios empresariales o el consumo de las familias. Es verdad que la crisis no se sufre con la misma intensidad en todas partes. Por ejemplo, la tasa de paro en la provincia de Ourense, un 8%, es la m¨¢s baja de Espa?a y tres veces inferior a la de Andaluc¨ªa. Pero todos podemos sentirla.
No obstante, hay otra crisis que los ciudadanos todav¨ªa no perciben, pero que es igualmente preocupante. Me refiero a las consecuencias de la abrupta ca¨ªda de ingresos de las administraciones p¨²blicas sobre los servicios p¨²blicos. De todas ellas. Cuando ayuntamientos, diputaciones, comunidades aut¨®nomas y administraci¨®n central prepararon sus presupuestos para 2009, no ¨¦ramos conscientes de la virulencia de la crisis y sus devastadores efectos sobre los ingresos. En general, se presupuest¨® suponiendo una ca¨ªda moderada de los ingresos. La realidad muestra que la recaudaci¨®n tributaria va muy mal desde el ¨²ltimo trimestre de 2008, que no va a ser posible cubrir con ingresos ordinarios el gasto previsto para 2009 y que la recaudaci¨®n tributaria en 2010 posiblemente contin¨²e reduci¨¦ndose en t¨¦rminos nominales.
En una situaci¨®n tan extraordinaria, Gobierno y oposici¨®n deber¨ªan actuar con mutua lealtad
Es verdad que la deuda p¨²blica de las administraciones p¨²blicas espa?olas disminuy¨® muy significativamente gracias al ciclo expansivo que vivimos desde 1995. Pero el margen de recurrir al endeudamiento no es ilimitado y necesariamente se van a producir recortes en programas de gasto. Recortes que redundar¨¢n sobre los servicios p¨²blicos estatales, auton¨®micos y locales: sanidad, educaci¨®n, servicios sociales, cultura... En ese sentido y anticip¨¢ndonos a lo que puede empezar a ocurrir, me atrevo a sugerir algunas ideas pensando en el caso gallego.
Primero, ser¨ªa bueno que Gobierno y oposici¨®n actuaran de forma responsable y mutuamente leal en una situaci¨®n extraordinaria como la actual. Me temo que no vamos por el buen camino. Porque si el Gobierno entrante pone el acento en criticar la falta de previsi¨®n y responsabilidad del anterior, sin mirar lo que ha ocurrido en el resto de comunidades aut¨®nomas, la oposici¨®n se sentir¨¢ legitimada para enjuiciar de forma sesgada y partidista los datos negativos sobre listas de espera sanitarias, financiaci¨®n universitaria, empleo o d¨¦ficit p¨²blico, que van a ser la norma en los pr¨®ximos meses. Una soluci¨®n razonable ser¨ªa que las cr¨ªticas y desencuentros se ci?esen s¨®lo a aquello en lo que, comparativamente con la media de las comunidades aut¨®nomas, la evoluci¨®n de Galicia destaque en negativo. En el resto de los casos, lealtad mutua y colaboraci¨®n.
Segundo, hay que concentrarse en los servicios auton¨®micos fundamentales, lo que significa proteger, sobre todo, la sanidad y la educaci¨®n. Los recortes m¨¢s sustanciales deben operarse en otras ¨¢reas o afectar a partidas de gasto sanitario y educativo sin incidencia significativa en la calidad de esos servicios. El Gobierno actual est¨¢ condenado a navegar en una legislatura extraordinariamente dif¨ªcil desde un punto de vista financiero, en la que los proyectos estrella y los m¨¦ritos que se expongan en la campa?a electoral de 2013 van a tener que ser proyectos de bajo coste y mucha imaginaci¨®n e inteligencia.
Tercero, las medidas fiscales que suponen transferir recursos al sector privado v¨ªa rebajas impositivas o subvenciones directas y que no se autofinancien deben ser aplazadas. Autofinanciaci¨®n significa que la ayuda o desgravaci¨®n garantice la realizaci¨®n de un gasto que a su vez genera recaudaci¨®n fiscal para las arcas gallegas. Un ejemplo puede ser la ayuda fiscal a la adquisici¨®n de veh¨ªculos. El coste del programa va a ser inferior a lo que la Xunta de Galicia ingresar¨¢ por el impuesto de matriculaci¨®n y el incremento del IVA derivados de la venta de veh¨ªculos. No ocurrir¨ªa lo mismo con la rebaja del IRPF o del impuesto sobre sucesiones.
Cuarto, la Administraci¨®n central debe potenciar ya el sistema de financiaci¨®n de las comunidades de r¨¦gimen com¨²n y aceptar la expansi¨®n del d¨¦ficit auton¨®mico de forma transitoria. En este sentido, la Xunta no deber¨ªa admitir la definici¨®n de los objetivos de endeudamiento auton¨®mico en funci¨®n del PIB regional. No ser¨ªa ni justo ni razonable.
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