Los minutos que separan el alivio de la tragedia
"Me siento al borde del abismo", dice un pasajero que perdi¨® el avi¨®n
En el aeropuerto internacional de R¨ªo de Janeiro Antonio Carlos Jobim, donde tanta gente lloraba por la muerte de 80 ciudadanos brasile?os a bordo del Airbus 330 de Air France, el brasile?o de 39 a?os Gustavo Ciriaco, respiraba hondo. Su historia la relataba su hermano Bernardo en la zona de embarque.
Se hab¨ªa producido uno de esos habituales enfrentamientos entre pasajeros y empleados de las compa?¨ªas a¨¦reas. Gustavo ten¨ªa un asiento confirmado en el vuelo de Air France R¨ªo-Par¨ªs que iba a despegar a las 16.20 desde la ciudad brasile?a. Pero cuando fue a facturar su equipaje le comunicaron que su reserva constaba en el otro vuelo que la compa?¨ªa francesa ten¨ªa previsto para las 19.00.
Gustavo Ciriaco se neg¨® a postergar su vuelo dos horas. Y eso le salv¨® la vida
Gustavo no acept¨® el cambio de horarios e insisti¨® en embarcar en la aeronave para la que hab¨ªa comprado su billete. Tras una tensa discusi¨®n con el personal de tierra, la compa?¨ªa a¨¦rea cedi¨® y Gustavo acab¨® embarcando en el vuelo que despeg¨® dos horas y cuarenta minutos antes que el avi¨®n accidentado. Dos horas y cuarenta minutos que separaron a Gustavo de la muerte y que probablemente llevar¨¢ grabadas a fuego el resto de sus d¨ªas. "Cuando supe del accidente, no ten¨ªa claro si mi hermano hab¨ªa o no embarcado en el vuelo de las 19.00. Esta ma?ana mand¨¦ un mail a Air France y otro a mi hermano para saber si hab¨ªa llegado a su destino. Despu¨¦s me vine rezando al aeropuerto. Por suerte hab¨ªa salido en el otro vuelo", explicaba visiblemente emocionado el hermano mayor del afortunado.
La misma suerte corri¨® Rodrigo tras un rocambolesco viaje que le oblig¨® a hacer varias escalas desde su Macap¨¢ natal, en el extremo nordeste de Brasil, antes de llegar a R¨ªo para embarcar en un avi¨®n que acab¨® perdiendo. Los atrasos en esas escalas provocaron que Rodrigo no llegara a tiempo a su conexi¨®n con el vuelo 447 de Air France. Ayer vagaba por el aeropuerto de R¨ªo, con el gesto de quien aun no cree lo que est¨¢ viviendo y el papel cuarteado de su reserva en la mano. "Me acabo de enterar de que el avi¨®n se ha ca¨ªdo y me siento al borde del abismo. Me inunda una sensaci¨®n extra?a, como de p¨¢nico y alivio". M¨¢s aliviada estar¨¢ probablemente su madre, residente en Francia, que fue quien le compr¨® el billete para ir a visitarla en sus vacaciones anuales. Gustavo y Rodrigo son la cara m¨¢s agradecida de la tragedia que ayer golpe¨® a todo Brasil.
Mientras tanto, en Par¨ªs, cuando la aeronave segu¨ªa perdida para los radares, en una terminal del inmenso aeropuerto de Charles de Gaulle las autoridades francesas habilitaron por la ma?ana una sala para los familiares del Airbus al que ya todos tem¨ªan en un lugar del fondo del Oc¨¦ano Atl¨¢ntico.
Los hermanos, padres, novios y amigos de los ocupantes del avi¨®n llegaban en autocar y pasaban velozmente por un pasillo formado por polic¨ªas. Despu¨¦s, dentro de la sala, un pelot¨®n de psic¨®logos y m¨¦dicos les ayudaban, en la m¨¢s protegida intimidad, a soportar las peores horas de su vida y la falta de buenas noticias.
A las doce y media, una pareja de mujeres j¨®venes atravesaron el cord¨®n policial de la mano, a toda velocidad, sin quitarse las gafas de sol, sin acercarse a la nube de periodistas que les observaba perderse por el fondo del aeropuerto. Despu¨¦s se aproxim¨® un hombre mayor acompa?ado de una adolescente. M¨¢s tarde lleg¨® una familia entera. Era un goteo de personas tristes que avanzaban silenciosas, abrazadas unas a otras y que dur¨® todo el d¨ªa. La desnuda desgracia de esas personas entrando a toda prisa sin hablar con nadie para saber m¨¢s de sus familiares contrastaba con el resto del interminable aeropuerto parisino, que funcionaba atareadamente, casi como cualquier otro d¨ªa. A veces se ve¨ªa m¨¢s polic¨ªa que de costumbre. Eso era todo. Excepto por ese rinc¨®n en el que los polic¨ªas formaban el pasillo y las furgonetas con antenas parab¨®licas de las cadenas de televisi¨®n aparcadas en una entrada, nada parec¨ªa indicar que el aeropuerto se hab¨ªa convertido en el epicentro de la informaci¨®n de este desastre.
