Coto al poder de Google
La empresa que naci¨® en un garaje de California como alternativa al imperio de Microsoft ha dejado de ser amistosa - Como su rival, hoy est¨¢ amenazada por la sospecha de pr¨¢cticas monopol¨ªsticas
Hay una empresa que canaliza aproximadamente el 70% de las b¨²squedas que se hacen en Internet y tiene el poder de redirigirlas a los sitios web que desee. Adem¨¢s, ofrece correo electr¨®nico a m¨¢s de 100 millones de personas en todo el mundo. Sus m¨¢quinas analizan el contenido de los mensajes enviados para ofrecer publicidad relevante. Esta compa?¨ªa ha creado programas que ofrecen mapas del mundo, los oc¨¦anos y el cielo. Entre sus ¨²ltimos productos est¨¢ una aplicaci¨®n telef¨®nica que le permite a la empresa saber y revelar d¨®nde se encuentra exactamente el usuario.
No es ciencia ficci¨®n. Se trata de Google, una empresa que en una d¨¦cada ha cambiado mucho. Naci¨® en un garaje del Estado estadounidense de California en 1998, como el proyecto de dos estudiantes de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin. Ambos crearon un buscador que operaba de forma distinta de los dem¨¢s, ofreciendo resultados ins¨®litamente relevantes, priorizados seg¨²n el n¨²mero de enlaces que apuntan a cada p¨¢gina.
EE UU investiga si Google, Yahoo y Apple han pactado no robarse ejecutivos
Picker: "Nada indica que est¨¦ abusando de su posici¨®n dominante"
Su valiosa innovaci¨®n en el mundo de Internet ha colocado a Google en una situaci¨®n inaudita. "Ha sido una empresa tremendamente avanzada", explica Jeff Jarvis, autor del libro ?Qu¨¦ har¨ªa Google? y creador del sitio web BuzzMachine. "En la crisis econ¨®mica que vivimos han ca¨ªdo las grandes empresas de otra ¨¦poca: General Motors, las inversoras, los grandes bancos. Asistimos al nacimiento de un nuevo sistema empresarial. Y Google es el modelo a seguir, a pesar de que haya levantado sospechas en algunos sectores. Hay quien plantea dudas sobre su supuesta posici¨®n monopol¨ªstica. Pero ese es el resultado de ser una empresa innovadora: una mayor porci¨®n del mercado. Hoy hay que ver a Google como una plataforma sobre la que navegar y hacer negocios".
La cara visible de Google ya no son los fundadores, dos j¨®venes que crearon una empresa informal y relajada. Le han cedido el protagonismo y el control a un hombre de negocios, el consejero delegado Eric Schmidt, que hab¨ªa hecho carrera en empresas como Xerox, Sun Microsystems o Novell. Google creci¨®, con infinidad de productos: Gmail, Blogger, Picasa, Google Maps, Earth y Latitude. Construy¨® una sede corporativa de 47.000 metros cuadrados, el Googleplex, un complejo donde se vive y se respira Google, donde los trabajadores pueden llevar a sus hijos y a sus perros al puesto de trabajo; donde tienen restaurantes, salas de juegos, masajistas, piscinas y patinetes.
Tal es el grado de omnisciencia de Google, que la empresa ha creado un algoritmo que le permite predecir cu¨¢les de sus 20.000 empleados est¨¢n m¨¢s insatisfechos en su trabajo y pueden estar pensando en abandonar la empresa y pasarse a la competencia. En este momento, el Departamento de Justicia de EE UU est¨¢ investigando si Google, Yahoo! y Apple, entre otras empresas, han incurrido en una violaci¨®n de la legislaci¨®n laboral al llegar a un pacto secreto para no robarse ejecutivos e ingenieros entre ellas.
As¨ª es el presente de Google, amenazado por las sombras de posibles problemas legales. La compa?¨ªa naci¨® el mismo a?o en que el Gobierno de EE UU present¨® una demanda contra Microsoft por abusar de su posici¨®n en el mercado inform¨¢tico, logrando un monopolio virtual en la venta de sistemas operativos y exploradores. En aquella ¨¦poca, Bill Gates y su empresa encarnaban una suerte de imperio del mal de la inform¨¢tica. Google era la resistencia, el anti Microsoft.
Once a?os despu¨¦s, el Gobierno de EE UU est¨¢ investigando a Google por un acuerdo para crear la mayor biblioteca virtual del mundo y una abogada de la misma Administraci¨®n ha acusado a la empresa de ser un monopolio. Google corre el riesgo de ser visto como un nuevo Microsoft.
"El problema viene con el dominio del mercado. Google ha crecido. Ofrece productos que gustan y que son muy populares", explica Randal C. Picker, profesor en la facultad de derecho de la Universidad de Chicago. "El Gobierno teme que tenga demasiado peso. El que ayer era el reci¨¦n llegado, hoy en d¨ªa es visto como el monopolista. De repente, Google ya no es esa empresa amistosa, amable, novedosa. Es una empresa con posibles problemas legales sobre la que se sospecha que pueda estar desplazando a sus competidores, aunque de momento no haya incurrido en ninguna ilegalidad".
