La huelga del naval destapa el rechazo a la contrataci¨®n de extranjeros
La CIG reivindica el empleo "para los que se ganaron el derecho a estar aqu¨ª"CC OO reconoce que hay "un sentimiento" latente en contra de los extranjeros
No se trata s¨®lo de una subida salarial. La regulaci¨®n en la contrataci¨®n de trabajadores en los astilleros ha desatado una tormenta en la huelga del metal. En la asamblea celebrada ayer por la ma?ana ante el astillero Barreras en Vigo, Antol¨ªn Alc¨¢ntara, secretario de organizaci¨®n de CIG, lanz¨® el siguiente mensaje: "Queremos que la contrataci¨®n quede regulada definitivamente, de una sola vez, para que aqu¨ª se garantice que los trabajadores de toda la vida sean los que tengan futuro en los astilleros". Defini¨® a esos trabajadores como "los que se ganaron el derecho a permanecer y estar aqu¨ª, los que levantaron el sector. Que sean ellos y sus hijos los primeros".
Alc¨¢ntara expres¨® lo que en el naval lleva mucho tiempo latente: la existencia de malestar por la contrataci¨®n de extranjeros a los que "las subcontratas pagan menos". Su compa?ero Miguel Anxo Malvido, secretario del metal, argumenta que algunas empresas "traen a gente de fuera pag¨¢ndoles miserias". "Si no lo regulamos, si permitimos que desplacen a los trabajadores contratados por el convenio, entonces s¨ª podr¨¢ surgir un problema de xenofobia", asegura Alc¨¢ntara"No es ning¨²n secreto que a los extranjeros les hacen firmar n¨®minas falsas o con contratos con condiciones leoninas", asegura Miguel Anxo Malvido, de CIG. Tambi¨¦n reconoce que "es muy dif¨ªcil pillar a las empresas porque todos tienen los papeles en regla. Las hemos denunciado en varias ocasiones a la Inspecci¨®n de Trabajo sin ¨¦xito".
"En las asambleas los discursos pueden interpretarse mal"
"Es dif¨ªcil demostrar que las empresas pagan menos a los extranjeros"
Para solucionarlo, CIG quiere que el convenio que ahora se negocia obligue a que todos los trabajadores se inscriban en la Agencia de Bolsa de Empleo (ABE) o se contraten a trav¨¦s del INEM. Eso limitar¨ªa a¨²n m¨¢s la entrada a los inmigrantes, que ahora son fichados en sus pa¨ªses de origen y no pasan por la ABE: "Un portugu¨¦s s¨ª, pero un peruano, por ejemplo, no se puede inscribir desde Per¨². La empresa lo contrata y lo trae aqu¨ª", explica Manuel L¨®pez Golpe, secretario del metal de UGT. Aparentemente, la argumentaci¨®n defiende un principio b¨¢sico del convenio actual: que cualquiera que trabaje en alguna de las 2.500 empresas del metal en Pontevedra lo haga, como m¨ªnimo, cobrando lo que marca el acuerdo. Pero la intenci¨®n de CIG de ir m¨¢s all¨¢ en la regulaci¨®n levanta recelos en UGT y CC OO, que reclaman que, en los casos sospechosos, sea la Inspecci¨®n de Trabajo la que fiscalice y sancione a las empresas que incumplan. El af¨¢n de control de la central nacionalista ya levant¨® ampollas tras una asamblea celebrada en Barreras el 6 de mayo. En esa reuni¨®n "llegaron a llamar extranjeros a empresas de Ferrol", recuerda Ram¨®n Sarmiento, de CC OO. "En el sector est¨¢ latente ese sentimiento [de rechazo al extranjero] Las tres centrales hab¨ªamos acordado llevar el tema con el m¨¢ximo cuidado, pero parece que la CIG ha iniciado un quiebro".
Al manifestar durante la asamblea de ayer que su prioridad es garantizar el trabajo "a los de aqu¨ª, los de toda la vida", CIG intenta reforzar el ¨¢nimo de los trabajadores que llevan ya 17 jornadas en la calle. Al mismo tiempo, juega con algo peligroso. "Algunos planteamientos pueden llevar a equ¨ªvocos, que se vea al diferente como un enemigo, cuando no creo que sea lo que quieren decir", afirma Golpe.
El dirigente de UGT explica que "cuando se habla en asambleas pueden darse interpretaciones variopintas". "No creo que est¨¦n diciendo que los extranjeros no puedan venir y trabajar". Algunos empresarios s¨ª lo creen. "En los ¨²ltimos minutos de la maratoniana negociaci¨®n de 30 horas [celebrada la semana pasada], cuando estaban a punto de llegar a un acuerdo, pusieron sobre la mesa lo de la contrataci¨®n porque sab¨ªan que por ah¨ª no pas¨¢bamos. No vamos a abrir ese mel¨®n". El que habla es un empresario que no quiere mencionar su nombre porque, oficialmente, la patronal no habla del tema. "No existe, no vamos a pasar por eso ni vamos a comentar nada", repite una y otra vez Enrique Mall¨®n, su portavoz, cuando se le pregunta si cree que hay un trasfondo xen¨®fobo.
Antol¨ªn Alc¨¢ntara, carism¨¢tico l¨ªder sindical y conductor de cada asamblea en el metal, razona: "No soy xen¨®fobo, ni este sindicato lo es. ?No nos v¨¦is todos los d¨ªas? Estamos en la calle con compa?eros senegaleses o de cualquier pa¨ªs. No hay insultos ni amenazas. Hablas con la gente del metal y todo el mundo sabe que existe ese problema, que los empresarios se aprovechan y desplazan a los trabajadores de aqu¨ª por otros que cobran menos". Preguntado por si su discurso puede ser un arma arrojadiza contra esos trabajadores, aclara que no, y aventura lo que puede pasar: "Si no lo regulamos, entonces s¨ª habr¨¢ problemas".
Las fotos de las manifestaciones ponen en duda que los inmigrantes apoyen en masa las movilizaciones. En estos momentos hay entre 600 y 700 extranjeros en el naval, y muchos salieron a la calle desde sus centros de trabajo en los d¨ªas previos a la convocatoria de huelga para exigir un convenio mejor. Ahora, los que se ven en las concentraciones son j¨®venes, en su mayor¨ªa espa?oles. Tampoco hay ninguna mujer y los mayores de 45 se cuentan con los dedos de una mano. El pr¨®ximo lunes, si la convocatoria de CIG cala, ser¨¢n mayoritariamente los j¨®venes los que inicien en Pontevedra una marcha a pie a Santiago por un convenio mejor.
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