Vender viviendas, cada vez m¨¢s caro
Las comunidades ignoran la ca¨ªda del precio de los pisos al cobrar impuestos
El portal www.idealista.com ofrece un piso en la calle Dimas, en pleno centro de Madrid, de 90 metros cuadrados por 210.000 euros. Pero, seg¨²n los c¨¢lculos del Gobierno regional, esa vivienda vale much¨ªsimo m¨¢s. Exactamente, 344.520 euros. Y este sobreprecio que estima la comunidad aut¨®noma le va a salir muy caro al due?o. Porque en el hipot¨¦tico caso de que encontrara comprador, no s¨®lo tendr¨ªa que rebajar sus expectativas y adaptar sus precios a estos tiempos de revent¨®n del ladrillo, sino que adem¨¢s se ver¨¢ obligado a soportar un gravamen mucho m¨¢s alto de lo que en teor¨ªa le corresponde.
Gracias al impuesto de transmisiones patrimoniales, cada comunidad aut¨®noma se queda con el 7% del importe de la compraventa de un inmueble. Cada administraci¨®n regional utiliza sus propios m¨¦todos para evitar que los propietarios declaren que la operaci¨®n se ha cerrado por una cantidad inferior a la real. El problema es que este mecanismo antifraude funcionaba en la ¨¦poca del boom, cuando los precios no dejaban de crecer y las ventas se cerraban por cantidades cada vez m¨¢s altas. Pero ahora las regiones no se est¨¢n dando la prisa necesaria para adecuar sus c¨¢lculos a la nueva -y deprimida- realidad del ladrillo.
"Hemos recibido quejas, pero muy pocas", dicen en el Gobierno de Madrid
As¨ª, volviendo al ejemplo del piso madrile?o en la calle Dimas, el Gobierno regional estima que debe ingresar unos 24.000 euros. Pero si el 7% se aplicara sobre los 210.000 euros te¨®ricos a los que se cerrar¨¢ la venta, las arcas de la comunidad se deber¨ªan conformar con 14.700 euros. Es decir, la falta de diligencia de la administraci¨®n regional le cuesta al propietario del piso en cuesti¨®n m¨¢s de 9.000 euros. Y eso suponiendo que la operaci¨®n no se firme al final a un precio inferior, lo m¨¢s habitual en estos tiempos en los que el comprador es el que dispone de m¨¢s poder para negociar. Cuando la administraci¨®n regional detecte que el contribuyente ha ingresado una cantidad inferior a la que esperaba har¨¢ una liquidaci¨®n complementaria exigiendo la diferencia.
Los casos en que el sobreprecio es mayor afectan a aquellos que est¨¢n dispuestos a rebajar m¨¢s el precio de sus propiedades para venderlas. As¨ª, los que m¨¢s se adaptan a la nueva coyuntura son los m¨¢s perjudicados.
"Nos encontramos con gente que vende por debajo de mercado y que tiene que pagar impuestos en funci¨®n del valor que las comunidades han estimado del inmueble. Es profundamente injusto, cuando no inconstitucional porque viola el principio de la proporci¨®n en la carga tributaria", aseguran fuentes de los notarios.
Y lo peor de todo es que la injusticia de esta carga se ir¨¢ agravando a medida que los precios caigan m¨¢s y las comunidades no reflejen en sus valoraciones estos descensos. Fuentes de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa de Madrid se?alan que siguen muy de cerca lo que ocurre en la calle para adaptar sus valoraciones una vez al a?o, y que incluso lo hacen por debajo de los precios del mercado. Lo actualizaron por ¨²ltima vez el pasado mes de diciembre. "Es cierto que hemos recibido alguna queja, pero muy pocas; no significativas", se?alan fuentes de la consejer¨ªa.
Luis del Amo, director del Registro de Economistas Asesores Fiscales, explica que cada comunidad aut¨®noma utiliza sus propios m¨¦todos para calcular las valoraciones: Madrid lo individualiza para cada inmueble, otras usan el valor catastral multiplicado por un coeficiente y otras, la tasaci¨®n que se incluy¨® en el pr¨¦stamo hipotecario. "Las quejas est¨¢n llegando de varias comunidades. El afectado puede recurrir a una tasaci¨®n pericial contradictoria para pagar el impuesto s¨®lo por el dinero que efectivamente ha recibido. Pero el que se acoja a esta alternativa tambi¨¦n asume riesgos, porque si pierde tendr¨¢ que pagar las costas del perito", se?ala Del Amo.
La soluci¨®n a este problema, seg¨²n fuentes notariales, es que las comunidades no sean perezosas y est¨¦n atentas a las bajadas de precios para actualizar las valoraciones. Pero que esto ocurra es especialmente dudoso en estos tiempos de crisis en los que la recaudaci¨®n de las administraciones se ha desplomado.
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