El amargo estreno de Patxi L¨®pez y Rodolfo Ares

No fue ni mucho menos su primera vez, pero s¨ª en el puesto que ahora ocupan: Patxi L¨®pez y Rodolfo Ares vivieron ayer el primer zarpazo terrorista en su condici¨®n de lehendakari y consejero vasco de Interior, respectivamente. El nuevo Gobierno aut¨®nomo cumple hoy siete semanas bajo una in¨¦dita y expresa amenaza de ETA a toda su estructura. "Desgraciadamente, los dos han pasado por esto en muchas ocasiones. El componente humano y el compromiso son los mismos, aunque haya una responsabilidad diferente", apuntaron personas que trabajan con ambos.

El lehendakari, quien defini¨® el de ayer a sus colaboradores como "un d¨ªa terrible", conoci¨® la noticia cuando llegaba al Parlamento vasco, que ten¨ªa previsto iniciar a las 9.30 su primera sesi¨®n de control al Ejecutivo. Ares se hallaba ya dentro, preparando la respuesta a una interpelaci¨®n, cuando son¨® su m¨®vil. "Parece que tenemos algo m¨¢s importante", dijo mientras sal¨ªa hacia la oficina del Grupo Socialista. En minutos se hab¨ªan reunido all¨ª todos los parlamentarios y el Gobierno aut¨®nomo casi al completo, en medio de llamadas telef¨®nicas, conversaciones cruzadas y rostros severos.

Fue el propio lehendakari quien primero habl¨® de la presencia de una persona dentro del veh¨ªculo, en un breve intercambio al entrar a la C¨¢mara con el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que pudo ser escuchado por los periodistas.

Una ma?ana fren¨¦tica

L¨®pez y Ares compartieron la ma?ana entera. Primero, en la C¨¢mara, con el consejero dedicado a conocer lo ocurrido, hasta que pudo informar personalmente a la Junta de Portavoces. El lehendakari preparaba mientras la intervenci¨®n que realiz¨® poco antes de las 11.00 y cambi¨® impresiones, entre otros, con el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de viaje en Bruselas.

Antes cancel¨® su primera y significativa reuni¨®n con el presidente de otra comunidad aut¨®noma, el navarro Miguel Sanz, prevista para hoy. Tambi¨¦n organiz¨® con la asociaci¨®n de municipios Eudel las concentraciones de repulsa para este mediod¨ªa ante los ayuntamientos vascos.

Tras la declaraci¨®n institucional que ley¨® la presidenta de la C¨¢mara de Vitoria, Arantza Quiroga, L¨®pez y Ares salieron por separado hacia el lugar del atentado, donde volvieron a encontrarse. M¨¢s tarde fueron al hospital de Basurto, en Bilbao, donde se les uni¨® el ministro P¨¦rez Rubalcaba. All¨ª estaban ingresados la esposa y los dos hijos del inspector asesinado. Por la tarde, ambos acudieron a la capilla ardiente.