El analista tecnol¨®gico Daniel Lyons explic¨® en Newsweek el 23 de mayo el porqu¨¦ de tanto temor. "Si quieres vender productos en Internet, debes anunciarte en Google. Para aparecer en los primeros puestos de la lista de resultados, uno debe pujar m¨¢s que otros anunciantes. Google te dice s¨®lo el rango de precios que los dem¨¢s est¨¢n dispuestos a pagar. Y adem¨¢s Google le asigna a cada anunciante una evaluaci¨®n de calidad, dependiente de si su anuncio es relevante o no". Google no ha difundido jam¨¢s qu¨¦ f¨®rmulas utiliza para asignar estas evaluaciones. "Pero, ?qui¨¦n sabe?", escribi¨® Lyons. "Podr¨ªan estar tim¨¢ndote. Unos c¨¦ntimos m¨¢s que podr¨ªan ser millones para Google".
Es s¨®lo una muestra de qu¨¦ tono impera en la prensa especializada norteamericana y algunas organizaciones privadas respecto a Google en los ¨²ltimos meses. "?Es Google un monopolio?", se preguntaba el Wall Street Journal el 6 de mayo. "Puede que s¨ª que est¨¦n haciendo el mal", titulaba Newsweek este mes. "El Google monopol¨ªstico puede esperar un flujo imparable de litigios", escrib¨ªa el columnista Jeff Horwitz en el Washington Post el 7 de junio. Previamente, tanto The Economist como Wired y Business Week se hab¨ªan planteado: "?Qui¨¦n le teme a Google?", como si fuera el lobo feroz. Parecen empe?ados en que sea el nuevo Microsoft.
Estos medios han encontrado en Christine Varney, una abogada de 53 a?os, a la n¨¦mesis de Google. Esta mujer ha sido asistente en legislaci¨®n antimonopol¨ªstica del fiscal general de EE UU. Antes de ocupar su cargo, Varney era lobista y asesora legal experta en Internet. En los noventa represent¨® a Netscape Communications ante la Administraci¨®n de Bill Clinton, consiguiendo que su Gobierno presentara una demanda contra Microsoft por monopolizar el mercado de los sistemas operativos y los navegadores.
En un debate organizado hace un a?o por la organizaci¨®n American Antitrust Institute, dijo: "Para m¨ª, Microsoft es algo del siglo pasado. No son un problema. Creo que el posible problema lo supone Google, que creo que ha alcanzado la posici¨®n de monopolio en la venta de publicidad en Internet, de forma legal".
El pasado septiembre el Departamento de Justicia tuvo que plantarse ante un posible acuerdo publicitario entre Google y uno de sus competidores, Yahoo! En EE UU Google canaliza el 60% de las b¨²squedas online, Yahoo! el 20% y Microsoft un 8%. Microsoft hab¨ªa intentado comprar Yahoo!, Google se opuso, y decidi¨® ofrecer a aquella firma un pacto para vender publicidad online durante 10 a?os.
El Gobierno de George Bush contrat¨® al abogado Sanford Litvack para este caso. Con la investigaci¨®n en marcha, Litvack les comunic¨® a las empresas en noviembre que iba a presentar una demanda formal. "?bamos a presentar la demanda a una hora determinada de aquel d¨ªa", dijo a la revista The AM Law Daily. "Tres horas antes de aquella hora, nos dijeron que desist¨ªan del acuerdo". Litvack a?adi¨® que "hubiera alegado que Google ten¨ªa un monopolio y que el acuerdo publicitario lo hubiera ampliado".
"Con un mayor tama?o, sobreviene una mayor responsabilidad", explica Picker. "Pero no hay nada que indique que Google est¨¢ entrando en pr¨¢cticas monopol¨ªsticas. Es un actor muy fuerte en el mercado de la publicidad en los motores de b¨²squeda, pero no es el ¨²nico. Y adem¨¢s, ha adquirido esa prominencia de forma leg¨ªtima. As¨ª es el capitalismo: una empresa innova, invierte, hace las cosas bien y obtiene una mayor porci¨®n del mercado".
A principios de junio, Justicia comunic¨® a Google que hab¨ªa comenzado una investigaci¨®n sobre su acuerdo con diversas editoriales para escanear millones de libros y ponerlos al alcance de los internautas a trav¨¦s de Google Book Search. Google se comprometi¨® a pagar 90 millones de euros a las editoras y se atribu¨ªa el derecho de escanear los libros que se consideran hu¨¦rfanos, cuyos autores y editoriales ya no existen.
"En este acuerdo no se representa bien a todos los autores. Hay escritores que se han quedado desplazados en un acuerdo de gigantes", explica Peter Brantley, director del departamento bibliogr¨¢fico de la organizaci¨®n Internet Archive. "Y la empresa se atribuye el derecho de comercializar todos esos vol¨²menes descatalogados". "El acuerdo es no exclusivo", responde el portavoz de Google Adam Kovacevich. "El pacto de las editoriales con Google deja la puerta abierta para que otras empresas emprendan proyectos, similares o distintos, con el uso de esos libros. No es nuestra intenci¨®n controlar esos vol¨²menes, s¨®lo los pondremos al alcance del lector". Hasta la fecha ya se han escaneado 7 millones de libros.
