De Vicente Ferrer a los obispos

Vaya en primer lugar mi pesar por la muerte de Vicente Ferrer, gran benefactor de los pobres y hombre que dedic¨® su vida a luchar contra la miseria de miles de personas en Anantapur, India, cuyas autoridades llegaron a expulsarlo del pa¨ªs en sus inicios por considerarlo "peligroso para sus intereses". Fue jesuita, pero dej¨® la orden en 1970 para casarse. Su profunda religiosidad y amor al pr¨®jimo le hizo seguir la misma misi¨®n tanto de misionero de la Compa?¨ªa de Jes¨²s como de seglar, consagrando su vida a ayudar a los dem¨¢s.

Choca la actitud de dos formas de entender e interpretar la religi¨®n: una la de Vicente Ferrer, que fomentando los apadrinamientos dedic¨® su vida a los pobres, y otra muy diferente la de la Conferencia Episcopal Espa?ola, que, lejos de preocuparse de los problemas de los menos favorecidos, dedica su tiempo y esfuerzo a entrometerse en asuntos pol¨ªticos (aborto, educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, matrimonios homosexuales, c¨¦lulas madre, etc¨¦tera), sin respetar las decisiones del Parlamento y llegando a amenazar con la excomuni¨®n a las abortistas "incluidos los m¨¦dicos que las asistan". Nada se dice de excomulgar a los que han abortado anteriormente o incluir en la excomuni¨®n a los sacerdotes que han abusado de ni?os y han sido condenados por los tribunales.