Aubry se da hasta fin de a?o para "refundar el socialismo franc¨¦s"
Algunos dirigentes exigen cambios en el partido tras el desplome electoral
Los principales dirigentes del Partido Socialista franc¨¦s (PS) se vieron el martes en un Consejo Nacional (miniparlamento del partido) celebrado a puerta cerrada que, tras los demoledores resultados de las elecciones europeas del domingo, se presentaba a cara de perro y con una clara tendencia al harakiri colectivo. Los datos eran contundentes: un 16,48% de los votos, no s¨®lo lejos de la derecha (27,8%) sino s¨®lo dos d¨¦cimas por encima de los Verdes de Daniel Cohn-Bendit. Traducido en votos: 35.000 votos m¨¢s que los ecologistas, es decir, a un paso de ser desbancados como segunda fuerza del pa¨ªs (y primera de la oposici¨®n).
Sin embargo, la crisis es tan profunda y ha tambaleado tanto los cimientos del edificio socialista en Francia, que la reuni¨®n no se inflam¨® demasiado por miedo a desangrarse por entero. Ni Martine Aubry, primera secretaria de la formaci¨®n, present¨® su dimisi¨®n ni nadie pidi¨® formalmente su cabeza. La l¨ªder socialista asegur¨®, eso s¨ª, que se da "seis meses" para "refundar" el socialismo franc¨¦s, esto es, hasta diciembre, tres meses antes de las elecciones regionales de marzo. Tras eso invit¨®, hasta ahora sin ¨¦xito, a algunos destacados oponentes a sumarse a la direcci¨®n del PS.
La derrota hace que la secretaria del PS y S¨¦gol¨¨ne Royal acerquen posiciones
La aparente concordia tras la derrota comenz¨® horas antes, cuando Aubry acudi¨® al despacho de su principal rival en el PS, S¨¦gol¨¨ne Royal, en un gesto expl¨ªcito de paz. Ambas se batieron hasta lo insufrible en el congreso de Reims, celebrado en noviembre. Aubry venci¨® por un n¨²mero min¨²sculo de papeletas (102 en una elecci¨®n en la que participaron 120.000 personas), lo que acarre¨® que su victoria nunca fuera ni clara ni aceptada por todos y que su liderazgo arrancara cuestionado y tambaleante. Por eso estas elecciones se presentaban como un examen personal. Su reafirmaci¨®n a la cabeza del PS pasaba por obtener el domingo, como m¨ªnimo, un simb¨®lico 20%.
Royal recibi¨® a Aubry y le asegur¨® que ella "estar¨¢ all¨ª cuando haya que estar". Aubry, a la salida, prometi¨® que desde ahora las dos mujeres se consultar¨¢n una a otra regularmente y confirm¨® que Royal representar¨¢ al PS en la Internacional Socialista, convirti¨¦ndose as¨ª en la voz del socialismo franc¨¦s en el exterior.
El Consejo Nacional, a pesar de las promesas de Aubry, termin¨® con cierto regusto inmovilista, seg¨²n algunos dirigentes cr¨ªticos. Aubry reconoci¨® que la personalidad de Dany Cohn-Bendit, el cabeza de lista de los ecologistas, sedujo a parte de su electorado. Pero sus promesas de transformaci¨®n del PS quedaron un tanto indeterminadas. Un s¨ªmbolo de esto ¨²ltimo es que el portavoz del PS, Benoit Hamon, derrotado en las europeas hasta el punto de que no ha obtenido esca?o, no dimitir¨¢ y seguir¨¢ siendo el rostro del PS en el futuro.
Manuel Valls, de 45 a?os, diputado y alcalde de Evry y uno de los dirigentes m¨¢s cr¨ªticos, dijo ayer a EL PA?S: "Si no cambiamos, vamos a morir, a extinguirnos". Valls a?adi¨® que hay que cambiar "los nombres, los m¨¦todos, las ideas, la concepci¨®n general y la generaci¨®n en el poder". No es el ¨²nico que piensa as¨ª. Actualmente, hay socialistas destacados que ven al PS al borde de la "necrosis". Otros aseguran que en las elecciones presidenciales de 2012 se juegan, simplemente, su supervivencia como fuerza pol¨ªtica.
Una de las cuestiones peliagudas a las que se enfrenta el PS -y Martine Aubry- es la elecci¨®n de un dirigente para las presidenciales de 2012 que pueda oponerse con ciertas garant¨ªas a Nicolas Sarkozy. Este l¨ªder surgir¨¢ de unas primarias cuyo m¨¦todo y participantes es objeto de discusi¨®n creciente: hay quien, como Aubry, prefiere unas primarias restringidas a los militantes y quien es partidario de que participe "el mayor n¨²mero de simpatizantes", como Royal o el propio Valls.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.