Casi todos los expertos consultados afirman lo mismo. M¨¢s que un problema legal, Google tiene uno de relaciones p¨²blicas. La propia empresa lo ha admitido. "Creemos que Google promueve la competitividad y la transparencia online, pero que no siempre hemos hecho un buen trabajo contando nuestra versi¨®n", dijo Kovacevich en un reciente comunicado. En ¨¦l detallaba, en seis principios, cu¨¢l es la filosof¨ªa de Google respecto a la competitividad. El cuarto era: "La competencia est¨¢ s¨®lo a un click de distancia".
"Nos ha costado llegar a consolidar nuestra empresa", explica desde Washington. "Estamos m¨¢s que dispuestos a colaborar con el Gobierno en cualquier investigaci¨®n que quiera acometer. Y es cierto que en algunos asuntos, como el acuerdo con Yahoo!, podr¨ªamos haber hecho un mejor trabajo. Pero lo importante ahora es explicar que nosotros, de hecho, promovemos la competitividad. Somos una plataforma para que otras empresas hagan negocios en la Red".
Kovacevich admite que la empresa hizo un trabajo deficiente y torpe el a?o pasado, cuando la competencia, encarnada por Microsoft, el Gobierno y la opini¨®n p¨²blica, se opusieron a la alianza con Yahoo! "Deber¨ªamos habernos explicado mejor. El acuerdo no daba situaci¨®n predominante a ninguna empresa", a?ade.
Google, asegura, no es monopolio. Es cierto, domina buena parte del mercado de las b¨²squedas en EE UU. "Pero las b¨²squedas son algo gratuito, un servicio al internauta", dice el portavoz. "Si consideramos el mercado de la publicidad online, tenemos s¨®lo el 30%. Y si se considera a Google una firma publicitaria, sin m¨¢s, que compite con diarios, revistas y otros medios por la inversi¨®n de los anunciantes, la porci¨®n del mercado es de s¨®lo un 2,66%".
En cierto modo, la empresa quiere mantener su aura de servicio p¨²blico, reforzando aquel lema de no hagas el mal con el que naci¨®. "Desde un primer momento, la voluntad de ser una empresa que no hace el mal era en s¨ª misma algo ins¨®lito. Aquello deber¨ªa considerarse algo del pasado", opina el profesor de comunicaci¨®n de la Universidad Estatal de Virginia Siva Vaidhyanathan. "Google, como toda empresa, se centra en hacer dinero. Y as¨ª debe ser. Para innovar, como en todo sistema capitalista, las empresas deben buscar beneficios. Es el Gobierno el que debe velar por el bien de la ciudadan¨ªa. Google debe vender publicidad y desarrollar estrategias para ello".
Cuando en una reciente conversaci¨®n con inversores le preguntaron al consejero delegado de Google si su empresa era el nuevo Microsoft, dijo: "Ustedes no recuerdan al viejo Microsoft. Para m¨ª, no hay punto de comparaci¨®n". El profesor Vaidhyanathan lo confirma: "Google no es el Microsoft de nuestra era. Microsoft era muy coercitivo. Era muy agresivo en la defensa de su software y en la forma en la que se relacionaba con el consumidor".
"El problema de Google est¨¢ m¨¢s bien en su reputaci¨®n", a?ade. "Ha llegado a su adolescencia y tiene problemas para mantener esa refulgente reputaci¨®n de entidad benefactora. Es probable que en esta ¨¦poca de cr¨ªticas y problemas legales acabe saliendo reforzada y ofreciendo incluso un mejor servicio". Es cierto que a Google le puede resultar complicado seguir haciendo negocios sin hacer el mal. Pero que naciera con ese lema y siga aferr¨¢ndose a ¨¦l cuando ingresa unos 2.800 millones en beneficios cada a?o es, en s¨ª, algo ins¨®lito.
Movimientos contra el gigante
- Junio 2008. La abogada experta en pr¨¢cticas empresariales en la Administraci¨®n de Barack Obama expresa que Google puede haber alcanzado un monopolio en publicidad en Internet.
- Noviembre de 2008. Google y Yahoo! desisten de una alianza para vender publicidad online ante una investigaci¨®n del Departamento de Justicia de EE UU.
- Mayo de 2009. Justicia revela que est¨¢ investigando si es legal o no que el consejero delegado de Google, Eric Schmidt, pertenezca tambi¨¦n al Consejo de Administraci¨®n de Apple. Schmidt anuncia que no tiene intenci¨®n de abandonar este ¨²ltimo puesto.
- Junio de 2009. El Gobierno de EE UU comienza una investigaci¨®n formal sobre el pacto de Google con las editoriales para escanear millones de libros y colgarlos en la Red.
- Junio de 2009. El Departamento de Justicia revela que examinar¨¢ las pr¨¢cticas laborales de Google, Apple y Yahoo!, al sospechar que han llegado a acuerdos t¨¢citos para no robarse empleados.
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