La inercia de Zapatero

En v¨ªsperas de las elecciones de 2008, Rajoy ofreci¨® a Zapatero un pacto que le liberase de su dependencia de los nacionalistas para completar mayor¨ªa, si ganaba. Lo plante¨® en el marco del compromiso de ambos candidatos de no optar a la presidencia si no era el suyo el partido m¨¢s votado. La oferta era interesada porque en ese momento, a fines de 2007, Rajoy no contaba con apoyo externo alguno y Zapatero, s¨ª. Pero la misma idea la ha planteado tambi¨¦n fuera de la coyuntura electoral.

Rajoy no s¨®lo ha olvidado aquellas ofertas sino que ha incorporado a su argumentario la incapacidad de Zapatero para gobernar dado su aislamiento parlamentario. Con el reproche adicional -tomado del discurso nacionalista- de que ese aislamiento se debe a que "no es de fiar". Es un reproche incoherente cuando la raz¨®n esencial de la falta de apoyos que aflige a Zapatero es la retirada del suyo por parte del PNV a causa, precisamente, del acuerdo de los socialistas vascos con el PP, que este partido ven¨ªa reclamando. Pero si Rajoy ya no ofrece su colaboraci¨®n, tampoco Zapatero la reclama en serio, pese a que el momento ser¨ªa propicio a pactos de Estado para hacer frente a los efectos de la crisis, especialmente el paro. No lo plantea porque Zapatero y su equipo m¨¢s pr¨®ximo se encuentran m¨¢s c¨®modos en el discurso de descalificaci¨®n sumar¨ªsima de la derecha, que es el que mejor conocen.

Rajoy ha olvidado sus ofertas de colaboraci¨®n; pero Zapatero tampoco parece interesado

As¨ª se ha vuelto a demostrar en la reciente campa?a, iniciada con un v¨ªdeo puerilmente sectario y culminada con una ins¨®lita petici¨®n del voto en negativo: a no votar al PP. Lo ¨²nico bueno de la campa?a es que ha demostrado que ese discurso ya no basta para ganar. La crispaci¨®n es una estrategia de doble direcci¨®n cuyo efecto es asegurar el voto de los incondicionales al precio de empujar a la mayor¨ªa del censo hacia la abstenci¨®n. Con una participaci¨®n inferior al 50%, el 48% de los votantes del PSOE y el 58% de los del PP votaron para evitar que ganase el otro, seg¨²n la encuesta poselectoral de P¨²blico (16-6-09).

Si el PP es derecha extrema y su victoria pondr¨ªa en peligro la democracia y las pol¨ªticas sociales ?c¨®mo pactar con ese partido reformas como la de la Justicia, o la financiaci¨®n auton¨®mica? O la revisi¨®n de la pol¨ªtica energ¨¦tica: hay razones de peso, econ¨®micas y t¨¦cnicas, para prolongar durante una d¨¦cada la actividad de la central de Garo?a, una vez conocido el informe de la Junta de Energ¨ªa Nuclear. Pero, entrevistado en Cuatro, Zapatero dijo ayer que "los programas est¨¢n para cumplirse", en referencia indirecta a su compromiso de ir cerrando todas las nucleares a medida que vayan cumpliendo su periodo de vida ¨²til. Autorizar la prolongaci¨®n de Garo?a le obligar¨ªa a explicar a la opini¨®n p¨²blica las razones de ese incumplimiento, con el riesgo de que se lo echaran en cara sectores de su electorado m¨¢s seguro. A Gonz¨¢lez se le present¨® un dilema similar cuando, tras comprender los graves riesgos de salir de la OTAN una vez dentro, tuvo que elegir entre mantener su compromiso de refer¨¦ndum de salida o asumir el riesgo de intentar convencer a la opini¨®n p¨²blica de que votase para seguir. Opt¨® por lo segundo pese a que un mes antes s¨®lo el 26% de los espa?oles apoyaba su propuesta, y le fue bien: gan¨® el refer¨¦ndum y las elecciones que convoc¨® de inmediato.

La estrategia de Rajoy consiste en esperar y ver: que el Constitucional resuelva en los t¨¦rminos esperados por el catalanismo el recurso sobre el Estatut, condici¨®n para que Artur Mas se olvide de su compromiso ante notario de no pactar nada con el PP; y que el paro abrase a Zapatero. El paro es -seg¨²n una conclusi¨®n de diversos estudios recogida por J. M. Maravall en El control de los pol¨ªticos- el ¨²nico dato econ¨®mico con capacidad para comprometer la supervivencia de los Gobiernos.

Pero faltan casi tres a?os para las elecciones y es probable que para entonces la situaci¨®n econ¨®mica haya cambiado. Ello explica cierta impaciencia de sectores del PP que juegan con la hip¨®tesis de forzar un adelanto electoral como alternativa a una pr¨®rroga de los Presupuestos, si se mantiene la soledad parlamentaria de Zapatero. Un acuerdo con CiU (10 esca?os) bastar¨ªa al PSOE para salvar las cuentas del Estado en oto?o pero, a un a?o de las elecciones catalanas, es muy improbable que ocurra. Por lo que seguramente Zapatero volver¨¢ al camino conocido de intentar atraer a la izquierda dispersa (ERC, IU, IC-V, BNG), con resultados imprevisibles.

El futuro no est¨¢ escrito. Las previsiones de la vicepresidenta econ¨®mica auguran para 2011 un crecimiento del PIB del 1,8%, pero con un paro del 18,4%. Dato que, de todos modos, no garantizar¨ªa el triunfo de Rajoy en 2012: Maravall constata que Espa?a fue una excepci¨®n en el principio general sobre los efectos del paro. En 1986 y 1989, el PSOE volvi¨® a ganar por mayor¨ªa absoluta con tasas de paro de entre el 16% y el 20%, y por mayor¨ªa relativa en 1993, con un desempleo del 23%. Mientras que perdi¨® en 1996, cuando ya se hab¨ªa iniciado la recuperaci¨®n del empleo.