La calma vuelve al Llobregat
Tras diez a?os de obras en el aeropuerto, ecologistas y Administraci¨®n se esfuerzan en conservar el ¨¢rea protegida del delta, segundo humedal catal¨¢n
Milagro. Pol¨ªticos y ecologistas coinciden en usar esta palabra cuando explican c¨®mo el ¨¢rea natural del delta del Llobregat ha sobrevivido, en plena ¨¢rea metropolitana, a la desviaci¨®n del r¨ªo, la ampliaci¨®n del puerto, del aeropuerto de El Prat (tercera pista y T-1) y construcci¨®n de la desalinizadora, que comparten espacio con los humedales y las playas. Se temi¨® por la desaparici¨®n del ¨¢rea natural cuando Generalitat y Gobierno central pactaron en 1994, la ejecuci¨®n de algunas de estas infraestructuras. Tras 15 a?os, todas las obras han llegado a su fin, y muchas ¨¢reas naturales y agr¨ªcolas han perecido bajo las m¨¢quinas. Pero las que han sobrevivido empiezan a ser escenario de un ecosistema que se reconfigura mientras se aleja el ruido de las excavadoras. Todos observan el milagro. Pero no todos comparten el mismo grado de entusiasmo.
La gesti¨®n de la biodiversidad es clave para el futuro del espacio natural
Los m¨¢s cr¨ªticos recuerdan las hect¨¢reas de espacios naturales desaparecidas. La tercera pista y la flamante T-1 del aeropuerto devoraron estas ¨¢reas. Eran terrenos que no formaban parte de las zonas protegidas, pero que les serv¨ªan de cord¨®n protector. El Plan Delta, que fue como bautizaron las administraciones las actuaciones acordadas en 1994, "marc¨® un antes y un despu¨¦s", opina Ricard Guti¨¦rrez, que dirigi¨® las reservas naturales desde poco despu¨¦s de su creaci¨®n, a finales de la d¨¦cada de 1980, hasta 2005. "El delta ha sufrido una buena estocada con las obras", asegura Guti¨¦rrez, que no es "nada optimista sobre la importancia actual y el futuro" de la que hab¨ªa llegado a ser, dice, la zona h¨²meda m¨¢s importante de Catalu?a tras el delta del Ebro a principios de la d¨¦cada de 1990, justo antes de la ejecuci¨®n del Plan Delta.
Nadie niega las p¨¦rdidas, pero otros subrayan que ahora se trata de conservar la biodiversidad: "Se puede haber perdido en cantidad, pero hay que cuidar la calidad". Xavier Santaeufemia, t¨¦cnico medioambiental, resume as¨ª el objetivo de protecci¨®n del consorcio en el que trabaja, que gestiona las 936 hect¨¢reas protegidas del delta con un presupuesto de 748.000 euros. El organismo fue creado en 2005 por la Generalitat y los municipios de El Prat y Viladecans, y pr¨®ximamente se sumar¨¢n a ¨¦l Sant Boi y Gav¨¤.
Un peligro para esta diversidad es la contaminaci¨®n de las aguas en los estanques, explica Miquel Rafa, director del ¨¢rea de territorio y paisaje de la Fundaci¨®n Caixa Catalunya, que ha desarrollado proyectos en el delta. Su predecesor, Jordi Sargatal, a?ade otro desaf¨ªo: asegurar la conectividad entre los espacios protegidos. El aeropuerto parte las dos ¨¢reas principales, El Remolar y La Ricarda, s¨®lo conectadas por un estrecho corredor en el litoral.
Si la gesti¨®n de la biodiversidad es una de las claves para el futuro de este espacio natural, la otra es la difusi¨®n, explica Mar¨ªa Jos¨¦ Albadalejo, la gerente del Consorcio del Delta, que el a?o pasado recibi¨® 65.000 visitantes, el 42% m¨¢s que en 2007. Ambos objetivos no son siempre compatibles, opina Ricard Guti¨¦rrez, que teme que el modelo de gesti¨®n ligado a los ayuntamientos potencie "las actuaciones de cara a la galer¨ªa" y dificulte la coordinaci¨®n con los humedales del Empord¨¤ o con el delta del Ebro. Albadalejo defiende, en cambio, la "potenciaci¨®n de un uso p¨²blico ordenado y pedag¨®gico" para "poner el delta en el mapa". O, en palabras de Miquel Rafa, para "dar a conocer que uno de los espacios naturales m¨¢s importantes de Catalu?a est¨¢ a pocos minutos de cuatro millones de personas".
Algunos ven el vaso medio lleno, otros medio vac¨ªo. Las apuestas de futuro son diversas. Pero todos, Administraci¨®n y ecologistas, coinciden en una advertencia: el equilibrio entre desarrollo log¨ªstico y conservaci¨®n natural se ha alcanzado en el delta tras muchos sacrificios, y ya no caben m¨¢s ampliaciones log¨ªsticas a costa de las reservas.
Algunas aves est¨¢n volviendo
Las aves son las estrellas del delta, porque son las principales usuarias de este ecosistema.
Y sirven de indicador para medir la salud de la que gozan los espacios protegidos del Llobregat. El descenso en el n¨²mero de algunas y el retorno de otras muestra la cara y la cruz de los cambios que ha sufrido esta zona natural.
La cruz la sufren aquellas especies que se alimentaban en los espacios de agua dulce, prados y terrenos fangosos que han sucumbido bajo la tercera pista y la nueva terminal del aeropuerto.
Se trata, por ejemplo, de la arpella o aguilucho lagunero, un ave rapaz caracter¨ªstica del delta, que va a la baja. Otra de las aves emblem¨¢ticas del delta en apuros es el chortilejo patinegro (corriol camanegre en catal¨¢n). Pierden estas y otras especies, que sol¨ªan acudir al delta en invierno desde zonas n¨®rdicas en busca de un clima templado y comida.
En el otro lado de la balanza se posan, en cambio, las aves que llegan al delta en verano desde zonas m¨¢s sure?as.
Las estrellas son la avoceta y el charr¨¢n de mar, que se reprodujeron en el delta por primera vez el verano pasado.
Siguen la estela del pato conocido como tarro blanco, que se reproduce en el delta desde 2003. Tambi¨¦n ha llegado la gaviota de audouin, una especie mediterr¨¢nea muy amenazada, y los ornit¨®logos est¨¢n expectantes para ver si empieza a reproducirse en alg¨²n verano no muy lejano.
La clave de este retorno son los ambientes salinos que se han recreado junto a la nueva desembocadura del desviado r¨ªo Llobregat, la playa de Ca l'Arana y la laguna de Cal Tet, que estas especies usan habitualmente para nidificar.
"La naturaleza se agarra a un clavo ardiente, porque las aves demandan espacios donde parar durante sus migraciones y para reproducirse, y quedan muy pocos lugares aptos para ello en la costa catalana", explica Jos¨¦ Garc¨ªa, ecologista de la Liga para la Defensa del Patrimonio Natural (Depana) que lleva a?os denunciando lo que considera que son abusos medioambientales en el delta del Llobregat
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.