El cazo y la sart¨¦n
Una de las liebres de marzo soltadas por el PP en la campa?a europea, a fin de excitar las bajas pasiones de los votantes, fue su protesta ante la Junta Electoral a cuenta de los vuelos en aviones militares del presidente del Gobierno -y a la vez secretario general del PSOE- para asistir a m¨ªtines de apoyo a la candidatura socialista. El PP no s¨®lo ped¨ªa que Zapatero se abstuviese de utilizar el transporte oficial para fines partidistas; tambi¨¦n exige que el coste de los desplazamientos ya realizados sea computado entre los gastos de campa?a, sometidos a un techo m¨¢ximo por la ley electoral. La Junta se ha inhibido en el primer punto, ya que carece de competencias para juzgar sobre el peso desempe?ado por la seguridad presidencial en la decisi¨®n de usar aviones militares (como alegan los socialistas); en cambio, se remite al Tribunal de Cuentas en lo que se refiere al c¨®mputo de los gastos electorales.
Los aviones utilizados por Zapatero en sus viajes y la seguridad de Aznar irrumpen en la campa?a europea
La tensi¨®n entre los papeles de presidente del Gobierno de toda Espa?a y de secretario general de un partido asumidos por la misma persona, la utilizaci¨®n del argumento de autoridad para zanjar el debate sobre los vuelos mediante la apelaci¨®n a la seguridad presidencial (descargando culposamente sobre el discrepante la ominosa eventualidad de un atentado si Zapatero no viaja a un mitin en avi¨®n militar) y las diferencias entre el uso, el abuso y el aprovechamiento delictivo de bienes p¨²blicos son temas id¨®neos para una democracia deliberativa. Porque ser¨ªa desastroso que las ¨²nicas voces audibles en esa discusi¨®n fuesen el puritanismo hip¨®crita de los demagogos, que aprovechan cualquier ocasi¨®n para desprestigiar a los pol¨ªticos, y el realismo sucio de los c¨ªnicos, que consideran la corrupci¨®n como el lubricante del sistema democr¨¢tico.
Era inevitable, sin embargo, que las cr¨ªticas del PP sobre el presente provocasen una destemplada r¨¦plica del PSOE remitida al pasado. El banco de datos vergonzantes de la pol¨ªtica espa?ola ofrece informaciones para todos los gustos. Desde las primeras elecciones de 1977 hasta hoy, el Gobierno ha sido ocupado durante 18 a?os por los socialistas y durante otros 14 (si se suman los mandatos de UCD y PP) por el centro-derecha. No era necesaria mucha imaginaci¨®n para suponer que la munici¨®n de los socialistas en sus respuestas ser¨ªan los abusos del PP durante su estancia en el poder y el trato privilegiado (en comparaci¨®n con los dem¨¢s ciudadanos) dispensado hoy por los servicios de seguridad del Estado al ex presidente Aznar y a otros ex altos cargos populares.
El juego del escondite de socialistas y populares a fin de ocultar los pecados propios tras las culpas ajenas recuerda la disputa entre la sart¨¦n y el cazo sobre qui¨¦n tizna m¨¢s. PSOE y PP tambi¨¦n se cruzan la amenaza de airear la ropa sucia del otro en el caso de que la suya contin¨²e saliendo a la luz. Pero si ese incoado pacto de impunidad en el seno de la clase pol¨ªtica se consolidara, la supervivencia del sistema constitucional estar¨ªa en peligro.
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