A las cuatro de la tarde, Juan Carlos Machado, un portugu¨¦s que volv¨ªa de Italia y que conoc¨ªa a una de las pasajeras se acerc¨® a la zona: "Mi amiga se llamaba Daisy Posamay, y viajaba a Venecia, con escala a Par¨ªs. La conozco porque los dos vivimos en la misma ciudad, Santa Catalina", dec¨ªa, mientras acariciaba un billete de avi¨®n que ten¨ªa en el bolsillo de la camisa y que ense?¨® despu¨¦s: "Par¨ªs-R¨ªo de Janeiro, con Air France. Es el mismo viaje pero en sentido contrario que el que hac¨ªa mi amiga. Ya lo he hecho muchas veces, m¨¢s de diez, pero hoy es distinto: cuando me monte en el avi¨®n, dentro de unas horas, voy a tener mucha m¨¢s extra?eza que de costumbre y mucho m¨¢s miedo", a?adi¨®. Coment¨® que las tormentas son algo normal en la zona que atravesaba necesariamente el vuelo. Y luego se march¨® en direcci¨®n a R¨ªo de Janeiro.
A falta de testimonios de los familiares de las v¨ªctimas, protegidos de la prensa, los canales de televisi¨®n se fueron inundando a lo largo del d¨ªa de expertos en navegaci¨®n a¨¦rea, portavoces de sindicatos de pilotos y comandantes retirados que explicaban que un rayo no puede ser nunca la ¨²nica causa del siniestro, que hacen falta m¨¢s razones.
Ultimos accidentes a¨¦reos
- 27 de marzo de 1977. Dos Boeing 747 chocan en el aeropuerto de Tenerife. Mueren 583 personas. Es la cat¨¢strofe con m¨¢s v¨ªctimas de la historia de la aviaci¨®n civil.
- 12 de agosto de 1985. Un Boeing 747 de Japan Airlines se estrella entre Tokio y Osaka. Mueren 520 personas.
- 17 de julio de 1996. Un Jumbo 747 de la estadounidense TWA cae al Atl¨¢ntico 45 minutos despu¨¦s de despegar de Nueva York rumbo a Par¨ªs: 230 muertos.
- 12 de noviembre de 1996. 349 muertos al chocar en el aire cerca de Nueva Delhi (India)
un Boeing 747 de las l¨ªneas saud¨ªes y un Ilyushin-76 de Kazajist¨¢n.
- 2 de septiembre de 1998. Mueren los 229 ocupantes de un MD-11 de la compa?¨ªa Swissair, que cay¨® al Atl¨¢ntico cuando intentaba aterrizar de emergencia en Halifax (Canad¨¢), tras declararse un incendio a bordo.
- 25 de julio de 2000. Un Concorde de Air France se estrella despu¨¦s de despegar en Par¨ªs. Mueren 113 personas. La flota Concorde es retirada.
- 12 de noviembre de 2001. Un Airbus A300 de American Airlines cae sobre el distrito de Queens, en Nueva York. Hay 265 muertos.
- 25 de mayo de 2002. Un Boeing 747-200 de la aerol¨ªnea taiwanesa China Airlines, con 225 personas, cae al mar poco despu¨¦s de despegar de Taipei.
- 19 de febrero de 2003. Se estrella un avi¨®n militar iran¨ª. Mueren 302 personas.
- 22 de agosto de 2006. Un avi¨®n ruso Tupolev-154 operado por la compa?¨ªa Pulkovo Airlines sufre un accidente cerca de la ciudad ucraniana de Donetsk. Mueren 170 personas.
- 17 de julio de 2007. Un avi¨®n de la compa?¨ªa brasile?a TAM choca contra un dep¨®sito de combustible al intentar aterrizar en el aeropuerto de Congonhas (S?o Paulo). Mueren 199 personas.
- 20 de agosto de 2008. Un MD-82 de la compa?¨ªa espa?ola Spanair con destino a Gran Canaria y 166 personas a bordo se estrella durante el despegue en Barajas. Mueren 154 personas.
- 20 de mayo de 2009. Mueren 101 personas al caer un avi¨®n militar H¨¦rcules C-130 en la isla de Java (Indonesia).
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