Jamenei entierra el reformismo

El l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, acab¨® ayer con toda esperanza de soluci¨®n negociada a la crisis abierta por el resultado electoral al declarar "ilegales" las demandas de la oposici¨®n y amenazar con una dura represi¨®n si siguen las protestas callejeras. "Si hay un ba?o de sangre, los responsables ser¨¢n los l¨ªderes de las protestas", advirti¨®.

Jamenei utiliz¨® el serm¨®n de la plegaria del viernes para ratificar la victoria de Mahmud Ahmadineyad en los comicios presidenciales de la semana pasada y para exigir a los seguidores de Mir Hosein Musav¨ª, el principal candidato opositor, que dejen de manifestarse.

"No se puede aceptar el desaf¨ªo de la calle. Significa desafiar la democracia tras las elecciones", advirti¨® Jamenei durante su intervenci¨®n de una hora y media larga, la primera al pa¨ªs desde que en la madrugada del pasado s¨¢bado empezaran las protestas. Desde entonces, el Gobierno ha restringido la actividad de los periodistas extranjeros, y esta corresponsal, como otros, no obtuvo permiso para acudir a la plegaria en la Universidad de Teher¨¢n. Las citas para esta cr¨®nica est¨¢n sacadas de la transmisi¨®n en directo y con traducci¨®n simult¨¢nea que hizo la cadena iran¨ª por sat¨¦lite PressTV.

El gu¨ªa supremo alab¨® a Rafsanyan¨ª, "uno de los pilares de la revoluci¨®n"

Amnist¨ªa asegura que el discurso "legitima la brutalidad policial"

Aunque el serm¨®n de ayer se hab¨ªa anunciado como un llamamiento a la unidad, Jamenei insisti¨® en que Ahmadineyad hab¨ªa ganado y neg¨® que fueran posibles las irregularidades que denuncian los tres candidatos derrotados. "La estructura legal de este pa¨ªs no permite el fraude. Si la diferencia fueran 100.000, 500.000 o un mill¨®n de votos, bueno, se podr¨ªa considerar. ?Pero c¨®mo puede alguien ama?ar 11 millones de votos?", pregunt¨® refiri¨¦ndose a la diferencia de sufragios entre Ahmadineyad y Musav¨ª.

Las decenas de miles de fieles que acudieron a la plegaria puntuaban sus frases coreando: "Muerte a Am¨¦rica. Muerte a Israel", y su disposici¨®n a seguir las ¨®rdenes del l¨ªder. Mientras, las c¨¢maras de televisi¨®n mostraban la presencia de los principales cargos del pa¨ªs. Ahmadineyad estaba flanqueado por el presidente del Parlamento, Ali Lariyan¨ª, y el jefe del Poder Judicial, Mahmud Hashem¨ª Shahrud¨ª. Unas filas m¨¢s atr¨¢s, el candidato conservador derrotado, Mohs¨¦n Rezai.

Pero lo llamativo eran las ausencias. Ni Musav¨ª, ni Mehdi Karrub¨ª (el otro candidato reformista derrotado, que ha solicitado formalmente la cancelaci¨®n de las elecciones), ni los ex presidentes que han respaldado al primero, Mohamed Jatam¨ª y Al¨ª Akbar H. Rafsanyan¨ª, respondieron a la invitaci¨®n de Jamenei para que le mostraran su lealtad.

No obstante, el l¨ªder hizo un gui?o a su viejo rival Rafsanyan¨ª cuando critic¨® las acusaciones de corrupci¨®n que Ahmadineyad le lanz¨® durante la campa?a y le calific¨® como "uno de los principales pilares de la revoluci¨®n isl¨¢mica". Ese gesto parece destinado a dividir el frente opositor. "Si Rafsanyan¨ª lo entiende como un compromiso de que no se van a iniciar acciones legales contra ¨¦l, Musav¨ª se quedar¨ªa solo y yo no le veo como la libertad guiando al pueblo", declara un diplom¨¢tico en referencia al famoso cuadro de De la Croix.

