Ya es el m¨¢s grande
Federer arrolla a Soderling en Roland Garros e iguala los 14 t¨ªtulos de Sampras, pero el estadounidense nunca triunf¨® en Par¨ªs - El suizo, sexto jugador que logra ganar todos los torneos del Grand Slam
La m¨²sica de discoteca rodea de ruido las l¨¢grimas de Roger Federer. Sigue lloviendo mientras el cielo despide truenos. Sigue en comisar¨ªa el agitador que ha asaltado la pista con una bandera del Bar?a para colocarle una barretina. Sigue temblando Federer y, al ritmo de sus espasmos nerviosos, suenan las palmas del p¨²blico, unidas en homenaje al campe¨®n suizo, coronado por primera vez en Roland Garros (6-1, 7-6 [1] y 6-4 sobre el sueco Robin Soderling) y convertido en el rey de todo: ya son 14 t¨ªtulos grandes, tantos como Pete Sampras, Pero, al rev¨¦s que el estadounidense, que jam¨¢s gan¨® en Par¨ªs, ¨¦l ya tiene la colecci¨®n completa: ni un solo torneo del Grand Slam ajeno a su lista. Llora Federer y con cada l¨¢grima se pierden los momentos que han desatado sus alarmas. Est¨¢n ya en casa Tommy Haas y Juan Mart¨ªn del Potro, que le ganaron dos sets cada uno en su ¨¦pico camino hacia el trono. Est¨¢ ya detenido el loco que le hizo correr con cara de p¨¢nico hacia el banquillo; el recuerdo de G¨¹nter Parche, que apu?al¨® a M¨®nica Seles, revivido. Y est¨¢ ya acabado el partido, sus ¨²ltimos e infernales puntos. Federer saca por el t¨ªtulo y concede un punto de break. "?Roger!", brama la grada. Y Roger responde. Campe¨®n en Par¨ªs. Campe¨®n en tierra. Campe¨®n de todo y en todos los lugares. Con su triunfo de ayer, se torna el sexto tenista en conquistar los cuatro grandes, despu¨¦s del brit¨¢nico Fred Perry, el estadounidense Don Budge, los australianos Rod Laver y Roy Emerson y, m¨¢s recientemente, el tambi¨¦n estadounidense Andr¨¦ Agassi. Sin embargo, s¨®lo Budge y Laver fueron capaces de conseguir los cuatro en un mismo a?o.
Federer: "Sab¨ªa que el d¨ªa que no estuviera Rafa, estar¨ªa yo y ganar¨ªa"
Soderling: "Quise ser agresivo, pero para evitar que lo seas ¨¦l a¨²n lo es m¨¢s"
Nadal: "No vi la final. Cuando estoy en casa, no suelo ver partidos"
"Mi mente siempre estuvo pregunt¨¢ndose: 'Y s¨ª, y s¨ª...'. No pod¨ªa evitarlo", reconoci¨® Federer. "Te dices: 'Cuando ganes, tendr¨¢s tiempo de pensar en esto'. Pero no lo puedes evitar. Sigues volviendo a pregunt¨¢rtelo. El ¨²ltimo juego fue casi injugable para m¨ª. Estaba deseando cuatro fallos de Robin. As¨ª de malo fue. Fue una monta?a rusa emocional para m¨ª", continu¨® el campe¨®n. "La gente hablaba de que hab¨ªa perdido el grip. En cierto modo, es cierto porque perd¨ª el n¨²mero uno, pero no me sal¨ª del top 10 ni del top 100. De repente, tras Miami, mi juego me abandon¨®. No sab¨ªa cu¨¢l era mi problema, pero siempre cre¨ª en mis posibilidades de ganar en Par¨ªs o cualquier otro grande". ?Lleg¨® a desesperarse por tres finales seguidas perdidas? "No. Sab¨ªa que el d¨ªa que Rafa [Nadal] no estuviera en la final, yo estar¨ªa y ganar¨ªa. Y eso es lo que ha ocurrido".
Rafael Nadal, el tetracampe¨®n destronado, tambi¨¦n jug¨® el partido. A Federer le recibieron una ovaci¨®n de gala y una bandera de Espa?a: "Rafa est¨¢ aqu¨ª", se le¨ªa. El campe¨®n mallorqu¨ªn invitaba al p¨²blico a visitarsu tierra desde una pantalla gigante -"os deseo un buen partido"- y a la grada, que todo lo lee y todo lo escucha, no le pas¨® inadvertido: cuando el presentador repas¨® los partidos que hab¨ªan llevado a Soderling hasta la final, debi¨® hacer una pausa. Nadal estaba en la lista, derrotado. Y la gente aplaud¨ªa.
Federer, "asustado" por el espectador que invadi¨® la pista, estuvo inalterable frente a Soderling, el sueco de los pesados mazazos. El suizo, un hervir de nervios durante el torneo, tom¨® el mando de la final desde el inicio. Toc¨® en la previa una orquesta del ej¨¦rcito, vestida con los rojos colores y los largos penachos negros del uniforme de caballer¨ªa. Federer actu¨® en consecuencia. Fue un tenista a la carga. Un alud, un r¨ªo poderoso, las 12 plagas y los hunos cabalgando de nuevo. Los datos de la primera manga resumieron lo que se le vino encima al sueco: dur¨® 23 minutos y Federer s¨®lo le dej¨® ganar 11 puntos y un juego. Soderling, abandonado por el p¨²blico, nunca tuvo posibilidades. Fue un tenista tan feliz de estar en el partido que se olvid¨® de disputarlo. Hubo m¨¢s movimiento de paraguas en las gradas, m¨¢s capuchas alzadas contra el aguacero, que golpes ganadores lanzados por los brazos del sueco (24 por 41 de Federer).
"Intent¨¦ ser agresivo, pero no funcion¨®", dijo Soderling; "no me dej¨®. Para evitar que hagas eso, es m¨¢s agresivo y juega incluso m¨¢s r¨¢pido. As¨ª de f¨¢cil". El n¨²mero 12 se qued¨® a un mundo de cumplir con el reto. Compet¨ªa contra todo. Contra la historia. Contra el destino. Contra el p¨²blico de Par¨ªs y contra un tenista ¨²nico e inigualable, mito en la tierra y sobre tierra. Contra Federer.
Nadal, por su parte, declar¨® a la agencia Efe que Federer es el que m¨¢s se merec¨ªa haber ganado Roland Garros y que ten¨ªa previsto enviarle un mensaje a su m¨®vil para felicitarle. "Federer es el que m¨¢s se lo merece", dijo el manacorense en una breve conversaci¨®n telef¨®nica. El espa?ol coment¨® que no hab¨ªa visto la final. "Cuando estoy en casa, no suelo ver partidos", subray¨®.
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