El pluriempleo del agente Pinto

La totalidad de la decena de agentes o ex agentes del Gobierno de Esperanza Aguirre investigados por presunto espionaje, con su ex jefe Sergio Gam¨®n a la cabeza, tuvieron (y casi todos a¨²n mantienen) una retribuci¨®n muy por encima de lo usual en la Consejer¨ªa de Interior. La mayor parte disfrut¨® del nivel administrativo m¨¢s alto. Todo ello les daba una escala salarial que iba desde los 90.000 euros de Sergio Gam¨®n hasta los 60.000 euros brutos anuales de los asesores fichados por ¨¦ste o por el consejero Francisco Granados. Meros ex agentes policiales se convirtieron por obra y gracia del presupuesto y el bolet¨ªn oficial de la Comunidad de Madrid en "asesores de seguridad" y se situaron muy por encima de sus compa?eros de la Consejer¨ªa, sin mayor bagaje curricular o profesional. El reparto salarial se produjo as¨ª.

El sueldo de los asesores oscilaba entre los 60.000 y los 90.000 euros

Nivel 30: los ex polic¨ªas Miguel Casta?o y Sergio Gam¨®n.

Nivel 29: el ex guardia civil Jos¨¦ Luis Caro, los ex polic¨ªas Bel¨¦n Espartero y Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez,

Nivel 28: El ex polic¨ªa Roberto Casielles y los ex guardias civiles Jos¨¦ Oreja y Antonio Coronado. Muy por debajo de ese nivel se encontraban otros supuestos peones del presunto espionaje realizado contra los enemigos pol¨ªticos de Aguirre en v¨ªsperas del debate por el liderazgo del PP en junio de 2008. Jos¨¦ Palomo, con un nivel administrativo 16, apenas ingresaba unos 32.000 euros. Y, al final de la escala salarial pero en primera fila de la lista de sospechosos para la investigaci¨®n policial, Jos¨¦ Manuel Pinto. Este t¨¦cnico, con un nivel muy bajo administrativo, apenas cosechaba unos 23.000 euros de su sueldo oficial.

Pero la Comunidad de Madrid, bajo mandato de Aguirre, us¨® un sistema para compensarle el bajo salario oficial: le otorg¨® impartir cursos en la Academia de Polic¨ªa de la Comunidad, v¨ªa por la que la sum¨® otros 13.000 euros, una cifra que supon¨ªa casi la mitad de su n¨®mina oficial como t¨¦cnico del Gobierno de Aguirre.

La paradoja es que el principal sospechoso por ahora del espionaje perpetrado desde la Consejer¨ªa de Interior ha actuado como instructor de los futuros agentes de las brigadas de polic¨ªas locales que paga la Comunidad. Algunos de los agentes salpicados como presuntos autores de este esc¨¢ndalo ya reflexionan sobre si merece la pena asumir la autor¨ªa de un delito que, a tenor de la tipificaci¨®n, apunta sobre todo a quienes se lo ordenaron desde la superioridad jer¨¢rquica.