"Les ha dejado al margen de la legalidad", manifiesta un analista por tel¨¦fono. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil recabar opiniones independientes sobre lo que est¨¢ sucediendo. La oleada de detenciones contra figuras del reformismo, muchos de ellos habituales de los medios de comunicaci¨®n, y la versi¨®n oficial, amplificada ayer por el l¨ªder, de que los medios extranjeros han azuzado las protestas y el descontento, est¨¢n extendiendo el miedo. "Varios de los colegas a los que hab¨ªa pedido cita se han disculpado", cuenta un investigador europeo que viaj¨® a Teher¨¢n para seguir de cerca las elecciones.

Jamenei se aline¨® claramente con Ahmadineyad. Con una franqueza sin precedentes, admiti¨® que sus puntos de vista en pol¨ªtica exterior y asuntos sociales est¨¢n m¨¢s pr¨®ximos a los del presidente fundamentalista que a los de sus cr¨ªticos moderados.

Esa confesi¨®n y sus ataques a los "enemigos" que cuestionan la legitimidad del proceso electoral iran¨ª, cierran la puerta a cualquier esperanza de un acercamiento entre Occidente y la Rep¨²blica Isl¨¢mica, como pretende el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la Uni¨®n Europea lleva a?os intentando.

A ¨²ltima hora de ayer, ninguna figura de la oposici¨®n hab¨ªa reaccionado al mensaje de Jamenei. Sin embargo, por primera vez desde que empezaron las protestas, los seguidores de Musav¨ª anularon una concentraci¨®n convocada en la Universidad de Teher¨¢n, justo en el lugar donde habl¨® el l¨ªder supremo. No est¨¢ claro qu¨¦ va a pasar hoy s¨¢bado. El candidato derrotado ha citado a sus seguidores en la plaza de Enghelab (Revoluci¨®n), el mismo punto desde el que el lunes sali¨® la multitudinaria marcha hasta la plaza de Azad¨ª (Libertad). Una vez m¨¢s, las autoridades han negado el permiso, seg¨²n anunci¨® ayer el gobernador de Teher¨¢n, Morteza Tamadone, citado por la agencia Fars.

Los observadores opinan que es improbable que Musav¨ª desaf¨ªe al l¨ªder supremo y suponen que pedir¨¢ a sus simpatizantes que no acudan a la manifestaci¨®n. Al fin y al cabo, el antiguo primer ministro es un hombre del r¨¦gimen que dif¨ªcilmente va a actuar en contra de los intereses del mismo. Adem¨¢s, el tono del discurso de Jamenei hace temer que, de celebrarse la protesta, sea duramente reprimida.

Hasta ahora, las fuerzas de seguridad se han mantenido a la expectativa. Los incidentes graves han sido obra de basiy¨ªs (voluntarios isl¨¢micos), fuera de las grandes manifestaciones.

Algunos analistas han interpretado las palabras del l¨ªder supremo como un visto bueno para que esas fuerzas paramilitares que defienden al sistema puedan tomarse la justicia por su mano. "El discurso de Jamenei legitima la brutalidad policial", denunci¨® un comunicado de Amnist¨ªa Internacional, que eleva el n¨²mero de muertos de los ¨²ltimos d¨ªas a 15.

Pero si Musav¨ª acepta limitar sus quejas de irregularidades a la v¨ªa judicial, renunciar¨¢ a su principal carta, la multitud de quienes le apoyan. La mayor¨ªa de esos iran¨ªes que hab¨ªan confiado en ¨¦l para reformar el sistema desde dentro perder¨¢n cualquier atisbo de esperanza. Ser¨¢ no s¨®lo el fin de su carrera pol¨ªtica, sino la segunda defunci¨®n del reformismo, despu¨¦s del fracasado intento de Jatam¨ª, y arrastrar¨¢ a muchos otros pol¨ªticos que le han apoyado.