Laporta, mejor torero que toro
Ning¨²n equipo ha jugado mejor que el Barcelona. Fiable y espectacular, gan¨® la Liga, la Copa y la Champions y dej¨® para el recuerdo, como resumen del curso, tres partidos solemnes para ser validado como el mejor en la larga distancia y tambi¨¦n en el cuerpo a cuerpo: 2-6 al Madrid en el Bernab¨¦u, 4-1 al Athletic en Mestalla y 2-0 al Manchester United en Roma. De forma indiscutible, el Bar?a ha ganado la guerra del f¨²tbol.
Acabado el partido, sin embargo, en cuanto la pelota se ha tomado un descanso y Pep Guardiola est¨¢ de vacaciones para la prensa, al Madrid le ha resultado relativamente f¨¢cil ganar la batalla de la propaganda, certera expresi¨®n acu?ada por Alfredo Rela?o, director del diario As, cuando se refer¨ªa al recurrente victimismo azulgrana en tiempos de sequ¨ªa en el Camp Nou por culpa del franquismo. Han cambiado las tornas: el rey de la pretemporada es el Madrid despu¨¦s de que el Bar?a dominara el ejercicio futbol¨ªstico.
Tras ganar la guerra del f¨²tbol, el Bar?a pierde ante el Madrid la batalla de la propaganda
Desde la llegada de Johan Cruyff, el Bar?a ya no necesita ser m¨¦s que un club para justificar el marcador, sino para ser consecuente con su ADN y tambi¨¦n para vender m¨¢s camisetas como equipo vencedor. Ya no hay urgencias ni se precisa recurrir expresamente al fichaje frustrado de Di St¨¦fano o a las contrataciones de Maradona, Schuster o Ronaldo para contar la historia de la instituci¨®n. La situaci¨®n deportiva es tan envidiable y aparentemente s¨®lida que a la entidad le deber¨ªa preocupar exclusivamente no recaer en la tentaci¨®n de la autocomplacencia de los tiempos de Ronaldinho y, por otra parte, capitalizarse econ¨®mica y futbol¨ªsticamente a partir de un triplete. No parece que sea la tarea m¨¢s tit¨¢nica del mundo. Al Bar?a le bastaba, al fin y al cabo, con resolver su carpeta de asuntos pendientes, atender a renovaciones que se han dilatado en exceso, como en su d¨ªa la de Xavi -ahora son las de Vald¨¦s, Puyol o M¨¢rquez- y cerrar operaciones cantadas desde hace tiempo como la contrataci¨®n de Rib¨¦ry o la salida o continuidad de Eto'o. Y, una vez cerrada la plantilla, volver a la cancha para discutir con el Madrid y el Manchester.
Pero, a excepci¨®n de la baja concedida a Sylvinho, todav¨ªa no se ha resuelto ning¨²n tema deportivo. Puede que a la secretar¨ªa t¨¦cnica y a la directiva les haya resultado imposible o igual entienden que no conviene precipitarse por m¨¢s que se acuse al club de par¨¢lisis. Habr¨¢ que tener paciencia. Lo que no procede, en cualquier caso, es amenizar la espera con declaraciones como las realizadas por Joan Laporta, que ha enfilado al Madrid con una bater¨ªa de adjetivos -imperialista, especulador, prepotente...- que refuerzan al club blanco como enemigo natural y devuelven al Bar?a al victimismo. Le bastaba con decir que se felicitaba por el triunfo del Bar?a porque obligaba a Florentino P¨¦rez a una inversi¨®n r¨¦cord para intentar destronarle.
Valiente e intuitivo, Laporta funciona como conquistador y desconcierta como gobernador. No deber¨ªa olvidar que si accedi¨® a la presidencia del Bar?a fue porque su candidatura se gan¨® la primera l¨ªnea medi¨¢tica a partir de conceptos como el power point y el c¨ªrculo virtuoso -as¨ª de bien lo recordaba ayer Sergi P¨¤mies- y de promesas como el fichaje de Beckham. A Laporta y su junta no les import¨® que el club estuviera en quiebra t¨¦cnica ni que precisaran de un aval y pleitearon incluso por Eto'o con Florentino, que no pudo retener al camerun¨¦s ni ceder a Ronaldinho al Manchester.
El barcelonismo se felicit¨® por la elecci¨®n de Laporta, que convirti¨® al Bar?a en un equipo grande, reconocible vencedor y admirado. A cambio, el club ha ido encogiendo con el tiempo, debilitado por los contenciosos internos -Laporta no da con un candidato continuista para las elecciones de 2010 y, por contra, dos ex directivos se presentan como m¨¢ximas alternativas: Rosell y Soriano-, falto de un plan de negocio capaz de convencer a los banqueros -la ¨²ltima propuesta, que fue descartada, para generar m¨¢s recursos fue la de apuntarse a la Major League Soccer norteamericana-, necesitado de la complicidad de una Administraci¨®n que mira para otra parte, como cuando Josep Lluis N¨²?ez se quej¨® de las desatenciones de Jordi Pujol.
A veces resulta dif¨ªcil pensar en el pr¨®ximo ejercicio cuando antes hay que cerrar el anterior. M¨¢s que en dar munici¨®n al Madrid, a Laporta le conviene ganarse la confianza de la gente y generar las mejores condiciones para cuidar de su equipo. Que aprenda de Florentino, que s¨®lo sale para dar las buenas noticias como el mejor productor de la industria del f¨²tbol.
Precisa el Bar?a del bal¨®n porque desde que dej¨® de jugar y conquist¨® todos los t¨ªtulos, desde que gan¨® la guerra del f¨²tbol, ha perdido todos los partidos, la batalla de la propaganda. Lo nunca visto tras alcanzar lo imposible. A Laporta no le conviene entrar al trapo. Mejor ser torero que toro.
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