Olvidable sobredosis de Chanel

Ser¨ªa digno de estudio el extra?o proceso que hace que se multipliquen en momentos determinados los proyectos cinematogr¨¢ficos sobre difuntos ilustres. ?Deduce el instinto de los cerebros publicitarios que el mercado est¨¢ exigiendo que vuelvan a ponerse de moda? ?Es casual que a un mont¨®n de gente se le ocurra al mismo tiempo id¨¦ntica idea? El agradecido pretexto podr¨ªan ser los aniversarios, pero ?c¨®mo se establece la medida? ?Por qu¨¦ los homenajeados nacieron hace 145 a?os o porqu¨¦ se han cumplido 47 de su lamentable defunci¨®n? ?Por qu¨¦ su legado adquiere por razones con cierta l¨®gica o simplemente marcianas eso tan surrealista denominado "rabiosa actualidad"?

Me distraigo con estas inofensivas masturbaciones mentales intentando alejar el sopor (el asunto es serio, est¨¢ en juego mi sustento si confieso que me he quedado frito, que me he largado antes de que acabara la pel¨ªcula o que las muy humanas exigencias de la vejiga me han obligado a visitar el lavabo durante su proyecci¨®n) mientras veo Coco, de la rebeld¨ªa a la leyenda de Chanel, t¨ªtulo nada grandilocuente que dedica sus afanes a contarnos c¨®mo la desamparada costurera que sobreviv¨ªa ejerciendo de amante oficial de tipos libertinos y podridos de dinero, que ten¨ªan muy claro que jam¨¢s llevar¨ªan a la arrogante plebeya al santificado altar, transform¨® para siempre la vida de las mujeres al lograr que desecharan cors¨¦s y perifollos, sombreros agobiantes y vestimentas sobrecargadas. Sobre esta generalizaci¨®n tengo ciertas dudas, ya que tampoco me imagino a las sufridas proletarias vistiendo de Chanel, pero todo vale si contribuye a forjar las leyendas. Lo que resulta indudable es que se?ora tan imaginativa, original y tenaz consigui¨® triunfar espectacularmente en un discriminatorio mundo de machos, que fue la pionera del empresariado femenino, que se lo mont¨® a lo grande siendo insumisa, arriesgada e independiente.

El personaje real puede ser apasionante pero el que retrata esta pel¨ªcula no provoca nada medianamente atractivo. Lo que pretende ser complejo resulta plano, forzadamente acad¨¦mico, rutina narrativa en la que no te sorprende nada de lo que hacen y dicen sus antip¨¢ticos personajes. La directora Anne Fontaine se esfuerza por dotar a Coco Chanel de lirismo bronco, de un sentido de la libertad que se enfrenta con ¨¦pica naturalidad a lo convencional y a lo establecido, una mujer esc¨¦ptica y precozmente dolorida que renuncia a un destino pasivo y c¨®modo de cortesana de lujo para afrontar el riesgo de hacer reales sus sue?os de creatividad. Pero esas pretensiones se quedan en nada, en qualit¨¦ vac¨ªa. A la actriz Audrey Tautou, idolatrada en Francia, nunca le he pillado el encanto, incluida su celeb¨¦rrima interpretaci¨®n en Am¨¦lie. Aqu¨ª tampoco me transmite nada especial, aparte de indiferencia hacia las humillaciones y la tragedia sentimental que torturan a su personaje.

La muy correcta Coco Chanel & Igor Stravinsky, que clausur¨® el festival de Cannes y que describe el volc¨¢n pasional entre la mecenas Chanel y su protegido Stravinsky, tampoco incita a lanzar cohetes, pero al menos, la actriz Anna Mouglalis posee cierta hipnosis. Y tambi¨¦n van a estrenar un telefilme sobre Coco Chanel, interpretado por Shirley MacLaine. Ser¨ªa deseable aunque dudoso que saliera algo mod¨¦lico en medio de la sobredosis. Capote tuvo m¨¢s suerte. Le dedicaron simult¨¢neamente dos pel¨ªculas memorables.Lo que pretende ser complejo resulta plano, forzadamente acad¨¦mico