Normalidad y madurez
"Lo siento". Fue lo primero que en la noche del mi¨¦rcoles se le escap¨® a Vicente del Bosque nada m¨¢s cruzarse con los periodistas espa?oles, a una cuadra del vestuario, tras el batacazo con Estados Unidos. Un s¨ªntoma de naturalidad y generosidad. "No pasa nada. Podemos tener la cabeza muy alta". El razonamiento fue de Iker Casillas, que en estos tiempos de normalidad absoluta de la selecci¨®n, en las victorias y en la derrota, decidi¨® ayer, junto a Carles Puyol, asumir la portavoc¨ªa del grupo. Una comparecencia muy significativa: los dos capitanes ante la audiencia. Un gesto de madurez, impensable en tiempos no muy pret¨¦ritos.
Naturalidad, normalidad y madurez, en el podio y en el lodo. ?se es el car¨¢cter de este grupo de internacionales a cuyo concilio -interior y ante el exterior- ha contribuido de forma extraordinaria el propio seleccionador. Mientras se perpetu¨® la racha iniciada con Luis Aragon¨¦s, Del Bosque no devolvi¨® a los futbolistas la posici¨®n subsidiaria que tuvieron con otros entrenadores de mayor foco; en Bloemfontaine, cuando se rompi¨® la cuerda, el t¨¦cnico, al contrario que muchos de sus antepasados en el cargo, tampoco rastre¨® en su imaginario a la b¨²squeda de alguna diana externa.
Hoy no hay camarillas, sectarismos, incendios verbales, demagogias ni excusas
Hoy no hay camarillas, sectarismos, incendios verbales, demagogias ni excusas (nadie de la expedici¨®n ha deslizado siquiera el claro penalti sobre Xavi con 0-1). Sin divismos, el equipo se mantuvo en la tierra durante su fabulosa racha de juego y triunfos y no quiso enmascarar un tropiezo, sin ajamientos hacia nadie. A veces, el ¨¦xito, bien metabolizado, ayuda a gestionar los d¨ªas con nubarrones. En el deporte espa?ol, en plena efervescencia, hay casos notables y recientes: ?Se puede poner alguna tacha a Nadal por no haber estado a la altura de Madrid o haber doblado la rodilla en Roland Garros? ?Emborron¨® la selecci¨®n de baloncesto su inolvidable bingo en el Mundial de Jap¨®n por su posterior desliz en el Europeo local? Ahora, el f¨²tbol, con todas sus estridencias y casquer¨ªas, tambi¨¦n ha sabido reaccionar con estilo. Cierto que por una derrota en un campeonato oficial, sin gran cartel, pero conven¨ªa examinar la reacci¨®n de un vestuario en cuyo deporte abundan los camerinos. Su respuesta, igual que tras el podio de Viena, le acerca a otras disciplinas m¨¢s terrestres.
Desde lo estrictamente futbol¨ªstico, a lo largo del torneo, a Espa?a le ha faltado ese punto de frescura que le caracteriz¨® desde la Eurocopa. El equipo ha mantenido su distinguido gui¨®n, pero quiz¨¢ le haya confundido el propio torneo, dif¨ªcil de encuadrar. Su extra?o formato y el aspecto de teloneros de buena parte de los adversarios fomentan irremediablemente la distensi¨®n, m¨¢xime tras un curso agotador, f¨ªsica y mentalmente, para la mayor¨ªa de los internacionales, algunos con un triplete en la mochila. Otros han aterrizado en Sur¨¢frica con la cabeza en Espa?a y un intermediario que les desvela cada d¨ªa. En esas condiciones, y con las bajas de Senna, Iniesta y Silva, tres pretorianos del centro del campo, semillero del buen f¨²tbol espa?ol, su nota m¨¢s distinguida, la selecci¨®n tore¨® ante rivales de poca enjundia y se atragant¨® con el primer contrario con cierto vuelo. Recibi¨® dos tantos parvularios y se ofusc¨® ante el gol. Un mal d¨ªa tras 31 meses intachables. La selecci¨®n se ha ganado con creces su fiabilidad. Y de Sur¨¢frica se llevar¨¢ su graduaci¨®n en la derrota y una lecci¨®n para su regreso como favorita, esta vez s¨ª con esa etiqueta merecida, dentro de 349 d¨ªas a partir de hoy.
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