Cola del pan a la finlandesa
A las puertas del polideportivo de Myllypuro, en Helsinki, se forman muy de ma?ana enormes colas. No son deportistas o aficionados en busca de entradas, sino finlandeses en busca de alimentos b¨¢sicos que se distribuyen gratuitamente.
Seg¨²n Sinikkaa Beckman, trabajadora social de la parroquia luterana de Hertoniemi, el n¨²mero de indigentes ronda los 1.300, y la cifra se ha duplicado en meses. Ya no s¨®lo acuden marginados y alcoh¨®licos, sino toda una gama de personas a las que la crisis ha golpeado de lleno. Entre ellos sobresalen mujeres j¨®venes, madres de familias uniparentales. Los finlandeses llaman a este fen¨®meno la cola del pan (leip?jono), pero adem¨¢s de pan, los necesitados reciben leche, yogur, verduras, embutidos y, eventualmente, frutas.
Crecen los colectivos que acuden a la beneficencia por culpa de la crisis
?sta es la cara amarga del Estado de bienestar n¨®rdico. Curiosamente, parte de la ayuda es financiada por fondos de la UE, eso a pesar de que Finlandia es contribuyente neto a las arcas de Bruselas.
Finlandia entr¨® en esta recesi¨®n con la sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu. La crisis de los noventa, que contrajo el PIB un 11% anual, a¨²n est¨¢ en la mente de todos. Por eso, el Gobierno de centroderecha que encabeza Matti Vanhanen asegura que no va a recortar gasto p¨²blico. La anterior crisis, producto de la ca¨ªda abrupta del comercio con la URSS, produjo muchos trastornos, entre ellos los tijeretazos al sector educativo y al de la salud, cuyas secuelas, tres lustros despu¨¦s, a¨²n sufren los finlandeses.
Como en otras latitudes, los pol¨ªticos intentaron minimizar los efectos del cicl¨®n hasta bien entrado el oto?o. Y eso que Finlandia es muy dependiente del comercio exterior. El 45% del PIB sale de la exportaci¨®n de sus tres grandes rubros: papel, tecnolog¨ªa y metalurgia. Con sus principales socios comerciales -Alemania, Reino Unido, Suecia y Rusia- ya en el t¨²nel de la crisis, era natural que los ¨ªndices se deterioraran r¨¢pidamente.
Seg¨²n las ¨²ltimas previsiones oficiales, el PIB finland¨¦s sufrir¨¢ una contracci¨®n en 2009 del 5%, y en 2010, del 1,4%. El desempleo subir¨¢ del 6,4% en 2008 hasta el 9,5% en 2010. Al no haber recortes de gasto p¨²blico, la deuda del Estado se dispara. As¨ª las cosas, el Ministerio de Finanzas dice que "si la econom¨ªa global se recupera el pr¨®ximo a?o, es posible que en 2011 las perspectivas de la econom¨ªa finlandesa mejoren". Tambi¨¦n se?ala que la vuelta al crecimiento robusto previo a la presente crisis no es posible, pues el r¨¢pido envejecimiento de la poblaci¨®n tendr¨¢ un impacto negativo en el desarrollo econ¨®mico.
Finlandia sorte¨® con ¨¦xito la crisis de los noventa, que fue tan seria que a la presente recesi¨®n (taantuma en finland¨¦s) nadie se atreve a llamarla depresi¨®n (lama). De ese periodo sali¨® robustecida Nokia, ense?a de la industria y la ingenier¨ªa finlandesa. La revoluci¨®n tecnol¨®gica puso al pa¨ªs de moda. Con un 3,5% del presupuesto dedicado a I+D, el pa¨ªs apuesta por la innovaci¨®n. Sin embargo, producto de las deslocalizaciones y turbulencias mundiales, Finlandia ha perdido 50.000 empleos en el sector de las tecnolog¨ªas en los ¨²ltimos a?os.
El otro gran pilar de esta econom¨ªa, la industria forestal, atraviesa un fin de ciclo. El consumo de papel y cart¨®n cae en el mundo, y sus precios se desmoronan y esto se siente en Finlandia, su primer exportador. Media docena de papeleras han cerrado en los ¨²ltimos a?os. Un golpe terrible, pues de las papeleras surgi¨® el Estado de bienestar a Finlandia.
Oposici¨®n y sindicatos critican al Ejecutivo por su plan de est¨ªmulo, que se apoya sobre todo en el recorte de impuestos. Pero el capital privado y la banca tampoco mueven ficha para salir de la crisis.
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