El pacto imposible
Hay palabras m¨¢gicas: nada m¨¢s pronunciarlas dan ganas de desaparecer. En pol¨ªtica, si se quiere aburrir es cuesti¨®n de hablar de la ley electoral. El debate sobre las reglas de juego lleva 30 a?os dando vueltas sobre s¨ª mismo. ?Quiere eso decir que no es interesante para los ciudadanos? M¨¢s bien al contrario. Una buena ley electoral no es un crecepelo milagroso contra la abstenci¨®n, pero mejorar¨ªa la calidad democr¨¢tica. Catalu?a es la ¨²nica comunidad aut¨®noma que no tiene ley electoral a pesar de que el Estatut de Sau establec¨ªa: "el Parlamento ser¨¢ elegido por un periodo de cuatro a?os, por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, de acuerdo con la ley electoral que aprobar¨¢ el mismo Parlamento" (art. 31). Hoy por hoy no se ha presentado ni una proposici¨®n de ley en el Parlament. No lo hizo Converg¨¨ncia, ni lo han hecho PSC, ERC e ICV.
Catalu?a es la ¨²nica autonom¨ªa que no tiene ley electoral. Una naci¨®n sin ley electoral es una naci¨®n sin reglas de juego
El paso m¨¢s destacable que se ha dado hasta ahora fue reunir a un grupo de polit¨®logos que consensuaron una propuesta, que ha dormido en un caj¨®n durante dos a?os y que ahora se dice que se desempolvar¨¢. Pero una ley que no se ha aprobado porque requiere el voto favorable de dos terceras partes del Parlament no parece realista pensar que se desencallar¨¢ cuando los partidos est¨¢n con el dorsal puesto y en posici¨®n de salida para las auton¨®micas.
A la propuesta de los expertos se ha a?adido otra presentada por Ciutadans pel Canvi, un proyecto que se pretende que llegue al Parlament gracias a las firmas de una iniciativa legislativa popular y que tiene el m¨¦rito de agitar el debate, aunque represente la impotencia de quien busca en la calle apoyo para lo que sus diputados se ven incapaces de hacer en la C¨¢mara.
La cuesti¨®n clave es hacer compatible representatividad y territorialidad. Como acercarse al principio de una persona un voto, sin que el peso de Barcelona arrase ni que un esca?o de Lleida valga 25.000 votos y uno de Barcelona 60.000, como ocurre ahora. Por supuesto, los intereses de los partidos pasan por su distribuci¨®n electoral en el territorio y no cabe esperar que ninguno d¨¦ apoyo a una propuesta que le perjudique mucho.
La comisi¨®n de expertos propone, entre otras buenas medidas, que los candidatos est¨¦n inscritos en el censo de la circunscripci¨®n en la que se presenten para evitar a los paracaidistas enviados por el aparato. Propone tambi¨¦n circunscripciones electorales basadas en los ¨¢mbitos territoriales con los que trabaja la Administraci¨®n de la Generalitat para acercar los representantes al territorio. Y fundamentalmente, propone lista abierta o desbloqueada que permite votar la lista entera como la presenta el partido o dar votos preferentes a algunos candidatos individuales. Los incentivos a los candidatos para trabajar y darse a conocer parecen superiores al peligro populista.
Entre los inventos del TBO propios del gremio se propone votar durante 15 d¨ªas y CpC opta por un Parlament acorde¨®n que premiar¨ªa los territorios donde se votara m¨¢s con m¨¢s esca?os.
En un pa¨ªs en el que el debate sobre la abstenci¨®n dura un par de semanas tras cada elecci¨®n, los ciudadanos pagamos peri¨®dicamente informes sobre la desafecci¨®n. El diagn¨®stico est¨¢ hecho. El ¨²ltimo fue presentado por el consejero de Interior, Relaciones Institucionales y -ojo al dato- Participaci¨®n, Joan Saura, y el ex consejero Josep Maria Vall¨¨s. Se titula Actituds pol¨ªtiques i comportament electoral a Catalunya y se localiza f¨¢cil en la Red. El informe habla de "bajo inter¨¦s, una dificultad para la compresi¨®n de la pol¨ªtica, una desconfianza notable en la capacidad ciudadana para influir en las decisiones y una baja valoraci¨®n de las instituciones pol¨ªticas". Seg¨²n Vall¨¨s "los medios de comunicaci¨®n alimentan una imagen parcial, banal y negativa de la pol¨ªtica". El informe solemniza lo obvio en las propuestas: "mayor inteligibilidad, m¨¢s transparencia y participaci¨®n, m¨¢s responsabilidad y rendimiento de cuentas". Es decir, la accountability americana. Rendir cuentas y hacerse responsable de lo que uno hace y deja de hacer. Del documento de Vall¨¨s y de lo propuesto por CpC sobre la informaci¨®n electoral se desprende una desconfianza creciente entre periodistas y pol¨ªticos muy saludable. Ganar¨¢ la sociedad cuando seamos conscientes de que el pacto entre periodistas y pol¨ªticos de la transici¨®n caduc¨® y seamos capaces de decir no a los pol¨ªticos que pretenden hacer portadas y a los periodistas soldado.
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