Montju?c, cuna de Barcelona
La monta?a acogi¨® uno de los mayores poblados ib¨¦ricos y un asentamiento romano anteriores a la fundaci¨®n de Barcino, seg¨²n desvela un estudio
El v¨ªnculo de Montju?c con Barcelona ha sido constante en la historia: la monta?a ha acogido acontecimientos que han marcado la ciudad, entre ellos una exposici¨®n internacional y unos juegos ol¨ªmpicos. Pero tambi¨¦n podr¨ªa ser su cuna. Al menos, eso se deduce del estudio que publicar¨¢ el martes la revista Quaderns d'Arqueologia i Hist¨°ria de la Ciutat de Barcelona (Quarhis), que mantiene que en la monta?a existi¨®, desde el siglo IV antes de Cristo uno de los poblados ib¨¦ricos m¨¢s importantes de Catalu?a, que control¨® el comercio mar¨ªtimo y fluvial del r¨ªo Llobregat, acu?¨® monedas con la leyenda Barkeno y entr¨® en contacto con las potencias econ¨®micas del momento, entre ellas la Roma republicana. Se sab¨ªa que hab¨ªa un poblado ib¨¦rico, pero se desconoc¨ªa su importancia y que hubo un asentamiento romano en la monta?a antes de la fundaci¨®n de la ciudad en el llano, en el siglo I antes de Cristo. Por eso, cuando se fund¨® la colonia se le dio, entre otros, el nombre de Barcino, adoptando as¨ª el del poblado ib¨¦rico y su moneda.
Los silos de la aldea son de los m¨¢s grandes del noreste peninsular
Los autores saben que habr¨¢ pol¨¦mica: el poblado ib¨¦rico, por sus dimensiones, ser¨ªa de los mayores conocidos, y por eso buscado desde hace tiempo sin ¨¦xito hasta la fecha; por otro, el nuevo asentamiento republicano avanzar¨ªa en varios siglos la presencia romana en los aleda?os de la futura ciudad. Cinco personas han revisado durante dos a?os el material ib¨¦rico aparecido en excavaciones (en 1946, 1984, 1987 y 1990) y hallazgos casuales en Montju?c. Eso le permite a la arque¨®loga del Museo de Historia de la Ciudad Carme Mir¨® no dudar de la existencia de un gran poblado en la monta?a. El problema es que no se ha podido excavar. "En 1990 aparecieron estructuras y un muro de m¨¢s de un metro de ancho en la avenida de los Ferrocarrils Catalans que podr¨ªa ser parte de la muralla de este poblado, pero no pudimos ampliar el ¨¢rea de excavaci¨®n", admite Mir¨®, que coordin¨® estos trabajos. Lo que s¨ª ha podido excavarse son 21 silos subterr¨¢neos donde estos ¨ªberos almacenaban el cereal con el que comerciaban. "Son los m¨¢s grandes de todo el noreste peninsular", asegura la arque¨®loga.
Seg¨²n el estudio, "en uno de ellos pod¨ªa guardarse grano para alimentar a 245 personas durante un a?o y para llenarlos todos se necesitar¨ªan 204 hect¨¢reas cultivadas. Ning¨²n otro asentamiento ib¨¦rico presenta una acumulaci¨®n de excedente cereal¨ªstico equiparable al del n¨²cleo de Montju?c", asegura Mir¨®. Cuando se excavaron los silos ya no exist¨ªa grano en su interior. Pero hab¨ªa algo mejor. Al dejar de usarse se rellenaron de tierra y escombros. Eso permite saber cu¨¢ndo fueron inutilizados (a partir del siglo IV antes de Cristo) y conocer parte de los objetos que formaron parte de la vida cotidiana de sus due?os. As¨ª, destaca una gran cantidad de cer¨¢micas realizadas en Grecia, Italia, Ibiza, Marsella y Cartago, el 17% del total, cifra muy superior a la de cualquier otro asentamiento pr¨®ximo y s¨®lo comparable con yacimientos como Ullastret, bajo la influencia de la ciudad griega de Emp¨²ries. Aparte de espadas y f¨ªbulas, una de ellas decorada con cuentas de coral rojo de las que no se conocen paralelos, en 1946 apareci¨® un carro de hierro y madera del siglo IV antes de Cristo que es el ¨²nico entero que se conserva de ¨¦poca ib¨¦rica.
Las cer¨¢micas encontradas, seg¨²n los arque¨®logos, dejan ver el poder adquisitivo de los ¨ªberos que viv¨ªan aqu¨ª, "un grupo dominante". Para los investigadores no hay duda de que la intensidad y riqueza del material aparecido, la inmejorable ubicaci¨®n geogr¨¢fica del poblado como puerto que controlar¨ªa el comercio "remiten a la existencia en Montju?c de un centro urbano de poder". Esta actividad no se detiene en el siglo IV, seg¨²n se lee en el art¨ªculo, sino que en el siglo III coincide con la acu?aci¨®n de monedas (dracmas de plata) con la inscripci¨®n "Barkeno".
Pero hay m¨¢s. Seg¨²n los autores, la pedrera explotada desde ¨¦poca republicana, las estructuras, los pavimentos y los restos de una v¨ªa romana conocidos en la monta?a remiten a la presencia de Roma en Montju?c anterior a la fundaci¨®n de la ciudad en el siglo I antes de Cristo. Para Mir¨®, en la monta?a hubo un n¨²cleo portuario romano con poblaci¨®n especializada que comerciaba con los iberos de Montju?c. "Los romanos no llegan invadiendo. Primero hubo contactos y acuerdos comerciales con los habitantes del territorio y luego fundaron sus ciudades", defiende.
Seg¨²n la arque¨®loga, el emplazamiento fue utilizado en la romanizaci¨®n del territorio a lo largo del siglo II y I antes de Cristo, como ocurre en otros poblados ib¨¦ricos layetanos. Desde aqu¨ª, a finales del siglo I, la antigua Barkeno ib¨¦rica de Montju?c dio paso a la moderna Barcino romana, y durante un tiempo habr¨ªan convivido los dos n¨²cleos.
"Nuestro trabajo ha sido riguroso, pero sabemos que recibir¨¢ cr¨ªticas", reconoce Mir¨®. "Lo interesante ser¨ªa crear un debate que permita avanzar en el conocimiento de este momento fundamental de la historia de la ciudad", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.