Los partidos se enzarzan en una escalada de la crispaci¨®n pol¨ªtica

Cuatro plantes en el Parlamento, querellas en el juzgado contra el conselleiro de Medio Ambiente, Agust¨ªn Hern¨¢ndez, y la amenaza de recurrir a los tribunales contra la constituci¨®n no paritaria de la nueva Xunta y contra la aplicaci¨®n del Reglamento en la C¨¢mara. As¨ª ha empezado la oposici¨®n la novena legislatura. El Gobierno no se queda atr¨¢s. El conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, lo explic¨® bien claro en el hemiciclo durante el pol¨¦mico pleno de esta semana. Socialistas y nacionalistas preguntaban sobre la presunta vulneraci¨®n de la ley de incompatibilidades por Hern¨¢ndez. "Sigan por esa v¨ªa, que nosotros levantaremos m¨¢s alfombras. Ustedes ver¨¢n", replic¨®.

La amenaza la consum¨® minutos despu¨¦s el propio Rueda: acus¨® al BNG de utilizar sus conseller¨ªas para otorgar contratos millonarios a una empresa, Carrumeiro, SL, fundada por importantes cargos del partido. Al d¨ªa siguiente, el PP desempolv¨® las facturas de las sillas de m¨¢s de 3.000 euros compradas por la Xunta anterior, para que el ala socialista tuviera lo suyo. Reci¨¦n instalado en San Caetano, el nuevo Ejecutivo ya hab¨ªa programado una visita guiada a los periodistas por las salas multimedia de 3,9 millones de euros. A¨²n faltaban las acusaciones contra las adjudicaciones "a dedo" del l¨ªder del PSdeG, Manuel V¨¢zquez, al frente de Medio Ambiente.

Plantes, amenazas, acusaciones y querellas copan la actividad pol¨ªtica

El propio presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, acus¨® esta semana al BNG de ejercer de "tonto ¨²til para el PSOE". Desde el pasado domingo, para contestar a cualquier interpelaci¨®n del Bloque, los populares recurren al mantra: el nacionalismo gallego es una "fuerza residual", apelando a las urnas. Y las notas de prensa del Gobierno a menudo sirven m¨¢s para cebarse con la oposici¨®n que para promocionar pol¨ªticas nuevas.

Que Galicia no puede permitirse por m¨¢s tiempo el clima de crispaci¨®n inaugurado hace casi un a?o, cuando el ex presidente Emilio P¨¦rez Touri?o amag¨® con convocar los comicios, lo comparten los tres partidos. Y sin embargo, no hay signos de que ninguno de ellos vaya a mudar de estrategia. La herida de la campa?a protagonizada por algunos dirigentes del PP, a ratos insidiosa, que incluy¨® ataques personales y mentiras manifiestas contra sus oponentes lejos de cicatrizar, sigue sangrando.

En el ala socialista, muchos diputados, empezando por Manuel V¨¢zquez, est¨¢n persuadidos de que el PP debe "probar ahora de su misma medicina". En ese sentido va la denuncia en el juzgado contra Hern¨¢ndez, o las mociones sobre el procedimiento "irregular" que sirvi¨® a Rueda para conservar su plaza en el Ayuntamiento de Cambados. Y, ¨²ltimamente, la condena de la Audiencia Nacional sobre el superdelegado de Ourense, Rogelio Mart¨ªnez, por mal uso de los fondos europeos. En este contexto, son muchos los diputados socialistas que piensan que el clima actual "no se puede sostener por mucho m¨¢s tiempo". Las denuncias en los juzgados tambi¨¦n tienen detractores en las filas del PSOE, partidarios de esperar antes de "quemar todas las naves".

El BNG no parece dispuesto a levantar el pie del acelerador. A t¨ªtulo personal, Anxo Quintana y su ex pareja se han querellado contra el presidente de la Diputaci¨®n de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, por sus graves insinuaciones de car¨¢cter personal. Quintana orden¨® alejar este episodio del debate pol¨ªtico, pero los nacionalistas tienen una larga lista de agravios a medio camino entre lo personal y la pol¨ªtica. No olvidan, por ejemplo, que fue el PP quien les impidi¨® sustituir a Lois Obelleiro, su fallecido representante en el Consejo de Administraci¨®n de la CRTVG. "Nos exig¨ªan nombrar al director de la compa?¨ªa por consenso, y ahora imponen a S¨¢nchez Izquierdo", lamenta el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich.

El Gobierno culpa de todo a la oposici¨®n. Sostiene que les corresponde a PSdeG y Bloque hacer gestos para firmar la paz. Fuentes del Ejecutivo aseguran que la imagen de la oposici¨®n es similar a la que dio el PP tras el 11-M. En el grupo popular, que no evita ning¨²n rifirrafe, Feij¨®o s¨®lo ha puesto como l¨ªmite que se respete a Touri?o como ex presidente.

Ante la bronca que se ha montado en el Parlamento, la presidenta, Pilar Rojo, ha optado por mediar entre los grupos. "No es bueno dar esta imagen a la sociedad en este momento", admite Rojo. Ninguno de los tres grupos se muestra optimista. Gobierno y oposici¨®n se culpan mutuamente. El martes la junta de portavoces que ordenar¨¢ la ¨²ltima sesi¨®n plenaria antes de las vacaciones del verano ser¨¢ un buen term¨®metro. En el hemiciclo nadie da un duro por los consensos.