La hora de la verdad
?Ha llegado la hora de la verdad? Deseo que s¨ª. Espero que la fecha del 15 de julio, anunciada oficialmente por el presidente Zapatero, y filtrada con comentarios para dar a entender que esta vez va en serio, sea de una vez para siempre, la fecha tope. Lo deseo porque, en caso contrario, tendremos que decir en catal¨¢n popular que la negociaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica se ha convertido en la can?¨® enfadosa y que ya no queremos escucharla m¨¢s.
Al decir que lo deseo, digo que espero que antes del 15 haya un acuerdo aceptable para todos y que estemos moderadamente satisfechos con el mismo, aunque s¨¦ que siempre habr¨¢ algunos que leg¨ªtimamente habr¨ªan querido m¨¢s, y tambi¨¦n habr¨¢ otros que lo dir¨¢n porque toca decirlo. En alg¨²n aspecto esto nos favorecer¨ªa, porque si todos los catalanes quedaran satisfechos, no quiero ni imaginar la "tangana medi¨¢tica" que van a organizar algunos partidos espa?oles y algunos medios de comunicaci¨®n madrile?os intentando deformar la realidad para hacer creer a gente de buena fe que el actual Gobierno est¨¢ de rodillas ante Catalu?a, para as¨ª poder poner otro. ?Para algunos la pol¨ªtica hoy d¨ªa no se hace contrastando opiniones sino falseando la realidad!
Si el resultado est¨¢ fuera de lo aprobado por el Parlamento y refrendado por el pueblo abramos una v¨ªa jur¨ªdica y pol¨ªtica
Pero tambi¨¦n estoy diciendo que si el d¨ªa 15 no hay acuerdo, hay que cerrar la p¨¢gina de la negociaci¨®n y abrir otras v¨ªas. No podemos seguir nuevamente esperando propuestas y negociando contenidos. No es serio. Tenemos de nuestra parte todos los elementos de raz¨®n, jur¨ªdicos y pol¨ªticos: una ley aprobada por el Parlamento espa?ol que hay que cumplir, y un compromiso del Gobierno que hay que respetar. Por tanto, negociemos hasta la saciedad, analicemos todos los argumentos, cedamos en aquellos que podamos, pero si el posible resultado est¨¢ fuera de los l¨ªmites que nos marca la legalidad aprobada por el Parlamento y refrendada por el pueblo, no aceptemos lo inaceptable. Iniciemos una nueva v¨ªa de car¨¢cter jur¨ªdico y pol¨ªtico.
En este punto de los l¨ªmites, veo con preocupaci¨®n una instintiva tendencia de pol¨ªticos y periodistas a usar las cifras como elemento de juicio para valorar el resultado de la negociaci¨®n, a hablar s¨®lo de los miles de millones de euros. Creo que esto es un error. No es la cantidad resultante para los pr¨®ximos a?os el elemento fundamental para valorar el acuerdo, sino el modelo que en ¨¦l se establezca. Lo importante no son los miles de millones que nos tocar¨¢n este a?o, sino los criterios y el m¨¦todo que se utilizar¨¢ para calcular, a?o tras a?o, la cifra correspondiente.
Ni cuando se aprob¨® el Estatuto en Barcelona, ni cuando se retoc¨® a la baja en Madrid, pod¨ªamos pensar que la prevista negociaci¨®n de la financiaci¨®n tendr¨ªa lugar en una situaci¨®n de profunda crisis, que est¨¢ reduciendo los recursos de las Administraciones p¨²blicas, tanto estatales como auton¨®micas, y al mismo tiempo aumentando sus gastos, obligando a todos a fuertes d¨¦ficit. Ello hace la negociaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil y recorta las expectativas a corto en t¨¦rminos de cantidad. Por ello, fijarse s¨®lo en las cifras es un error. Lo importante es asegurar que el modelo que se acuerde, y que puede durar muchos a?os, suponga un reparto que responda a los criterios que creemos justos. En a?os de vacas gordas, todos veremos cifras mejoradas y en tiempos de crisis todos deberemos apretarnos el cintur¨®n. Lo que hay que asegurar es que de verdad seamos todos, y en la medida que nos corresponda, los que nos repartamos el pastel o los que nos comamos el d¨¦ficit.
Me preocupa que ya nos estemos preparando para juzgar la bondad del acuerdo -o la maldad del no acuerdo- a trav¨¦s de una cifra. Es verdad que es lo m¨¢s f¨¢cil, lo m¨¢s simple y tambi¨¦n lo m¨¢s period¨ªstico. Pero ser¨ªa enga?arnos. S¨¦ que exige un esfuerzo mayor de explicaci¨®n, pero ante los ciudadanos es necesario que pol¨ªticos y medios dejen el debate de los millones y hagan expl¨ªcita una peque?a lista de criterios que permitan valorar si el acuerdo es aceptable o no, dejando claro que por debajo de ciertos l¨ªmites no lo ser¨ªa, por bonita que fuera la cifra del primer a?o.
Encerrarse obsesivamente en esta cifra, compar¨¢ndola demag¨®gicamente con los d¨¦ficit actuales, es simplificar el trabajo hecho y llevar¨ªa a arreglar un poco el presente comprometiendo el futuro, tal como ya ocurri¨® otra vez y ahora lamentamos.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro de Industria.
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